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El VII congreso de Rifondazione y el nuevo «giro a la izquierda»

Fuentes: Sin Permiso

Tras la reciente debacle electoral de Rifondazione Comunista (RC) y sus aliados, el VII congreso del partido -celebrado entre el 24-27 de Julio en Chianciano- ha concluido con una estrecha derrota de los defensores de la línea de la vieja mayoría «bertinottiana», agrupados en torno a la figura de Nichi Vendola (gobernador de la región […]

Tras la reciente debacle electoral de Rifondazione Comunista (RC) y sus aliados, el VII congreso del partido -celebrado entre el 24-27 de Julio en Chianciano- ha concluido con una estrecha derrota de los defensores de la línea de la vieja mayoría «bertinottiana», agrupados en torno a la figura de Nichi Vendola (gobernador de la región de Pulía y ex PCI), a manos de una nueva alianza de cuatro corrientes que ha permitido la elección de Paolo Ferrero (ex ministro para la solidaridad social en el último gobierno Prodi y antiguo miembro de Democracia Proletaria) como nuevo secretario del Partido.

La nueva dirección de RC ha anunciado una ruptura con la política seguida durante los últimos años por el Partido y una nueva línea que caracteriza de ‘giro a la izquierda’. Su victoria concluye con el largo ciclo de hegemonía ideológica de la carismática figura de Fausto Bertinotti que, con variada fortuna, ha dominado la evolución política de RC durante los últimos catorce años.

Los debates estratégicos que se vienen produciendo dentro de RC en los últimos años reflejan en gran medida los que se viven dentro de Izquierda Unida en España. Con la diferencia de que RC, por su mayor peso en la reciente historia política de Italia, ha tenido la oportunidad de ensayar en la práctica distintas opciones estratégicas (apoyo externo a un gobierno de centro-izquierda seguido de la ruptura de 1998, giro movimentista de Génova, participación en el último gobierno Prodi, etc.) y por ello aporta una rica experiencia que puede ayudar a comprender mejor lo que implica realmente la aplicación futura de distintas estrategias por parte de una fuerza como Izquierda Unida.

Antes de adentrarnos en los debates del último congreso de RC, es necesario recapitular brevemente lo que sucedió durante la derrota electoral del último gobierno Prodi a principios de este año.

El precedente: la derrota electoral del 2008

Hacia los últimos meses de la administración Prodi, la experiencia de participación de Rifondazione en ese gobierno era ya calificada de «fracaso» hasta por el propio Bertinotti, quien se esforzaba cada día con más dificultad en justificarla y lo hacía ya principalmente solo en base a la necesidad de evitar a toda costa concederle una tercera, y esta vez aplastante, victoria a Berlusconi. El desengaño era tal que toda aspiración inicial de la dirección de Rifondazione de llegar a influir desde la izquierda en las políticas sociales y económicas del gobierno Prodi había sido ya descartada. (1)

La única satisfacción, si cabe, que le podría haber quedado a Bertinotti de esta experiencia de gobierno a su término es que, al contrario que con el primer gobierno Prodi, esta vez nadie podría acusar a RC de provocar la caída del gobierno de centro-izquierda y permitir así la reelección de Berlusconi. Al contrario que en 1998, esta vez la causa directa de la caída del gobierno Prodi vino por el ala derecha de la coalición de centro-izquierda y fue provocada por el retiro del apoyo parlamentario del ministro Mastella y de su partido la UDEUR. La causante indirecta seria atribuida por RC a Veltroni y la creación a marchas forzadas del Partido Democrático (PD), que buscaba provocar la ruptura con los partidos minoritarios del centro-izquierda considerados ya como aliados ‘incómodos’ que hacían ingobernable la Italia. (2)

Con los comicios encima y poco que reivindicar de positivo de la experiencia de gobierno ante su electorado, la dirección de RC rápidamente pensó que al menos podría rentabilizar electoralmente el espacio político que dejaba abierto a su izquierda la creación y el giro a la derecha del nuevo PD, al pasar este oficialmente a definirse ya no como un partido de «izquierda» sino simplemente como partido «reformista» con aspiración a competir con la derecha por el electorado más moderado de centro. (3)

