El 9 de abril el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) realizó una Audiencia para presentar su Declaración final y propuestas ante el Parlamento Europeo en Bruselas. En respuesta a la demanda de casi 500 organizaciones de personas migrantes y refugiadas, el TPP realizó cinco audiencias entre Barcelona, Palermo, Paris y Londres, en las que […]
El 9 de abril el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) realizó una Audiencia para presentar su Declaración final y propuestas ante el Parlamento Europeo en Bruselas. En respuesta a la demanda de casi 500 organizaciones de personas migrantes y refugiadas, el TPP realizó cinco audiencias entre Barcelona, Palermo, Paris y Londres, en las que las y los jueces, durante casi dos años, recibieron pruebas y escucharon los testimonios de personas víctimas de las políticas europeas de migración. Desde su origen, hace casi medio siglo, el TPP ha permitido visibilizar y calificar en términos de derecho todas aquellas situaciones en las que la violación masiva de los derechos fundamentales de la humanidad no encuentra reconocimiento ni respuestas institucionales.El propósito de la audiencia en el Parlamento Europeo es dar visibilidad al pueblo de las personas migrantes como sujeto inviolable de derechos, identificar y juzgar la «cadena» de corresponsabilidad en toda la ruta migratoria y señalar y promover de manera urgente medidas apropiadas para acceder a la justicia.
La Declaración Universal de los Pueblos de Argel establece que todo pueblo tiene una serie de derechos inalienables: a existir, a que su identidad nacional y cultural sea respetada, a conservar en paz su territorio y retornar allí en caso de expulsión. También proclama que ninguna persona puede ser, debido a su identidad, objeto de masacre, tortura, persecución, deportación, expulsión, o ser sometida a condiciones de vida que puedan comprometer la integridad del pueblo al que pertenece.
Nada que ver con el panorama actual, donde millones de personas migrantes deambulan, sin derecho alguno, de un lugar a otro del planeta global. La Declaración de Argel debe ser reinterpretada y readecuada a las nuevas realidades transnacionales y, en ningún caso, debe dejar fuera a las personas desplazadas forzosas, que son en última instancia las grandes perdedoras de este sistema capitalista neoliberal, colonialista y patriarcal.
La UE hace años abolió la pena de muerte. Pero deja morir a miles de personas que intentan llegar a su territorio. La UE se reivindica como abanderada de los derechos humanos en todo el mundo. Pero viola esos derechos, creando zonas de no derecho al interior mismo de sus fronteras. La UE es la primera potencia económica del mundo y promueve sin cesar acuerdos comerciales. Pero ha desarrollado un sofisticado y aterrador sistema de externalización de fronteras. Construye vallas cual frontera asediada, a la vez que sus grandes empresas y capitales saquean las riquezas de otros países y expulsan a las personas de sus comunidades. La UE reivindica los derechos de las mujeres y la infancia. Pero niega esos derechos al separar a las familias, negar el derecho de asilo, facilitar violaciones, torturas, la trata de personas y la prostitución forzada.
La UE atraviesa una profunda crisis como proyecto político capaz de satisfacer las necesidades de desarrollo social, sostenibilidad medioambiental y consolidación de derechos democráticos. Su política hacia las personas migrantes representa una debacle humana y humanitaria.
El TPP se pronunciará sobre la demanda de exigir modificaciones del sistema europeo y de los países miembros sobre el refugio y la migración, así como su adecuación estricta al Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Entre las propuestas que se señalan para la defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas figuran algunas como la eliminación de los acuerdos bilaterales con países que vulneren los derechos de las personas migrantes: Turquía, Libia, Marruecos, Sudán…; abrir corredores humanitarios y otras vías seguras de acceso a la protección y la autorización de expedir visados en embajadas y consulados; cumplir los compromisos de reubicación y reasentamiento; suprimir la Agencia Europea de Guardias de Fronteras y Costas (AEGFC); cumplir el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea que garantiza controles fronterizos acordes con los derechos fundamentales de la UE; y, el fin del denominado Acuerdo de Dublín.
El TPP, como resultado de las audiencias sobre las violaciones con impunidad de los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas, incluirá propuestas en el terreno jurídico con el fin de mitigar los desplazamientos forzados, porque además del derecho a migrar está el derecho a no migrar, a no tener que salir huyendo porque existan leyes que protejan a las personas y a las comunidades de prácticas empresariales y comerciales contrarias a la vida y los derechos humanos de todas las personas.
En Bruselas, casi de forma simultánea a la celebración de la Audiencia del TPP, tuvo lugar una reunión donde Ongi Etorri Errefuxiatuak participó junto a otras organizaciones de defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas, con el fin de impulsar la iniciativa europea del 5 de mayo, El Abrazo de los Pueblos, de las Personas y los Derechos Humanos frente al ascenso del neofascismo en un contexto de elecciones europeas.
Porque como decía la defensora de los derechos de las personas migrantes Helena Maleno en la charla que impartió hace unos días en Bilbao con motivo del 30 aniversario del Ararteko, «en las fronteras nos estamos jugando los derechos humanos y la democracia». Porque es preciso reforzar la solidaridad y tejer alianzas y estrategias contra el neofascismo, los próximos días estaremos en Bruselas y el 5 de mayo estaremos en la Abrazada colectiva en Durango.
Cristina García de Andoín Martín es integrante de Ongi Etorri Eerrefuxiatuak. Juan Hernández Zubizarreta es colaborador del Tribunal Permanente de los Pueblos
Fuente: http://www.elsaltodiario.com/migracion/tribunal-permanente-de-los-pueblos-derechos-humanos-migrantes