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Edufactory: Jornadas para extender la lucha estudiantil. París, 11-13 de febrero

Europa: la hora del monstruo

Fuentes: Diagonal

En los últimos meses hemos visto las caras de pánico de Camilla Parker y Carlos de Inglaterra ante la multitud que atajó el coche oficial en el que viajaban en medio de las protestas contra la subida de precios de las matrículas en Inglaterra. El deseo de que ésta no sea una imagen anecdótica sino […]

En los últimos meses hemos visto las caras de pánico de Camilla Parker y Carlos de Inglaterra ante la multitud que atajó el coche oficial en el que viajaban en medio de las protestas contra la subida de precios de las matrículas en Inglaterra. El deseo de que ésta no sea una imagen anecdótica sino un símbolo que preceda a un cercamiento real de las élites europeas en pos de la reapropiación de la cooperación y la riqueza es uno de los móviles que impulsa a los y las estudiantes trabajadores a intentar buscar un nuevo espacio de coordinación de las luchas. Para ello, el valor de la red Edu Factory va a ser puesto sobre el tapete,

ya que después de funcionar como un laboratorio teórico durante varios años ahora los activistas que lo conforman se lanzan a concertar un nuevo y necesario reto de la imaginación política: armar huelgas metropolitanas que enuncien nuevos derechos ante las impuestas vacas flacas de la austeridad.

El gobierno de la crisis es una espada de Damocles que pende sobre el bienestar de los ciudadanos de Europa a quienes, sobre todo a los jóvenes, ya nos apretaba mucho el cinturón antes de que nos exigieran que nos lo estrechemos todavía más, y, dicho sea de paso, no precisamente debido a nuestra gordura, sino a las limitaciones de la precariedad que venimos arrastrando desde muchos años atrás.

Debemos poner la imagen de la asustada realeza británica junto a los paisajes de las ocupaciones de facultades que han tenido lugar en la mayor parte de las grandes ciudades del viejo continente, así como también a otros conflictos de toma de las calles impulsados por estudiantes y precarios antes, durante y después de la aplicación de las directivas de Bolonia. Los ejemplos de Inglaterra e Italia son los más recientes. La principal diferencia de estas dos últimas movilizaciones con respecto a anteriores que vimos, por ejemplo las del Estado español, reside en que el plan ya fue aprobado y, por tanto, se ha desplazado el motivo de las luchas hacia sus consecuencias: la subida de las tasas de las matrículas y la reducción de la calidad de los estudios a partir de su nueva configuración en grados son síntomas claros de las estrategias de new public management [nueva gestión de lo público, Nota del editor] que aplican los estados miembros de la Unión para ahorrar costes en educación superior, poniendo filtros que disminuyan el acceso de las poblaciones a la misma.

Red de batalla

Del 11 al 13 de febrero tendrá lugar en París el encuentro de Edu- Factory. Este evento, que agrupará a diferentes colectivos europeos, aunque también de América, tiene por objeto consolidar un network de batalla. Tal y como dice uno de los paneles de discusión todavía en construcción, el encuentro busca pensar las luchas estudiantiles en un contexto más amplio de precariedad y explotación.

La cita supone la continuidad de una serie de movilizaciones y encuentros contra la aplicación del Plan Bolonia, que llevó por nombre Bologna Burns, y que tuvieron lugar en Viena, Madrid y Bolonia, así como la reunión de Commoniversity que se celebró en Barcelona en noviembre. Los diferentes grados de aplicación del Plan Bolonia, el nivel de desarrollo de free schools [escuelas autogestionadas] y grupos de autoformación, y las luchas contrarias a la deuda estudiantil parecen ser los ejes de discusión paralelo que buscará, por un lado, diseccionar desde la práctica opositiva el estado de la institución universitaria y de las luchas en nuestro continente, y, por otro más importante, proponer formas de acción realizables en el año que recién inauguramos.

Basta echar un vistazo a las hemerotecas de los últimos años para darse cuenta de que si hay un punto claro que aúna a la juventud europea es el de la contestación a la mercantilización de la universidad. En contra de las caracterizaciones recientes de la juventud aparecidas en los medios de comunicación de masas (JASP, mileuristas, la serie de reportajes de El País con el sello común de pre-parados), que construyen la idea de una juventud (española) pasiva y resignada ante la crisis, podemos oponer la fuerza de un sujeto, principalmente joven aunque también intergeneracional, capaz de expresar un disenso, y todavía en busca de los cauces para hacerse escuchar con fuerza. ¿Será París un punto de inflexión para un renovado movimiento estudiantil? ¿Cuáles son los elementos de novedad que se pretenden? La ciudad ha sido elegida debido a la elevada carga simbólica, ya que en 2006 fue el escenario de las luchas vencedoras del movimiento anti Contrato de Primer Empleo y, más recientemente, de duras huelgas que paralizaron el país.

La educación superior como inversión social y no como gasto desparramado (y por lo tanto, sujeto a la austeridad y a la progresiva financiarización a través del crédito estudiantil en tiempos de crisis) es uno de los contenidos políticos esenciales de las movilizaciones por construir una educación garantizada, un bien común contra la educación clasista, que funciona como un bien de consumo.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Europa-la-hora-del-monstruo.html