Para capitalizar electoralmente este nuevo espacio, la dirección de RC paso a agrupar en una única lista electoral llamada Izquierda Arco Iris (Sinistra Arcobaleno) a lo que la prensa italiana llama la «izquierda radical»: RC , el Partido de los Comunistas Italianos o PdCI, y los Verdes, más Izquierda Democrática (ID) (que agrupa al viejo sector de izquierda socialdemócrata escindido de Democratici di Sinistra cuando este partido decidió fusionarse en el PD). Bertinotti, como dirigente de la fuerza mayoritaria, encabezó la nueva lista Izquierda Arco Iris. La experiencia exitosa de Die Linke en Alemania (que se sabía realizada en un contexto totalmente distinto) parecía ofrecer un ejemplo esperanzador de esta estrategia a la dirección bertinottiana y, además, los sondeos auguraban a la Izquierda Arco Iris si no el 10% de votos que sumaron sus distintas componentes en las anteriores elecciones, si un respetable 8%.

Aunque la unidad de la izquierda radical era un proyecto que se llevaba discutiendo desde hace tiempo, es importante recalcar que la creación de la lista Izquierda Arco Iris se realiza a pasos forzados y con prisas en reacción a la creación del PD y bajo la expectativa de una inminente convocatoria electoral. La dirección de RC ni siquiera tuvo tiempo de convocar un congreso del partido para discutir y aprobar la creación de la nueva lista electoral (aunque la propuesta fue pasada por la mayoría bertinottiana en el consejo político del Partido). La nueva lista electoral, por lo tanto, se construyó principalmente en base a un acuerdo entre cúpulas de los diversos partidos, con una participación limitada por parte de la base social y militante de las organizaciones involucradas. (4)

El tamaño del desastre electoral que siguió pilló a todos por sorpresa. Izquierda Arco Iris recogió solo el 3% de los votos o algo más de un millón de votos, que contrastan con los más de dos millones de votos que RC había conseguido por si sola en las anteriores elecciones del 2006 (5.8% de votos al congreso y 7.3% al senado). Este 3% cae por debajo del umbral establecido por la ley electoral y por lo tanto las cuatro fuerzas que componen Izquierda Arco Iris pasan a ser extra-parlamentarias por primera vez en su historia. Desde el establecimiento de la República Italiana tras la derrota del fascismo nunca antes había faltado una representación comunista en el parlamento nacional.

Es importante recordar también que, al contrario que en las elecciones del 2006, esta vez los partidos que componen Izquierda Arco Iris se presentan a las elecciones separados de un frente electoral común con el centro izquierda, en gran parte porque el PD de Veltroni dice que los partidos que quieran formar una alianza electoral con él tenían que someterse al programa electoral del PD que (contrariamente a lo que sucedió con L’ Unione) no estaba sujeto a negociación. (5) A los partidos de la lista Izquierda Arco Iris de hecho no les había quedaba otra alternativa que presentarse por separado potenciando aun más el efecto de «voto útil», al polarizarse la confrontación electoral entre las únicas fuerzas con posibilidades reales e intención de formar gobierno (el PD y el PdL de Berlusconi aliado a la Liga Norte).

De acuerdo a los datos de flujo electoral (basados en encuestas que preguntan a votantes de cada partido lo que habían votado en las anteriores elecciones), el 33% de los votantes de RC en el 2006 votaron por el PD en el 2008, el 30% continuaron votando a RC (a través de Izquierda Arco Iris), el 20% se abstuvieron, el 9% votaron por otros partidos (principalmente por las listas de Sinistra Critica y del Partido de los Trabajadores Comunistas, formadas por dos escisiones por la izquierda de RC), el 4% por el partido de Di Pietro y el 2% por la derecha.

