Hace unos días La República daba a conocer que en Europa cerca de 60 millones de personas viven en iguales condiciones de pobreza. Estos eran los datos del Banco Mundial. La propia Comisión dice que el 17% de los ciudadanos de la Unión son pobres (sin contar sin papeles claro). En ese contexto la […]
Hace unos días La República daba a conocer que en Europa cerca de 60 millones de personas viven en iguales condiciones de pobreza. Estos eran los datos del Banco Mundial. La propia Comisión dice que el 17% de los ciudadanos de la Unión son pobres (sin contar sin papeles claro). En ese contexto la Unión Europea ha decidido hacer algo para combatir dicha lacra.
Por lo tanto se han gastado 25 millones de dólares en carteles y material promocional para celebrar el año 2010, dedicado a la «lucha contra la pobreza».
En su página web nos explican la cantidad de eventos se van a realizar para erradicar la pobreza, y la elección de embajadores contra la pobreza. Nos preguntamos qué tipo de embajadores escogerán.
Tal ingente gasto, a costa del presupuesto europeo, se realiza en el marco de la campaña del año de la inclusión social, después de que 2009 fuera el año del diálogo intercultural. La Unión Europea y la Presidencia española harían mejor dando verdaderos nombres a las cosas. El año pasado fue «el año del amendo del desaguisado de la Directiva Retorno» y este es de «el año en que hacemos algo para que se olvide la entrega de miles de millones de euros a la banca».
El lema de la campaña es «No a la pobreza!», pero no debemos ser cínicos ya que vista la composición del Parlamento Europeo, de la Comisión y del Consejo, pudiera haber sido «No al sucio inmigrante ilegal» o «No a los gitanos que chupan del bote». Pero aún no hemos llegado a esos niveles de fealdad, al menos en los pasillos del Berlaymont en Bruselas, otra cosa es Rosarno.
El 73% de los europeos cree que la pobreza es un problema generalizado en su país, y un 89% desea que sus gobiernos tomen medidas urgentes para subsanar el problema.
Según Durão Barroso «La lucha contra la pobreza y la exclusión social es parte integrante de la estrategia para salir de la crisis. Muy a menudo los miembros más vulnerables de la sociedad son quienes acaban sufriendo con más dureza el impacto de la recesión. Esta es la razón por la que el Año Europeo 2010 debería servir de catalizador para aumentar la sensibilización al respecto e impulsar una sociedad más inclusiva, lo cual forma parte de la futura estrategia de la UE para 2020 que he propuesto». En ese sentido nos preguntamos si el gasto de 20 millones de euros en tinta, papel, sandwiches y conferencias son el mejor modelo para combatir la pobreza.
Durante los primeros meses del año veremos la asignación de los embajadores contra la pobreza, carteles en los metros de las principales capitales europeas (precisamente donde están los pobres) diciendo que no deben de hacer eso y otras actividades del estilo. Para rizar el rizo y llegar al colmo del surrealismo, Bruselas es y ha sido una de sus capitales, el servicio de metro de la Capital de Europa ha empezado una campaña contra la mendicidad en el suburbano.
Igual que con las palomas, que no hay que darlas de comer, se desincentiva al transeyunte a que le de al pedigüeño, que aún no se ha enterado que este año contra la pobreza debe portarse bien y alejarse del metro. Sobretodo de las estaciones donde los eurocratas trabajan.
Nadie podra decir que Europa no trata bien a sus mendigos, teniendo tamaña campaña en su honor.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.