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Denuncia del secretario general de los comunistas rusos

En Europa asistimos a un nuevo intento de «prohibir el comunismo»

Fuentes: Sovietskaya Rossia

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S.Comín

El 13 de septiembre en Paris se reunió la Comisión Política de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE). Es una Comisión importante dado que en ella se analizan los temas que serán posteriormente incluidos en el orden del día de las sesiones de la PACE, que se celebran 4 veces al año. En esta ocasión la reunión de la Comisión Política tenía un interés añadido. En ella se debatía la propuesta de los partidos conservadores de incluir en el orden del día de la PACE el informe bajo el título: «La necesidad de la condena internacional a los crímenes del comunismo» y las recomendaciones preparadas sobre la base de este informe. Pedimos a G. Ziuganov, que intervino en esta reunión en calidad de miembro de la delegación del parlamento ruso (Duma), que nos comente lo que se pudo oír en el transcurso de este debate.

-Así pues, los revanchistas salidos de las cavernas comienzan a pedir de nuevo la prohibición de la idea comunista. Lo cierto es que se trata de un intento más, de los incontables que ha habido, de los que en distinta época y en distinta forma se han dado en el mundo. Como es sabido el principal líder el anticomunismo era Hitler. Tras la derrota de la Alemania fascista, los anticomunistas tuvieron el pico cerrado durante bastante tiempo. Pero de nuevo, los seguidores de Hitler asoman la cabeza. En esta ocasión en el Consejo de Europa. ¿Cómo transcurrió la reunión de la Comisión Política?

– Fue un debate tenso, tormentoso. De los aproximadamente 50 miembros de la Comisión intervinieron unos 20. Es algo que a nadie dejó indiferente, pues alguien había decidido montar una farsa judicial internacional, confiriendo a la PACE funciones que para nada le son propias. Por esta vez pudimos repeler el ataque. La Comisión no recomendó incluir el mencionado informe en el orden del día de las sesiones de la PACE, que tendrán lugar en octubre. Pero no podemos relajarnos. No dudo que habrá un nuevo intento de colarlo en los puntos a tratar en la reunión siguiente, a celebrar en enero del año que viene.

-¿Cómo valoraría este informe?

– Más allá del plano coyuntural, es algo repugnante. Es un ejemplo del anticomunismo más salvaje y cavernario. Sus autores han reunido toda la basura anticomunista recopilada durante décadas y la han mezclado en la misma olla. El guiso resultante ha salido extremadamente pestilente. Pero no han faltado voluntarios para dar a probar este plato a la comunidad internacional.

-¿Y fueron muchos los miembros de la Comisión política, los que quisieron probar el guiso?

– El informe fue respaldado únicamente por nuestros antiguos aliados: letones, estones, lituanos, húngaros y búlgaros. No saben que hacer para agradar a América (sic) y mostrarle su total sometimiento. Cuando supe que este vil documento fue votado por un búlgaro, pensé con aflicción, en los tres regimientos de mi tierra natal, en la región de Orlov-Orlovsky, Sevsky, Boljovsky-que participaron en la guerra de liberación contra el imperio otomano. Un gran número de mis paisanos cayeron en Shipka, conquistando la libertad para Bulgaria. La conducta del diputado búlgaro me produjo indignación. Sin embargo estoy seguro de que el pueblo búlgaro no comparte el punto de vista de su «representante».

Distinto fue el comportamiento de los políticos de los países punteros de Europa. Se mostraron en contra de incluir este documento, representantes de países, a los que difícilmente se puede acusar de simpatía al ideal comunista. En general las principales potencias europeas, especialmente del mediterráneo, se mostraron claramente en contra. Hay que alabar la corrección del parlamentario turco que hacía las veces de moderador. Dejó intervenir a todos pero insistiendo en que las intervenciones no derivasen en un pesado debate sobre el documento, instando a decidir en votación si incluirlo o no en el orden del día de la PACE. Por cuanto que la mayoría de los miembros se mostraron contrarios, no se produjo el ansiado debate, en el que confiaban los instigadores del documento.

-¿Y de quién era la iniciativa?

– El informe en si, fue preparado por el parlamentario sueco Jordan Lindblad. Pero los más entusiastas partidarios de su discusión fueron nuestros «amigos» de las repúblicas bálticas. Fíjense que curioso. Precisamente en los últimos tiempos estamos asistiendo en estas repúblicas a la rehabilitación y ensalzamiento de los supervivientes de las SS.

Les hacen monumentos, se les suben las pensiones, se organizan desfiles (con la participación de miembros del gobierno) para conmemorar el día de la creación de sus legiones, adscritas a las SS. Es decir el renacimiento del fascismo en todo su esplendor.

Al mismo tiempo esas mismas élites de Letonia, Lituania y Estonia, buscan la prohibición de la idea comunista. Igual que hicieron sus predecesores espirituales, los líderes de la Alemania hitleriana. Se reanima y se intenta poner en práctica la lógica de pensamiento y obra del Tercer Reich, que se había marcado como objetivo la aniquilación de todo lo comunista. Y este es un hecho que debe poner en guardia a todo el mundo.