Hoy, la parte de la vieja dirección bertinottiana que se agrupa en torno a Vendola teoriza que el fracaso electoral se debe no tanto a la idea en si de confluir en la Izquierda Arco Iris, si no sobre todo a la forma aparatistica y acelerada en la que se llevó a cabo la creación de esta la lista y el contexto político en el que se fraguo. Por ello, a pesar de caracterizar la experiencia de la Izquierda Arco Iris como un fracaso, este sector continúa apostando fuertemente por un proyecto de convergencia de toda la ‘izquierda radical’ italiana en un nuevo proyecto de organización política liderado por la vieja RC, pero capaz de ‘superar’ el proyecto original de RC.

Tras la derrota electoral se disolvió la lista electoral Izquierda Arco Iris, experiencia calificada de fracaso por todas sus componentes. Bertinotti anuncia que se retira de la primera línea de la política y los secretarios de los Verdes y RC (el bertinottiano Franco Giordano) dimiten de sus cargos asumiendo la responsabilidad por la derrota ante sus respectivos militantes.

El VII congreso de RC

Al congreso de Chianciano se presentaron inicialmente cinco mociones políticas distintas, las dos primeras defendidas por miembros enfrentados de la vieja mayoría bertinottiana de la dirección. A pesar de diversos intentos, la vieja mayoría de RC había sido incapaz de acordar un documento común tras su división, durante la acalorada discusión que tuvo lugar en el primer consejo político del partido que siguió a la debacle electoral de abril. Ninguno de los cinco documentos políticos presentados al VII congreso inicialmente recaba por sí solo la mayoría absoluta, aunque el documento de Nichi Vendola es el que cuenta con más apoyos por sí solo.

Los otros tres documentos políticos discutidos en el congreso fueron presentados por las corrientes de L’Ernesto (corriente liderada por Fosco Giannini cuya moción apoyan 7.7% de los delegados), los trotskistas de Falce e Martello (corriente ligada a los ex militant de Allan Woods en Gran Bretaña y liderada por Claudio Bellotti cuyo documento apoyan el 3.2% de los delegados) y un último documento que recaba solo el 1.5% de apoyos presentado por Water De Cesaris (ex responsable de la secretaria del Partido bajo Giordano, que también rompe con la vieja mayoría bertinottiana). La minoría más importante hasta ahora dentro de RC, la corriente de Essere Comunista liderada por Claudio Grassi, decidió apoyar directamente el documento presentado por Ferrero, después del fracaso de sus intentos de mediación entre Vendola y el nuevo secretario. (6)

Los «ex-Bertinottianos» agrupados en torno a Ferrero y Giovanni Ruso Spenna (ex Democracia Proletaria y ex jefe del grupo de RC en el senado) finalmente acordaron un documento común con las tres minorías del partido, que titulan «Recomenzamos: un giro a la izquierda», y que obtiene 342 votos, venciendo así al documento presentado por el sector liderado por Vendola. El documento de la corriente bertinottiana, «Rifondazione por la izquierda», obtiene 304 votos (47% del total). La estrechez de la victoria del documento político de la nueva mayoría de Ferrero (53% de apoyos) contrasta con el 60% de apoyos que recibió el documento de Bertinotti en el anterior congreso.

Una vez puesta en evidencia los apoyos de la nueva mayoría, durante la elección del nuevo secretario del partido en la primera reunión del nuevo consejo político, Vendola renunció a enfrentar su candidatura a la de Ferrero y este salió elegido secretario con 142 votos a favor (solo uno por encima del quórum) y 134 votos en contra.

Ferrero ha invitado al sector de Vendola a formar parte de la nueva secretaria para garantizar la unidad del Partido (invitación que no hizo Bertinotti a las minorías tras ganar el anterior congreso). Pero Vendola lo ha rechazado, argumentando que no tiene sentido participar en una dirección que va a implementar una línea política con la que está en total desacuerdo. Vendola además ha anunciado que el 47% que lo apoyo se va a constituir en corriente política permanente, denominada «Rifondazione por la izquierda», y que no van a renunciar a proseguir con su proyecto político alternativo tanto dentro como fuera de RC.

