No querían que se viera deambulando por las calles de Calais a refugiados sin hogar y sin papeles, procedentes de territorios hostiles donde nuestras tropas crean orden, donde nuestras armas contribuyen al caos. El Estado ni les concede el derecho de asilo ni se encarga de su protección. Por ello en 1999 habilitaron un hangar […]
No querían que se viera deambulando por las calles de Calais a refugiados sin hogar y sin papeles, procedentes de territorios hostiles donde nuestras tropas crean orden, donde nuestras armas contribuyen al caos. El Estado ni les concede el derecho de asilo ni se encarga de su protección.
Por ello en 1999 habilitaron un hangar en Sangatte, para que lo gestionara la Cruz Roja francesa. Un campo de refugiados a las puertas del Eurotúnel, sin apenas recursos. El hacinamiento, las peleas, la transformación del lugar en un sitio de tránsito, y el sentimiento de inseguridad de los vecinos alimentados por políticos y medios condujeron a su cierre a finales de 2002. De nuevo, con el objetivo de invisibilizar personas en tierra de nadie, como afirman Karen Akoka y Olivier Blanchard en la revista Vacarme.
Desde entonces, los refugiados, africanos pero sobre todo asiáticos de origen afgano, se han dispersado por ocho departamento franceses y Bélgica, agrupándose con frecuencia en campamentos informales en bosques (denominadas «junglas», expresión con fuerte tufo colonial), edificios abandonados o cerca de estaciones de servicio. Que la mayoría de ellos desee llegar al Reino Unido no se debe sólo a cuestiones de idioma, a vínculos históricos, sino también a la percepción, posiblemente errónea, de una mayor facilidad para obtener la residencia, y a los obstáculos que imponen la administración francesa y la legislación europea reciente al derecho de asilo. En virtud del Reglamento Dublín II y la interpretación que hace el ex ministro de Interior y ahora presidente Nicolas Sarkozy una solicitud de asilo en Francia puede traer como consecuencia que te reconduzcan al país de la Unión Europea por el que has entrado (como Grecia o Polonia).
De modo que la redada-espectáculo que organizó hace unos días el ministro de Inmigración francés Eric Besson, quien envió a la policía -y a la prensa- a desmantelar una de «las junglas» de Calais no es, como muestra el mapa de abajo, la primera, ni probablemente será la última. Al menos mientras El Elíseo siga albergando aspirantes a Tarzán.
Calais: campamentos de inmigrantes que han existido en los últimos años (círculos grises). Autor: Olivier Clochard. Vacarme (número 48).
Rutas, campamentos y centros de internamiento en torno al Canal de la Mancha. Autor: Olivier Clochard. Vacarme (número 48).
Fuente: http://www.javierortiz.net/voz/samuel/en-la-jungla-de-calais