-¿En que se basan las acusaciones del señor Lindblad?

– Nada tienen de novedoso. Se vuelven a centrar en la mohosa conclusión de la supuesta cercanía del comunismo y del fascismo. Aunque cualquier persona con educación elemental sabría distinguir las diferencias de principio. Por ejemplo: los comunistas defendemos la propiedad de todo el pueblo sobre los medios de producción, los fascistas defienden la economía corporativa, la propiedad privada. Los comunistas defendemos la solidaridad proletaria y la unidad de la clase trabajadora, los fascistas propugnan la superioridad de la «raza aria», frente al resto de pueblos, a los que consideran esclavos… ¿qué podemos tener en común con ellos?

Durante los años de la «guerra fría» la propaganda anticomunista diseño las supuestas y provocadoras similitudes de los dos antagonistas-comunismo y fascismo- a través de la utilización de la palabreja «totalitarismo,» aplicada a ideologías completamente opuestas.

Es una enorme estupidez y falsedad. Tanto más, si tenemos en cuenta que el término «totalitarismo»sería plenamente aplicable a muchas de las actuaciones de las «democracias» americana, francesa o inglesa: desde la creación de campos de concentración e internamiento de cientos de miles de ciudadanos de nacionalidades «sospechosas», hasta la siembra del terrorismo internacional.

Al mismo tiempo, los autores del informe nada dicen, de que fueron precisamente los partidos comunistas, con el Partido Bolchevique, PCUS a la cabeza, los que aportaron el elemento decisivo para acabar con el fascismo. Los comunistas encabezaron la lucha contra el fascismo en Italia, Grecia, Francia y otros países. Fueron precisamente ellos los que pagaron el más alto precio por el futuro democrático de Europa, recibiendo como en el caso de los comunistas franceses, el título honorífico de «partido de fusilados».

– ¿Qué sentido tiene entonces esta maniobra?

Ante todo es una reacción a la recuperación de la influencia de los comunistas en el mundo. Las fuerzas que han empujado al señor Lindblad a redactar ese informe, no ocultan las señales de alarma, que les provoca ver como, a pesar de toda la histeria anticomunista de los últimos años, el comunismo continúa siendo un ideal vivo en el mundo contemporáneo.

Citaré algunos fragmentos del documento:»… algunos países siguen gobernados en nuestros días por regímenes comunistas», «una determinada nostalgia por la época comunista, sigue estando presente en una serie de países. Esto nos lleva al surgimiento de la amenaza de la llegada al poder de los comunistas en uno u otro país», «determinados elementos de la ideología comunista tales como la igualdad, o la justicia social, continúan atrayendo a muchos políticos…», «los partidos comunistas continúan actuando abiertamente en algunos países», » los símbolos comunistas siguen siendo abiertamente utilizados»., «se conservan monumentos, nombres de calles y demás símbolos externos, relacionados con la historia del comunismo» etcétera.

En estas citas queda claramente al descubierto la explicación de su intención destructora.

Los que pretenden sacar adelante esta iniciativa están hondamente preocupados por la vigencia y capacidad de atracción del comunismo y por el fracaso de los gobernantes «demócratas».

En una entrevista concedida a un diario ruso, el señor Lindblad, se refería en concreto, a que en Suecia hay una compañía que vende camisetas con los símbolos de la URSS. Si se tratase solo de camisetas no se inquietarían tanto. La cosa es mucho más seria. Los partidos comunistas tienen hoy representación- en algunos casos importante- en los parlamentos de Dinamarca, Ucrania, Francia, Finlandia, Noruega, Suecia, Italia, Portugal, Gracia, Bulgaria, Bielorrusia, España, Chequia, Eslovaquia, Chipre, Letonia, y por supuesto de Rusia. Diputados comunistas los hay en el Europarlamento y en la propia PACE. Desde los años 90 hasta principios de la presente década, el apoyo a los partidos de izquierda en las elecciones europeas ha crecido de un 6’7% a un 15’3%. Uno de cada 5 ó 6 electores europeos vota hoy por los comunistas o sus aliados. Los comunistas están hoy en el poder en Moldavia. Están en la coalición gubernamental en Chipre, donde están al frente de 4 ministerios de 11. Las elecciones en Alemania pueden suponer un reforzamiento de las posiciones de nuestros camaradas del Partido de la Izquierda, del PDS, heredero del SED, partido gobernante en la RDA.

Los comunistas están el poder en China, en Corea del Norte, en Vietnam. El presidente del parlamento indio es comunista. Nuestros correligionarios tienen una participación activa y representación en los parlamentos de Japón, Shri-Lanka, Bangla Desh, Nepal. Los partidos comunistas tienen una importante actividad en África, en Oriente Próximo, en Australia. En Sudáfrica forman parte de la coalición gubernamental. Los comunistas intervienen activamente en los parlamentos de Siria, Marruecos, Israel. Lo mismo encontramos en Sudamérica. Están al frente de Cuba. Tienen representación en los parlamentos de Uruguay, Guatemala, Brasil, Venezuela, Panamá.

