Así termina mi artículo escrito una hora antes de las elecciones “Mañana, que sea entonces, el inicio para volver a las sendas de la revolución. El nuevo amanecer será una realidad, si construimos fuerza y poder popular”[1]. También, afirmaba, que los pueblos deben ser la vanguardia. No puede haber movimiento, si los pueblos no están en movimiento, si están adormecidos, si siguen solo en la resistencia pasiva. La resistencia debe ser permanente, dinámica, fuerte, nos tiene que llevar a la valentía y rebeldía.
Esta primera vuelta para elegir a los gobernantes del país, nos está abriendo la esperanza para construir una nueva democracia, un nuevo sistema, una nueva estructura, un nuevo país. Una casa donde quepamos todos y todas, incluyendo a nuestros enemigos. Para esto el nuevo gobierno, debe comprender que tiene que “hacer un gran ejercicio para gobernar en el sentido plural; no se admiten términos de fascismo político en estos tiempos»[2].
Desde que comenzó la campaña electoral siempre afirmamos que “iba a ver muchas sorpresas”. No todo estaba escrito. No puede ser que Guatemala, estuviera condenado a regresar totalmente al pasado. Había una desesperanza y un desánimo en la población, ¡porque nada cambia! Ayer, cuando vimos las acarreadas, las cocinas construidas por los partidos de derecha y de extrema derecha dándole de comer a sus simpatizantes, las filas en las sedes partidistas dando dinero a la gente por el voto, un ministerio público que llamó a denunciar cualquier delito electoral y cuando se denunciaba, no acudieron casi nunca. La gente dijo, aquí será todo lo mismo.
Se veía en el rostro cansado de hombres, mujeres y jóvenes. Muchos de ellos cargando con sus hijos e hijas en brazos, corriendo de un lado a otro, buscando las mesas para votar. Rostros cansados, que intentaban hacer el último esfuerzo, para ver si se intentaba cambiar en algo la situación dura del país.
Claro está, que la lucha es fuerte y larga. Las municipalidades y el congreso, seguirá en manos de corruptos y mafiosos. El crimen organizado, el narcotráfico, los lavanderos, los contratistas, los financistas, le echaron el ojo al millonario presupuesto de las municipalidades, en donde se juega el poder, de los ricos emergentes y de los viejos. La magia, el pacto de corruptos, el pacto criminal o los criminales económicos, seguirán con sus proyectos. Solo los pueblos organizados podrán darles un alto y nadie más.
Semilla, un movimiento que nace de las luchas en las plazas en contra de la corrupción del Partido Patriota. Un movimiento compuesto por académicos, profesionales, indígenas y ladinos de clase media, mayoritariamente urbanos, profesores de universidades y académicos, de la talla de: Edelberto Torres, Fuentes Knigth, Carlos Orantes, entre muchos más. Jóvenes que se pensaron y soñaron como la nueva política. Un movimiento no de izquierda, ni comunista, ni indigenistas, ni socialista. Un movimiento, progresista que piensa por lo menos que se puede construir un país más humano y justo. Vuelve a abrir las venas de la esperanza del pueblo guatemalteco.
De hecho, el camino es largo y tortuoso. La derecha fascista, está ya soltando su saliva envenenada, confundiendo con su discurso anticomunista. Llamando a cuidar a que no se permita que nos convirtamos en una Cuba, Venezuela, Nicaragua. Por eso, como dice Lucrecia Mack, “no es momento para caer en triunfalismos, pero sí de aprovechar el resurgimiento de la esperanza para multiplicar nuestros esfuerzos”[3]. Y se puede seguir soñando, para construir la historia de los de abajo. Para que regresen al país, quienes fueron perseguidos y expulsados por este gobierno y los grupos fascistas como FundaTerror, Avemilgua, Liga Pro Patria, Amigos del País. Es el voto para que ya no haya más migrantes que huyen de la pobreza y la extrema pobreza.
El voto que hasta ahora se le ha dado a Semilla, es de confianza, como dice Bernardo Arévalo, y “de valentía”, porque se sueña con un mejor país. No es un voto, como dicen algunos, “al colonizador”, es el voto en contra del “fascismo, y de la violencia,”. Es el voto de quienes aún piensa en la utopía de la “la paz y la libertad”.
Es el voto para gozar “nuestros derechos y confiar en un futuro mejor. Es un rechazo al racismo, a la discriminación, a la exclusión, a la opresión, al despojo, al desalojo. Este voto, es para encontrar la posibilidad de realizarnos de acuerdo a nuestras cosmovisiones. Para reconocernos todos y todas como un país diverso y con culturar vigorosas. Es para darle el poder al pueblo que es la fuente del poder político legítimo. El pueblo que lleva sobre sus hombros la soberanía”[4]. Es el voto para seguir soñándonos en resistencia y rebeldía.
“Es el voto para la vida y no para la muerte”
Notas:
[1] GUATEMALA: LOS VEN COMO ANGELITOS (entrepueblosradio.com.ar), visto última vez el 26 de junio de 2023.
[2] Entrevista con Alejandro Maldonado Aguirre en Emisoras Unidas, emisoras unidas – Twitter Search / Twitter, visto última vez el 26 de junio de 2023.
[3] Lucrecia Hernández Mack 🌱 on Twitter: visto última vez el 26 de junio de 2023.
[4] Unos conceptos, fueron tomados del Plan de Gobierno del Movimiento Semilla, pdf.
Kajkoj Maximo Ba Tiul. Maya Poqomchi, antropólogo, filósofo y teólogo, investigador.
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