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Salvador Tió y Carmen Santiago relatan la actualidad de Puerto Rico que no es Estado, ni Libre, ni Asociado

Entre añoranzas y vacíos

Fuentes: Bohemia

Escenario de un diálogo, Bohemia abrió sus páginas a una mirada sobre lo que nos une al pueblo hermano de Puerto Rico; una historia con denominadores comunes que nos repasan el analista y abogado proindependentista puertorriqueño Salvador Tió, junto a la activista y candidata a la legislatura Carmen Santiago Negrón. Lector ferviente de la revista […]

Escenario de un diálogo, Bohemia abrió sus páginas a una mirada sobre lo que nos une al pueblo hermano de Puerto Rico; una historia con denominadores comunes que nos repasan el analista y abogado proindependentista puertorriqueño Salvador Tió, junto a la activista y candidata a la legislatura Carmen Santiago Negrón.

Lector ferviente de la revista -más cuando sus ediciones eran semanales y circulaba por muchos países latinoamericanos durante la segunda mitad del siglo pasado, antes del recrudecimiento del bloqueo, que obligó a la aplicación de medidas de período especial en tiempos de paz-, Tió confesó que no ha habido ni hay en su país un medio de prensa como Bohemia, en un contexto en el que la penetración política y cultural de Estados Unidos domina las narrativas mediáticas y las construcciones de nación. La línea editorial de los principales medios es predominantemente neoliberal y colonialista.

«Ciertamente, Puerto Rico (PR) es hoy una catástrofe, está en una condición difícil, pero seguimos vivos. Sabemos que somos boricuas, no estadounidenses, y mantenemos el sentido de pertenencia como resistencia a la dominación cultural. No se puede escoger lo que se es, y para el puertorriqueño no hay duda de lo que es ser puertorriqueño. En varios aspectos, la metrópoli ha conseguido ubicar en el imaginario del pueblo que la independencia es una locura, que somos chiflados por querer alcanzar este sueño, asegura; y muchos afirman categóricamente la necesaria permanencia de la subordinación a los intereses de los Estados Unidos.

«Pero eso es una construcción. En la escuela se nos impuso la enseñanza del inglés. ¿Y tú sabes cómo le dice el boricua al inglés? El difícil. Nuestra historia ha sido manipulada, y casi está extinta de los programas de estudio. Se enseña en segundo año de la escuela superior, y ahora están proponiendo eliminar la asignatura.

«En parte, que la colonia continúe viva es culpa de la Guerra Fría y de la macabra habilidad política de Estados Unidos al imponer su voluntad y perseguir, reprimir y criminalizar la lucha por la soberanía y la independencia. Ya para finales de la década del 40, en PR había comenzado la operación Manos a la Obra, un programa de industrialización que trajo al país 300 fábricas en seis años. Así se experimentó con el neoliberalismo antes de que se conociese como tal. De manera que la colonia se convirtió para el imaginario popular en sinónimo de ‘progreso’.

«Es ahí también cuando se intensifica la criminalización del independentismo en el país y se aprueba la Ley de la Mordaza. Esta ley dispuso que era delito no solo desplegar la bandera; sino guardarla en la intimidad del hogar. Era un delito su mera posesión y era penado, así como lo fue también cantar el himno nacional, escrito por Lola Rodríguez de Tió».

«A pesar de esto, el ideal de independencia no muere. Para Salvador Tió -emparentado con aquella ilustre puertorriqueña, a quien se deben los versos de que Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas-, esa nación sigue teniendo un alma independentista. Cuba, con su historia común, ha sido también impulso de esa alma que no muere».

-Puerto Rico, ¿asunto interno de los Estados Unidos?

-Se niegan a reconocer que se trata de un pueblo con derecho al ejercicio de su libre determinación y soberanía. Se niegan a propiciar un verdadero proceso de descolonización y cada día más imponen sus políticas de corte neoliberal que han llevado a Puerto Rico a una subordinación en cuanto a política fiscal, a la invasión de megatiendas que controlan el comercio e imponen su control sobre la educación, las relaciones de trabajo y ahora pretenden crear una Junta de Control Fiscal que subordinaría a Puerto Rico a los dictados del sector financiero de los Estados Unidos.

«PR tiene una alegada deuda de 73 mil millones de dólares, que está siendo reclamada ya no por quienes la crearon, sino por quienes la compraron en el mercado secundario de los bonos municipales. Han llevado a la isla a someterse al pago de una deuda impagable. Hoy en Puerto Rico son los Fondos Buitres los que dictan las políticas que le imponen al pueblo la emigración forzada, el saqueo de sus pensiones, la tercerización de su fuerza laboral y la negación del derecho a la organización sindical y el derecho a huelga.

«Aunque los fondos buitres han invertido solo 25 centavos de dólar por esos bonos hoy quieren recuperar el dólar completo, y seguir con el fraude y la corrupción. Ni siquiera le reconocen a Puerto Rico la protección de la Ley de Quiebras que se aplica en los 50 estados y en los gobiernos municipales. No planteamos que sea la solución justa y razonable; pero es arbitrario y opresivo negarle a Puerto Rico esa mínima e insuficiente protección.