La nueva dirección de Ferrero ha sintetizado el cambio de línea como ‘giro a la izquierda’. En cambio, Vendola y los que le apoyan caricaturizan la nueva línea como ‘regresión identitaria’, ‘sectaria’, ‘filo-justicialista’ (7), ‘dogmatica y simplista’, que busca refugiarse en la autoafirmación identitaria y sin vocación mayoritaria. Acusan a Ferrero de haberse apoyado en una alianza políticamente inconsistente que incluye a personajes impresentables que van desde estalinistas a trotskistas dogmáticos, con el único propósito de hacerse con la secretaria del Partido. Ferrero además es acusado de hipócrita, ya que critica la responsabilidad colectiva de la vieja dirección -de la que el también formaba parte-, por el fracaso de la experiencia de participación en el gobierno Prodi; pero después exige que paguen todos por estos errores menos él (vease por ejemplo la dimisión del ex secretario de RC Giordano).

Veamos exactamente cuáles son las ideas fuerza delineadas en el documento político de la mayoría de Ferrero (8), que lo distinguen del de Vendola:

Relanzar a RC como proyecto y organización política autónoma y abandonar el proyecto bertinottiano de «la asamblea constituyente de izquierda». La constituyente de la izquierda era la idea (sobre la cual en parte se baso la creación de la lista electoral Izquierda Arco Iris) de que RC debe promover una convergencia de los sectores y partidos a la izquierda del Partido Democrático en un nuevo sujeto político. La nueva línea de Ferrero pone énfasis en la necesidad de abandonar cualquier intento de hacer confluir, disolver o ‘superar’a RC en una nueva formación política. Aquí es importante subrayar que la línea de Ferrero no rechaza que RC trabaje en pos de la unidad de la izquierda radical, pero condiciona este trabajo unitario a la necesidad de defender la continuidad de RC como partido independiente. Es decir, es una reacción defensiva (justificada o no) al miedo real existente entre algunos sectores de RC de que el verdadero objetivo de Bertinotti era disolver RC como partido comunista, como había hecho Occhetto con el PCI en 1991.

Contrariamente a lo que afirma el sector de Vendola, la consigna de relanzar RC no equivale a congelar el proceso de innovación teórica y política que ha desarrollado este partido en los últimos años para reafirmarse en una especie de comunismo ortodoxo. La línea de elaboración e innovación política permanente que ha caracterizado a RC se debe mantener. Con respecto a la famosa línea de la ‘no violencia’ teorizada por Bertinotti (tan odiada por algunas de las corrientes minoritarias que componen la nueva mayoría), por ejemplo, se afirma que la ‘no violencia’ se mantiene pero que esta no debe ser interpretada como un absoluto metafísico, sino una practica de lucha para aplicar en el conflicto y en la crítica al poder.

Dada la experiencia negativa de participación en el gobierno Prodi y el giro a la derecha del PD de Veltroni, bajo las condiciones actuales es imposible contemplar la idea de una nueva participación de RC en un futuro gobierno nacional y además RC debe huir de cualquier intento de reconstrucción de un frente electoral nacional de centro-izquierda (tipo l’Unione), ya que solo acabaría por convertirse en una fuerza subalterna al PD. Es importante decir que esta idea se expresa en términos condicionales y no absolutos como caricaturizan los defensores de Vendola. Por otro lado, no es más que una constatación del hecho de que una de las señas de identidad de la dirección del PD de Veltroni es huir de cualquier necesidad de tener que aliarse o formar un futuro gobierno nacional con RC, favoreciendo su desaparición completa del mapa electoral. Al contrario de Veltroni, D’Alema y otros sectores en minoría dentro del PD, defienden la necesidad de que el PD construya alianzas electorales amplias con RC y otras fuerzas de izquierda. Esta idea se basa en la premisa de que el PD, por si solo, por mucho que le guste pensar a Veltroni, nunca llegara a movilizar un bloque suficientemente amplio del electorado para desplazar a la hegemonía de la derecha agrupada en torno a Berlusconi. La línea de ‘autosuficiencia’ del PD que persigue Veltroni, según D’Alema, no puede llevar más que a mantener permanentemente a este partido en la oposición, como le sucedió al PCI con la Democracia Cristiana.

