Electricidad y derechos humanos nunca hicieron muy buena pareja. Francia lo sabe mejor que nadie, porque durante la guerra de Argelia sus operaciones de «mantenimiento del orden» utilizaron con profusión la gégène, un aparato de tortura eléctrica. A pesar de ese sombrío pasado, el Gobierno francés publicó ayer un decreto que autoriza a los 17.000 […]
Electricidad y derechos humanos nunca hicieron muy buena pareja. Francia lo sabe mejor que nadie, porque durante la guerra de Argelia sus operaciones de «mantenimiento del orden» utilizaron con profusión la gégène, un aparato de tortura eléctrica. A pesar de ese sombrío pasado, el Gobierno francés publicó ayer un decreto que autoriza a los 17.000 policías municipales de Francia del país a utilizar la pistola eléctrica Taser X26.
La polémica arma de impulsos eléctricos, que envía 50.000 voltios e inmoviliza a los sospechosos, ya está en servicio desde 2004 en la Policía Nacional y la Gendarmería, por obra y gracia de Nicolas Sarkozy, ministro de Interior a partir de 2002 y presidente desde 2007. Entre 3.800 y 4.600 unidades equipan a policías y gendarmes actualmente, y la cifra va en aumento. Sarkozy dijo en su día, desde el Ministerio de Interior, que estimaba que cada uno de los policías nacionales y gendarmes, es decir más de 250.000 hombres, debería disponer llegado el momento de su Taser.
Ocho municipios han solicitado ya contar con el arma, entre ellos uno periférico de París, Levallois-Perret, conocido por los excesos de sus agentes. Patrick Balkany, su alcalde y amigo personal de Sarkozy, hizo la promoción de la pistola al afirmar que «la Taser salva vidas» por su carácter no letal.El argumento provoca la ira de la ONG gala RAID-H, que ha destapado un dato escabroso.
Un 83% de negligencias
Según un informe del Ministerio de Interior francés, en 2006, sólo dos años después de su entrada en servicio, en el 83% de los disparos de Taser por los gendarmes no se respetaron las normas establecidas.Como la tortura»No salva vidas. Es un arma más a disposición de la Policía. Y generalizar las armas significa abandonar el terreno democrático», explicó a Público el portavoz de RAID-H Arnaud Gaillard.
El arma ha sido criticada por el Comité contra la Tortura de la ONU y por el Comité de Prevención de la Tortura del Consejo de Europa.La firma SMP Technologies, fabricante e importador de tecnologías relacionadas con la Taser en Francia, ha presentado querellas por «denigrar la marca» contra RAID-H y por «difamación» contra el político Olivier Besancenot.
Antoine Di Zazzo, director general de la firma, reconoció ayer a Público que se ha reunido con Sarkozy en «cuatro o cinco ocasiones» y que dispone de una posición de monopolio en Francia con su producto. Di Zazzo confía en que se cumpla la promesa de Sarkozy de equipar a los 250.000 policías nacionales y gendarmes. Botín previsto: ocho millones de euros de volumen de negocio.
De las mentes de la Nasa
El Taser, inventado por un ex ingeniero de la NASA en 1974, tiene una polémica trayectoria. Su espectacular arranque fue el incidente protagonizado por los policías que dieron una paliza al ciudadano Rodney King, desencadenando los disturbios de Los Ángeles en 1991.
300 muertos
Desde 2001, según Amnistía Internacional, casi 300 personas han muerto después de haber recibido una descarga firmada por Taser en alguno de los 65 países que la han autorizado. El fabricante en Francia, SMP Technologies, sólo reconoció 30 muertes «que podrían guardar relación» con el disparo.
Aumenta la agresividad
La pistola proyecta, mediante la explosión de un cartucho de gas, dos dardos eléctricos conectados a hilos. En Francia, el modelo carga los dardos con 50.000 voltios. En contacto con las ropas del sospechoso, éste sufre una contracción neuromuscular que le impide moverse durante unos segundos. Según RAID-H, tras el electroshok, su «agresividad aumenta y su fuerza también».
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