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Frente Nacional de Resistencia: el funeral del bipartidismo

Fuentes: Rebelión

El Maniqueísmo con su visión dual de las cosas, siempre ha pretendido reinar en las relaciones de cualquier naturaleza que se suscitan en el mundo, y ha encontrado abrigo a su medida en las concepciones filosóficas que se originaron al rumor del mediterráneo, y en los principios que rigen las cosmovisiones religiosas; y desde estos […]

El Maniqueísmo con su visión dual de las cosas, siempre ha pretendido reinar en las relaciones de cualquier naturaleza que se suscitan en el mundo, y ha encontrado abrigo a su medida en las concepciones filosóficas que se originaron al rumor del mediterráneo, y en los principios que rigen las cosmovisiones religiosas; y desde estos espacios ha querido irradiar luz, para dar claridad a la mayoría de problemas que hasta nuestros presentes días no encuentran una solución univoca. Es ejemplificativo la lucha de contrarios en los procesos teóricos dialecticos, el bien y el mal en las religiones históricas, el cuerpo y el alma en las concepciones órficas, y la materia y la antimateria incluso en las concepciones científicas más modernas.

El recién fallecido escritor portugués José Saramago, escribió sobre ello unas líneas clarividentes en su novela «El Evangelio Según Jesucristo», la que en su momento fue denostada por la Iglesia Católica. En un paisaje apacible en el mar de Galilea, con una brisa marina y una niebla casi metafísica, un sitio propicio para las apariciones muy comunes en los relatos de la Biblia, aparece Dios Padre en una conversación de camaradería con el Diablo, el Príncipe de las Tinieblas. El Diablo le suplica a Dios Padre que le dé la oportunidad de ser uno de sus ángeles para adorarlo, como lo adoraba antes, que ya está cansado de ser lo que es, que vivía mejor siendo un ángel. Dios padre le replica: Eso ya no se puede, porque si tu no existes mi existencia carece de sentido.

La política no se ha salvado de este sesgo, y si revisamos la historia de las formas en que se ha organizado el poder en el mundo, es fácil entrever la existencia de dos fuerzas que han pujado por el poder público, al grado de monopolizar las visiones del mundo de las cosas y de sacralizar su existencia. Si Europa no ha podido librarse de esas taras, y de ese mundo de momias que le tienen miedo a los cambios ¿Qué podemos esperar de países que sufren la imposición de una forma más cavernaria de ejercicio del poder, y que persuadidas por los centros de control social o los llamados aparatos ideológicos del Estado, niegan la historia y le atribuyen una aura casi intemporal a su existencia?

El bipartidismo es dueño del mundo. Es una píldora anticonceptiva que se traga la oposición para negarle el nacimiento al progreso y al cambio, y para aceptar la alterabilidad del poder como una cuestión de simple espera y paciencia, con la condición básica de que las líneas estructurales del sistema, dueño del juego y de las mañas, no se muevan ni una centésima del lugar en que por los siglos de los siglos fueron trazadas.

En Honduras, el Golpe de Estado y la reacción del Frente Popular de Resistencia, demolió el bipartidismo. Es interesante ver como la readecuación del Partido Liberal, resquebrajado por la posición de apoyo de empresarios, Diputados y funcionarios liberales al Golpe, pasa por los principales puntos de la Agenda de la embajada americana en Tegucigalpa y por los medios escritos, radiales y televisivos de la derecha que crean debates públicos para que la institucionalidad liberal recobre el apoyo de las bases populares que se decidieron por Manuel Zelaya Rosales y el Frente Nacional de Resistencia.

Hay algunos pocos que no han entendido las directrices del Frente nacional de Resistencia, y urgidos por liderazgos y reconocimientos pujan por la reorganización del partido liberal, y para legitimar ello, señalan que se debe de expulsar a los falsos liberales. Estas posiciones ingenuas desconocen el sistema vertical de elección de los partidos de derecha como el liberal y el nacional, y que la reorganización del partido no es otra cosas más que volver a los brazos ahora huérfanos de los caciques del partido liberal como Carlos Roberto Flores Facusse, Roberto Micheletti Bain, Elvin Ernesto Santos y otros grupos de empresarios que si bien conservan sus millones bien cuidados. Sin embargo en la actualidad carecen de los votos de los pobres liberales para seguir saqueando al paisito.

Por eso, quienes propician la reorganización del partido liberal o están infectados de una gran ceguera histórica o sus bolsillos son testigos de ciertas bonanzas, porque de otra forma no se explica que esta gesta histórica que se ha forjado con el sudor y la sangre de muchas víctimas inocentes, se la donemos como trofeos lúdicos a esos avorazados, que desde sus cómodos asientos en el papel de simples espectadores se han reído de nuestras esperanzas y han ordenado la muerte, la detención y la persecución de los verdaderos hondureños.

Y es que en realidad, eso significa volver al partido liberal. La tarea de reunir a un rebaño de inconscientes y olvidadizos, y conducirlos nuevamente al redil de los caciques venales quienes amañaran las convenciones del partido, nombrarán los candidatos a elección popular que les convengan, elegirán los presidentes para que custodien los bienes de los ricos, y por si acaso en el vaivén de la historia, encontramos a un hombre progresista como el presidente Zelaya, se le volverá a dar otro Golpe de Estado, puesto que el mundo puede cambiar pero la lógica cavernícola de estos oligarcas no cambiará ni de aquí a mil generaciones.

Pese a lo señalado son poquísimos los liberales que se han decidido por esa reorganización ingenua, pero la sola tentativa muestra claramente como los oligarcas liberales que apoyaron el golpe de Estado, han infiltrado sus intereses en el Frente Nacional de Resistencia, pretendiendo negar la presencia multitudinaria del Bloque Popular y de otras organizaciones populares que en esta y muchas otras luchas no han dejado de interpretar las aspiraciones y los sueños del pueblo hondureño.

Hoy, saludamos con mucha esperanza la aceptación del Presidente Manuel Zelaya Rosales como Coordinador del Frente Nacional de Resistencia. En una carta enviada al frente en horas de la mañana, ha reconocido la heterogeneidad de los grupos sociales que lo integran y el objetivo común de justicia social que se persigue, ha enfatizado en la inconveniencia de ver en el frente un partido político, pero sobre todo con mucha clarividencia ha dilucidado la ontología de la rebelión popular, como una manera de ser permanente, y no atada a momentos coyunturales ni a oportunidades egoístas, sino más bien como la encarnación de un proyecto histórico que privilegiará la integración centroamericana y latinoamericana y que confrontará de forma ininterrumpida la lógica numérica de un sistema neoliberal que asesina a la humanidad con agendas de lujo y con cartas de malas intenciones.

La urgencia de la derecha incluyendo al partido nacional, por reorganizar el partido liberal no es otra cosa más que el reconocimiento del bipartidismo como mecanismo venal de alternabilidad y como una trampa para defraudarnos con la ilusión de las falsas oportunidades que brinda la democracia liberal, y es en esta lógica política de la existencia esencial de las alteridades formales, donde la conversación de Dios Padre con el señor de las tinieblas alcanza un valor significativo: «porque si tu no existes, mi existencia carece de sentido».

Selvin Aguilar, escritor hondureño

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.