«Ahora mismo, el escenario está listo para que sobre nuestro país se lance una avalancha de intervenciones que desembocarían en la privatización forzada y la entrega de todo el patrimonio nacional, el que nos queda.

«El atractivo de estos bonos que han sido la principal fuente de financiamiento del Gobierno para la inversión en infraestructura es, por un lado, que los intereses que reciben los tenedores de la misma están exentos del pago de contribuciones al gobierno federal y al Gobierno de Puerto Rico y a los gobiernos municipales. Pero además estos bonos están asegurados. Las cinco compañías aseguradoras que les sirven a estos inversionistas garantizan su pago en caso de que Puerto Rico incumpla con sus obligaciones».

Por ello Salvador Tió considera que la propuesta de la Senadora María de Lourdes Santiago, candidata del Partido Independentista Puertorriqueño en las elecciones de noviembre, es la única manera de obligar a los Estados Unidos a reconocer la necesidad de aceptar una auditoría y renegociación de la deuda que se nos pretende cobrar en términos que, de no modificarse, someterían a los puertorriqueños a condiciones de pobreza colectiva, a la cadena perpetua del colonialismo, la subordinación y la servidumbre».

Pérdida de la soberanía alimentaria

Enfatiza este abogado que ya sucede algo similar con las tierras de cultivo en la nación caribeña. Puerto Rico no posee un sistema de agricultura sostenible, que ampare un autoabastecimiento alimentario. Por el contrario, se fomenta la entrega de las tierras en manos del Gobierno y de terratenientes privados a compañías extranjeras, las cuales han convertido el suelo puertorriqueño en una zona de experimentación de semillas trangénicas y de intenso uso de agrotóxicos químicos que representan, además, la más grave amenaza a la salud de los puertorriqueños.

«Les han entregado las mejores tierras del país. ¿Para producir comida?», se pregunta. Las grandes transnacionales, apunta, producen semillas transgénicas de soya y maíz, por eso va aumentando de manera intensa la entrega de las áreas más fértiles, que en algún momento fueron de caña de azúcar. «Según legislación redactada por los abogados de compañías como Monsanto, Syngenta, Dupont Pioneer, Bayer entre otras, tienen acceso privilegiado e ilimitado a toda el agua que quieran, nos afecte la sequía o no.

«Al no declararse como compañías agrícolas sino más bien empresas bioquímicas y biotecnológicas, han recibido garantía de evadir la ley de los 500 acres, y se les exime de pagar contribuciones, y a los trabajadores solo pagan la mitad del salario. El resto lo paga el Gobierno, sometido a los requerimientos de trato preferencial que estas compañías han logrado se les otorgue.

«Esta política de convertir a Puerto Rico en paraíso para la experimentación con transgénicos ha llevado al país a importar más del 80 por ciento de sus alimentos desde el extranjero, lo cual contribuye a la inseguridad alimentaria y al pago de los fletes marítimos onerosos, según se nos obliga en virtud de la imposición de las leyes de cabotaje que constituyen otra carga pesada para el endeudamiento del país y al alto costo de la alimentación. Algo parecido sucede con las grandes farmacéuticas, todas acomodadas de tal forma que su ganancia fundamental sale por completo del país».

Tal situación ha forzado la emigración de un millón de puertorriqueños a la Florida. Algunos pensarán que la gente está muy contenta con esto, pero la mayor parte de ellos hubiera preferido no tener que irse, explicó Tió.

Vivir de una mentira

Tió compara el PR de hoy con la Cuba de los años 50, con altos índices de corrupción y un aparato gubernamental sustentado sobre una mentira. «Una mentira construida de tal manera que nos la creemos», afirmó. «Porque Puerto Rico supuestamente es un Estado Libre Asociado, pero en realidad no somos ni Estado ni Libre ni Asociado. No tenemos Estado nacional. El supuesto pacto de Asociación de 1952 no fue más que un lavado de cara a la situación colonial del país, impulsado por los Estados Unidos en aquella década, y apoyado por el Partido Popular de entonces.

«Puerto Rico tiene menos soberanía que las naciones indígenas estadounidenses. No tenemos derecho al voto ni a muchas de las leyes que sí aplican para los demás estados. Sin embargo, si uno comete delito, puede ser juzgado por los tribunales de ambos países, en dos juicios diferentes, y recibir dos penas por igual causa».

Carmen Santiago recuerda que en 2012 se celebró uno de los pocos plebiscitos que ha importado en la historia de Puerto Rico: el sí o el no a la colonia, y más de la mitad del electorado votó que no. Argumenta la aspirante a legisladora, que eso cambió las reglas del juego porque todo el discurso estadounidense a nivel internacional se ha montado sobre la idea de que nosotros consentimos el colonialismo. «El pueblo de Puerto Rico rechazó por amplia mayoría esta imposición. El Congreso y el Presidente rehúsan responder a este reclamo. Insisten en imponernos la indignidad.

