Ecologistas en Acción y varias ONG ambientales, han pedido a los ministros de Medio Ambiente de los países de la Unión Europea que se revise la actual legislación sobre residuos electrónicos, la Directiva RAEE, para evitar que este tipo de residuos se envíe al tercer mundo . La creciente cantidad de residuos electrónicos europeos que […]
Ecologistas en Acción y varias ONG ambientales, han pedido a los ministros de Medio Ambiente de los países de la Unión Europea que se revise la actual legislación sobre residuos electrónicos, la Directiva RAEE, para evitar que este tipo de residuos se envíe al tercer mundo .
La creciente cantidad de residuos electrónicos europeos que acaba en países en desarrollo está provocando enormes impactos ambientales en estos países y afecta a la salud de los trabajadores y de sus familias en países como Nigeria y Ghana. El problema es especialmente preocupante porque en este sector suelen trabajar niños, por salarios miserables y en condiciones insalubres y peligrosas.
Ya en 2005, un informe de la ONG Basel Action Network revelaba que unos 500 contenedores de residuos electrónicos llegaban desde Europa todos los meses al puerto nigeriano de Lagos. En 2011, también las investigaciones de la organización danesa Danwatch concluyen que al puerto de Tema, en Ghana, llegan mensualmente unos 600 contenedores europeos, 112.000 toneladas al año.
Estos contenedores están repletos de aparatos electrónicos obsoletos: televisores de tubo catódico, CPU, pantallas de ordenador, reproductores de DVD, ordenadores portátiles, teclados, impresoras, etc… Proceden de países europeos como Italia, Holanda, Alemania, Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Francia, entre otros.
Estas exportaciones obvian el Reglamento comunitario CE 1013/2006 de autorización de importación, exportación y traslado de residuos, con la excusa de que se trata de «equipos en buen estado de funcionamiento» y no de «residuos». Sin embargo, el material no se comprueba y la mayor parte simplemente se desguaza y se quema.
Los ecologistas han pedido a la Unión Europea que:
todos los aparatos electrónicos sin comprobar se clasifiquen como «residuos», sea cual sea su procedencia o destino.
se resuelva el problema más eficazmente en origen, incorporando ambiciosos requisitos de ecodiseño en la Directiva y favoreciendo el reciclaje in situ.
los impuestos que establezca la ley dependan de las características del producto (menor toxicidad, facilidad de reciclaje, mayor vida útil, …).
Europa necesita un diseño de productos electrónicos más ecológico, que utilice los recursos de modo más eficiente y que consiga una vida útil más larga.
Fuente: http://www.ecologistasenaccion.org/article21810.html