Es esto lo que alarma a los que están detrás de esta «iniciativa» anticomunista. Desean ansiosamente declarar fuera de la ley a todos estos innumerables partidos comunistas, a las decenas de millones de comunistas y cientos de millones de partidarios. No se saldrán con la suya.

En la historia contemporánea lo han intentado en tres ocasiones: Hitler en Alemania, el senador McArthy en los EE.UU. y Yeltsin en Rusia. Como acabaron esos intentos es de todos conocido.

-¿Sólo los partidos comunistas pueden ser victimas de la restauración del macartismo?

– La sensación es que el golpe va dirigido también contra los partidos socialistas y socialdemócratas y la Internacional Socialista. ¿Qué significa declarar la ideología comunista como criminal? Significa criminalizar su base ideológica, es decir, el marxismo.

Pero el marxismo es el fundamento ideológico de la cosmovisión no solo de los comunistas, también de los socialdemócratas. Así que ellos también pueden ser declarados un «movimiento criminal». Por cuanto la iniciativa parte de la derecha conservadora (principales adversarios de los socialdemócratas), es algo muy posible.

Recordemos que tanto en la RDA como en la República Popular Polaca, en el poder no estaban los partidos comunistas, sino partidos «socialistas» y «obreros», que representaban la idea de cooperación de comunistas y socialdemócratas. Esa es la excusa para el ataque a la Internacional Socialista y a las fuerzas de izquierda en Europa y en el mundo en general. Por cierto, que en Rusia, la Revolución de Octubre fue llevada a cabo por el Partido Socialdemócrata Obrero Ruso (bolchevique). Un argumento más para implicar a la socialdemocracia actual en las represiones políticas a nivel global.

Los autores del informe no ocultan su intención de rediseñar la historia en su beneficio.

– En general es una ocupación bastante peligrosa. Como se suele decir: si disparas a la historia con un fusil, esta te puede responder con un cañonazo.

– Precisamente. Uno de los postulados del documento suena así: «La ideología comunista independientemente del lugar y momento de su introducción, ya sea en Europa o en alguna otra parte, siempre ha conducido al terror en masa, a los crímenes contra la humanidad y la violación de los derechos del hombre». Es decir, es intrínsecamente criminal, y debe ser por tanto perseguida y erradicada. De ahí la exigencia del informe: «revisar la historia del comunismo y su propio pasado».

Dicho de otro modo, a Europa y al mundo entero se le propone renunciar a su historia.

Una iniciativa peligrosa que puede volverse contra sus propios autores. Poco cuesta recordar las decenas de millones de víctimas de la política colonial de las potencias europeas en Asia, África y América. Nada costaría acusar de genocidio a Gran Bretaña, si hablamos del destino de la india, a los EE.UU. si recordamos el aniquilamiento de las tribus autóctonas del norte del continente. Que decir de los crímenes de guerra cometidos por los estadounidenses en Vietnam, donde acabaron con la vida de millones de civiles inocentes. Y ya puestos, ¿Por qué no recordar las trágicas consecuencias de la agresión de los 14 países de la Entente contra la joven Rusia Soviética y los campos de concentración ingleses en el norte de Rusia? ¿Y que hay de las decenas de miles de soldados del Ejercito Rojo, torturados en los campos de concentración de Polonia a principios de los años 20? Y ya puestos ¿por qué no exigir la condena internacional de la política sangrienta de conquistadores como los monarcas suecos Gustavo Adolfo, Carlos XII, el prusiano Federico II, o del propio Napoleón que sembró de cadáveres toda Europa?

– ¿Qué perspectivas tiene de salir adelante la «iniciativa»?

– Estoy seguro de que a pesar de la «zurra» que se han llevado en la Comisión Política de la PACE, los organizadores de esta nueva campaña anticomunista no se van a detener ahí. Es un importante encargo político que tratarán de materializar a toda costa. Es algo por lo que ya han «cobrado». Pero la fuerza del ataque ha encontrado una fuerza igual en el contraataque. Han expresado su protesta Refundación Comunista de Italia, el Partido Comunista Griego, el Partido Comunista Eslovaco, los comunistas de Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania, Bielorrusia, y Transnistria (región rusófona de Moldavia. N de la T), AKEL de Chipre y otros. Estoy convencido de que nos apoyan partidos socialdemócratas, obreros, movimientos antiglobalización y muchas otras fuerzas influyentes.

Al mismo tiempo, esto sirve a la izquierda para no bajar la guardia y mantenerse alerta. La globalización a la americana, da cada día más muestras de pretender la fascistización.

Nuestra tarea más importante es acabar con esos intentos.

Notas

El Consejo de Europa, la organización política más antigua (1949) del continente:
• engloba a 46 países, entre los cuales 21 Estados de Europa central y oriental,
• ha admitido la candidatura de Belarús y ha concedido el estatuto de observador a otros 5 Estados (Santa Sede, Estados Unidos, Canadá, Japón y Méjico),
• es distinto de la Unión Europea de los «25», aunque ningún país se ha adherido nunca a la Unión sin pertenecer antes al Consejo de Europa,
• tiene su sede en Estrasburgo (Francia).

(Fuente: Consejo de Europa.www.coe.int)