Por un acuerdo tácito entre los partidos europeos, el puesto de presidente irá para el centroderecha, mientras que el de Alto Representante quedará para el centroizquierda. Hay muchas variables y muchas candidaturas en danza.
El momento de decisión al fin ha llegado, luego de interminables idas y vueltas y discusiones a puertas cerradas. La reunión extraordinaria pactada para hoy tiene el objetivo expreso de elegir al próximo presidente permanente del Consejo Europeo y al Alto Representante de política exterior -una especie de ministro de Relaciones Exteriores europeo-.
La elección se realiza a puertas cerradas entre los jefes de Estado de los países miembros. A las 17.15 comenzarán a llegar los líderes europeos para celebrar una «cena de trabajo» en donde se decidirá quién se quedará con los codiciados puestos. En la designación hay muchas variables en juego. Luego de un aparente acuerdo tácito entre los partidos europeos, el puesto de presidente irá para el centroderecha, mientras que el de Alto Representante quedará para el centroizquierda.
Al mismo tiempo, se intenta mantener un equilibrio entre países grandes y pequeños, entre naciones del norte y del sur, entre miembros nuevos y antiguos, entre un líder carismático capaz de transformarse en la «cara visible de Europa»y otro de perfil más bajo. Encontrar al candidato ideal para cada puesto se parece cada vez más a un juego de rompecabezas. Los distintos países parecen lejos de un consenso.
Por las dudas, el gobierno sueco, a cargo de la presidencia rotativa de la Unión Europea, ya avisó que el viernes habrá un «desayuno de trabajo» en caso de que no se llegue a un acuerdo durante la cena de hoy.
Los candidatos con más posibilidades para la presidencia son los siguientes:
Herman van Rompuy. Es el actual primer ministro belga y favorito para el puesto. A pesar de ser poco conocido fuera de Europa, cumple con el doble requisito implícito de ser de centroderecha y provenir de un país pequeño. Recientemente acudió a una reunión del grupo Bilderberg, lo cual, según diversas teorías conspirativas, lo transformaría en el seguro ganador. Sin embargo, los británicos consideran a los belgas demasiado «federalistas» y es probable que no vean con buenos ojos su candidatura.
Jan Peter Balkenende. Es el actual primer ministro de Holanda y otro de los favoritos. Al igual que Van Rompuy, proviene de un país pequeño y es de centroderecha. Es un hombre de bajo perfil, especialista en formar consensos con todo el mundo, incluso con el partido Pim Fortuyn List, de la extrema derecha holandesa. En Bruselas se lo considera el «mínimo común denominador»; un hombre de poco carácter con quien nadie tiene discordias, pero que no llevará a cabo una agenda ambiciosa.
Tony Blair. A pesar de que muchos daban su candidatura por muerta, aún tiene posibilidades. A diferencia de los candidatos anteriores relativamente desconocidos, el inglés es una figura conocida en el mundo entero. Sin embargo, su candidatura despierta un fuerte rechazo en la opinión pública por su apoyo incondicional a la guerra de Irak durante la administración Bush. Los países pequeños como Austria, Bélgica, Holanda y Luxemburgo se le oponen enérgicamente, ya que sospechan que un presidente de un país grande tendría demasiado poder. Sin embargo, la diplomacia inglesa cree que Blair puede ganar porque no existe un consenso firme para apoyar a alguno de sus competidores.
Vaira Vike-Freiberga. Es la antigua presidenta de Letonia y aparentemente la única mujer en carrera. Conocida como la «dama de hierro» de los países bálticos, se le reconoce haber llevado a su país a ser admitido en la OTAN y en la UE. Recientemente hubo una campaña a su favor con el objetivo de llevar a una mujer al puesto más importante de la Unión. Sin embargo, su fuerte atlantismo y su apoyo incondicional a la guerra de Irak le pueden jugar en contra.
Jean-Claude Juncker. Es el actual primer ministro de Luxemburgo y el candidato más federalista y proeuropeo. A pesar de ser poco conocido fuera de Europa, tiene una personalidad fuerte, lo cual lo ha llevado muchas veces a chocar con los líderes de Francia, Alemania y Gran Bretaña. Es probablemente el candidato predilecto entre los funcionarios de Bruselas por su fuerte defensa del proyecto europeo; no obstante, su postura tiene pocos seguidores en los gobiernos de los países miembros, especialmente en Londres.
Paavo Tapio Lipponen. El ex primer ministro de Finlandia viene siendo nombrado como un posible candidato desde el comienzo de la discusión. Sin embargo, su pertenencia al partido socialdemócrata y el hecho de que lleva varios años alejado de la política europea parecen restarle posibilidades.
Wolfgang Schüssel. El antiguo canciller austríaco es el hombre predilecto de Alemania, un país que por su tamaño y poder económico tiene una fuerte incidencia en los asuntos de la Unión. No obstante, su curriculum tiene una mancha probablemente infranqueable: durante su gobierno forjó una alianza con el partido del difunto Jörg Haider, miembro de la ultraderecha austríaca.
Todo es posible y cualquier cosa puede pasar, menos volver al pasado.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-135528-2009-11-19.html