La decisión de si RC debe o no entrar en gobiernos locales junto al PD o apoyar a gobiernos dirigidos por el PD debe seguir siendo tomada por las secciones locales soberanas del partido. Eso sí, es necesario comprobar si esos acuerdos son coherentes con los objetivos políticos de RC y debe primar el acuerdo sobre el programa cuando se decide entrar o no en gobiernos locales. (9)

Construir la oposición al gobierno de la derecha privilegiando el rencuentro y la unidad de acción con los movimientos sociales de oposición y los partidos de la izquierda radical, defendiendo siempre la autonomía de RC y la alternativa que esta representa frente al PD.

Ante las próximas elecciones europeas, RC mantiene su adhesión al grupo del parlamento Europeo de Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde, pero se presentará bajo sus propias siglas.

Reforma democrática del funcionamiento interno de RC. El objetivo es evitar la degeneración hacia el caudillismo plebiscitario del Partido, la subordinación del partido a sus representantes institucionales o su subordinación a las relaciones de la cúpula de RC con otras direcciones de partido. Gestión unitaria de la dirección del partido y promoción de la participación activa de sus militantes en las discusiones y decisiones de este. Rotación de cargos y no al acaparamiento simultaneo de cargos dentro del Partido y en las instituciones. (10)

Una lectura acelerada y superficial del documento alternativo de Vendola puede llevar fácilmente al lector a concluir que las diferencias de este con Ferrero son en realidad diferencias de matiz más que de sustancia. Sin embargo, una lectura del documento de Vendola a la par con las diversas entrevistas post-congresuales de Vendola y teniendo en cuenda el contexto político en el que se produce el debate, rápidamente deja entrever que lo que existe en el fondo es una diferencia de orientación estratégica. Veamos entonces que es exactamente lo que propone Vendola:

«La principal tarea de Rifondazione en el periodo que viene no es autorreafirmarse sino abrirse hacia el exterior para contribuir a reconstruir una oposición de izquierdas a Berlusconi y construir una nueva izquierda política en Italia.»

El desplome electoral de Izquierda Arco Iris en las elecciones de Abril era predecible pero no inevitable. Aquí lo que se defiende es que no había nada de equivocado con la idea en sí de Bertinotti de construir un nuevo sujeto político unitario a la izquierda del PD, sino que lo que salió mal fue el modo en que se puso en práctica esta idea y el contexto político desfavorable. En vez de enfatizar los errores subjetivos de la izquierda, como hace Ferrero, Vendola pone el acento en que la victoria electoral del 2008 de Berlusconi viene de más lejos, ya que es el resultado de un largo proceso de acumulación hegemónica de la derecha italiana en la sociedad (véase, por ejemplo, el hecho de que la victoria electoral del centroizquierda en 2006 se produce por un margen de 20,000 votos) y que hasta que la izquierda comprenda mejor este proceso tiene pocas posibilidades de levantarse de nuevo.

Vendola está de acuerdo en que la experiencia de Izquierda Arco Iris fue un fracaso y que no podrá reproducirse en la misma forma de lista electoral acordada aceleradamente entre las diversas cúpulas de partido, pero esto no significa que no sea posible y necesaria la creación de un nuevo sujeto político de izquierdas. Vendola afirma que quiere seguir colaborando con los otros partidos de la izquierda alternativa, pero rechaza tajantemente la oferta del PdCI de confluir en un único gran partido comunista que agrupe a todos los comunistas italianos.