«Por eso es una constante hablar de independencia. Aun así es un verdadero milagro que exista un Partido Independentista en Puerto Rico, considerando el daño que hizo la criminalización de esta tendencia política, cuando era imposible conseguir trabajo si aparecías en alguna de las carpetas de la Policía como miembro de esa agrupación. Nos limita el crecimiento del partido el poco acceso a los medios. Se puede convocar a una conferencia de prensa y no va ni un periodista; la televisión y la radio están prácticamente cerradas; ahí solo cabe lo que dicen los poderosos».

Carmen Santiago comenta: «Tenemos una Miss Puerto Rico y soberanía deportiva; lo cual confunde a muchos. El lema del partido de la colonia ha sido por mucho tiempo ‘Lo mejor de los dos mundos’, y se ha vivido bajo esa creencia, pero ahora estamos tocando fondo. ¿Pero cómo ha llegado Puerto Rico a la situación actual? Lo que sucedió fue que los norteamericanos desbarataron nuestra agricultura, el país, y nos convertimos en el primer experimento neoliberal de Estados Unidos».

El principio del fin

Salvador Tió recuerda que en 1932, Don Pedro Albizu Campos había decidido sacar la bandera norteamericana de los mítines nacionalistas y comenzó a radicalizar el Partido Nacionalista. Pero llegó al país Francis Riggs, tras asesinar a Augusto César Sandino en Nicaragua, con la encomienda de neutralizar el peligro surgido con Albizu, quien había logrado enarbolar la bandera nacional y representar a los obreros de la caña en la huelga de 1934. Unió el reclamo de soberanía con el de la emancipación de los trabajadores, lo cual hacía temblar las ganancias exorbitantes del cartel del azúcar, por lo que era necesario neutralizarlo».

Narra que intentaron ofrecerle dinero y posiciones a cambio de abandonar la lucha, pero él no estuvo dispuesto. Su respuesta fue: «Puerto Rico no está en venta y yo no sería quién para venderla». Al cabo de los años, la investigación de un periodista sobre lo ocurrido con Don Pedro develó mediante documentos desclasificados que para esa época había en Puerto Rico unos 100 000 informantes a sueldo del FBI, con la misión de reportar sobre los independentistas. Llama la atención tal cantidad de agentes en una población de solo dos millones de personas, apunta.

«Era una época de auge del independentismo. No obstante, Estados Unidos mantuvo su oferta vigente hasta encontrar al candidato dispuesto a negociar la dignidad del pueblo. Hay que recordar que el proceso de selección de gobernadores era regido por Estados Unidos. Así fue entre 1898 y 1948».

Debido a su insistencia en el reclamo de independencia, Albizu Campos es encarcelado en 1936. Lo acusaban de los mismos cargos que pesan hoy sobre Oscar López Rivera: conspiración sediciosa. Tras dos juicios con jurado estadounidense lo encuentran culpable y pasó 11 años en la cárcel. La principal figura del independentismo salió enfermo de allí, y le tocó ver cómo la colonia iba rumbo a legitimarse por medio siglo más.

Partido Independentista: posibilidades

«A pesar de todo, el independentista ha sido el único partido que ha rechazado entrar en alianzas con los defensores del colonialismo, entiende que la independencia y la autodeterminación de los pueblos no son negociables, y lo defiende en las urnas. No se puede continuar apostando a que los responsables de la crisis sean capaces de conjurarla. Nuestra principal tarea es lograr que el pueblo supere el patrón que lo ha llevado a depositar su confianza en quienes han abusado de él. Ha llegado la hora de romper el círculo vicioso de apoyar a los partidos que defienden el colonialismo y la sumisión perpetua a la anexión a los EE. UU.

«Estados Unidos no quiere perder el control del país. Pero, lo que desean es la jaula no el pájaro, y quedarse con Puerto Rico. Se impone forjar un consenso en contra de la perpetuación del colonialismo y a favor de la independencia. En las últimas elecciones, tras el recuento de los votos, se descubrió que le habían robado más de 11 000 a María de Lourdes Santiago, actual senadora. Se ve que hay una guerra sin cañones contra la libertad y la autodeterminación de los pueblos».

«Hay una nación por construir -dice Carmen Santiago-. Si el Partido Independentista está en condiciones de presentar un proyecto viable de desarrollo, en fase de diagnóstico, eso está muy bien. Hace falta articularlo efectivamente. El partido tiene mucha gente entregada, el lema es precisamente ‘Juntos por la independencia y por un cambio verdadero’.

«También nos llena de esperanza haber visto en las actividades políticas de diversas organizaciones mucha juventud, el movimiento estudiantil históricamente ha sido fundamental en la lucha por la independencia. Vemos una luz, un camino».

Fuente original: http://bohemia.cu/mundo/2016/06/puerto-rico-entre-anoranzas-y-vacios/