La experiencia de participación en el gobierno Prodi ha sido un fracaso, pero este no se debe a que la decisión de RC de participación en ese gobierno fuese equivocada por principio, sino porque RC no supo estar a la altura del desafío que representaba esta opción estratégica. RC subestimo lo difícil que iba a ser realizar su proyecto de influir desde la izquierda y los movimientos sociales en las políticas del gobierno y no supo ni gestionar la coyuntura política del momento, ni evaluar hasta el fondo cual debía ser realmente el fin último de su participación en ese gobierno. (11)

Vendola está de acuerdo en que, con la línea política seguida por el PD bajoVeltroni y en las condiciones actuales, es imposible un futuro acuerdo de gobierno nacional con este partido y la construcción de una nueva alianza de centro izquierda.

La relación con el PD no puede más que desarrollarse a partir del reconocimiento de la autonomía de RC como proyecto político alternativo. Pero esta «autonomía» no implica «auto-marginación» y «autismo» de RC con respecto a un entorno político cambiante. RC debe mantenerse autónoma del PD, pero continuar desafiándolo y mantener una relación dialéctica con esta fuerza política en un contexto político que es siempre dinámico.

Reacciones al congreso de Chianciano

En las semanas que siguen al VII congreso diversas personalidades de la izquierda italiana cercanas a RC van declarando su adhesión a cada una de las dos nuevas corrientes. El secretario de la FIOM (el mayor sindicato del metal en Italia) Giorgio Cremaschi expresa su simpatía por Ferrero, mientras que una serie de intelectuales desde Marco Revelli a Alberto Asor Rosa declaran su afinidad con las tesis de Vendola. Personajes emblemáticos de los movimientos sociales, como la madre de Carlo Giuliani o Lidia Menapace, tras el resultado del congreso se afiliado finalmente a RC.

La dirección del PdCI salta de alegría afirmando que entre los vencedores del congreso se encuentran aquellos (en referencia a l’Ernesto) que apoyan la re-unificación de «los comunistas» de RC y el PdCI que ellos proponen. Claudio Fava, de Izquierda Democrática, y Grazia Francescato, la nueva secretaria de los Verdes, lamentan la derrota de las tesis de Vendola, ya que ambos continúan apostando por el proyecto de asamblea constituyente de la izquierda Italiana y la confluencia política y organizativa de la izquierda radical. Para Veltroni y la dirección del PD el resultado del congreso de RC confirma que con RC y la izquierda radical poco tenia de que hablar un partido de inspiración reformista. Mientras que D’ Alema, también del PD, en cambio se lamenta, ya que su potencial aliado Vendola ha salido derrotado.

Lo cierto es que la verdadera naturaleza de lo que ha ocurrido en Chianciano este verano solo se podrá ir dilucidando en el transcurso de los próximos meses con la práctica política real de cada uno de los protagonistas en este congreso.

NOTAS: (1) Para una rica discusión sobre lo que ‘salió mal’, desde el punto de vista de los propios defensores de la participación gubernamental de RC en el gobierno, véase el numero de Junio-Julio de la revista teórica de Bertinotti ‘Alternativa por el Socialismo’. (2) Efectivamente, la razón oficial esgrimida por la UDEUR para romper con Prodi fue su desacuerdo con la propuesta de reforma de la ley electoral, con el fin de favorecer el bipartidismo. La otra razón menos confesable fue la falta de apoyo a Mastella cuando su mujer y otros miembros de la UDEUR de la región de Campania fueron investigados por corrupción. (3) El Partido Democrático se creo en Octubre del 2007 tras la fusión de los dos partidos mayoritarios del centro izquierda italiano, la mayoría ex-PCI de Democratici di Sinistra y la Margherita que engloba al ala izquierda de la vieja democracia cristiana. (4) A principios de Diciembre del 2007 se produce la ‘asamblea de la izquierda y los ecologistas’ que inaugura formalmente la nueva lista electoral Izquierda Arco Iris. La asamblea consiste en un encuentro abierto a militantes y no militantes de las cuatro formaciones involucradas y reune entorno a las 5,000 personas. A pesar de esta alta participación de la base, el motor de todo el proceso viene principalmente dirigido desde las direcciones de los distintos partidos como mas tarde lamentarán los propios dirigentes de RC. (5) De hecho, solo el Partido de la Italia de los Valores de Di Pietro entra en alianza electoral con el PD, mientras que miembros del partido Radical son directamente cooptados en la lista del PD. (6) Essere Comunista presentó un documento político alternativo en el anterior congreso de RC, que obtuvo el apoyo del 26% de los delegados. La corriente tiene sus orígenes en el ala ‘izquierda’ de los cossutianos, que rompe con esta figura histórica del comunismo italiano cuando este decide mantener su apoyo al gobierno Prodi en 1998 y escindirse de RC para formar el Partido de los Comunistas Italianos. Los criticos de esta corriente a menudo la caracterizan de «estalinista de izquierda», dado su oposición a la crítica, desde su punto de vista desmesurada, que Bertinotti hace del sistema soviético, de los países de la antigua orbita de la URSS y de la dirección histórica del PCI Italiano. Esta corriente también ha criticado la línea política de la no violencia bertinottiana y la entrada de RC en el gobierno Prodi en el 2006. (7) Esta acusación sui generis italiana se basa en la supuesta simpatía expresada por Ferrero hacia las ultimas iniciativas del ex Juez pasado a político Di Pietro para defender el sistema judicial contra los ataque de Berlusconi. Di Pietro tiene fama de anticomunista y se opuso al establecimiento de una comisión de investigación de la represión policial en Génova en el 2001. (8) El lector puede juzgar por si mismo lo que diferencia a las dos nuevas corrientes de RC consultando los dos documentos políticos en el numero online del diario Liberazione del 29 de Julio del 2008. (9) La línea de Ferrero sobre gobiernos locales se puso a prueba inmediatamente después del congreso, cuando el nuevo secretario criticó la decisión de la sección regional de RC de Calabria (dominada por vendolianos) de volver a entrar a formar parte del gobierno regional del PD después de que el gobernador regional había sido acusado de corrupción. A pesar de oponerse a la entrada de RC en este gobierno, Ferrero respetó la decisión de la dirección regional del Partido. Esta posición de Ferrero contrasta con la línea de uno de sus aliados, la corriente Falce e Martello , que se opone por principio a entrar en cualquier gobierno regional con el PD. (10) Estas ideas ya estaban contenidas en las conclusiones de la conferencia organizativa que RC celebra Carrara en Marzo del 2007 por la nueva mayoría critica, que no se llegaron a implementar nunca. (11) Alfonso Gianni, sub-secretario de RC en el ministerio para el desarrollo económico bajo Prodi, escribe que a su entender RC cometió dos errores fundamentales al inicio del gobierno Prodi. Primero, RC no saco las conclusiones adecuadas sobre lo estrecho que había sido la victoria electoral del centro-izquierda sobre Berlusconi en el 2006. Una victoria «débil», que reflejaba una relación de fuerzas mucho más desfavorable para implementar el ambicioso programa de centro-izquierda que RC había contribuido a redactar. RC debió hacer un esfuerzo mayor desde el primer día de gobierno para comprender mejor el por qué de esta desfavorable correlación de fuerzas en la sociedad Italiana y actuar desde el gobierno para intentar cambiarla. El segundo error, fue pretender implementar todo los elementos que RC había contribuido al programa de gobierno en esta situación de debilidad. RC tendría que haber renegociado el programa electoral y repensar los elementos esenciales del programa que podrían intentar implementarse y que contribuirían a mejorar la relación de fuerzas para la izquierda.

Álvaro Rein es el heterónimo de un analista financiero español radicado en Francfort y especializado en las economías asiáticas, particularmente en la china. Ha publicado anteriormente en Sin Permiso «La política cambiaria china y los desequilibrios globales» .