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Gordon Brown, el hombre del día

Fuentes: Rebelión

Al final de un desternillante vídeo que circula por la Red (1), en el que dos personajes se preguntan y responden sobre la crisis, uno de ellos explica que toda la sarta de interesados despropósitos que acaba de desvelar en el diálogo corresponde a lo que Gordon Brown denominó recientemente «la ingeniosidad de los mercados.» […]

Al final de un desternillante vídeo que circula por la Red (1), en el que dos personajes se preguntan y responden sobre la crisis, uno de ellos explica que toda la sarta de interesados despropósitos que acaba de desvelar en el diálogo corresponde a lo que Gordon Brown denominó recientemente «la ingeniosidad de los mercados.»

El primer ministro británico, capaz de defender durante años a capa y espada esta dudosa ingeniosidad, junto a todos los elementos necesarios para su manifestación (desregulación, ausencia de supervisión, productos financieros inexplicables, ética financiera trilera, etc.), fue el pasado miércoles 15, según El País, el hombre del día en Bruselas, al presentar en la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno un documento de siete páginas titulado «Un programa internacional para reforzar el sistema financiero global.» (2)

El artículo presenta el nuevo plan de salvamento del sistema financiero como una iniciativa europea tan clara y decidida que hace exclamar al presidente de la Comisión Europea, Barroso: «Europa dirige la respuesta mundial.»

Las medidas financieras que propone Brown reproducen en lo básico el plan de rescate bancario presentado por Sarkozy en París el pasado domingo 12 de octubre en París por los 15 países del Eurogrupo, países que tienen el euro como moneda nacional (4), que, con algunas variantes, ha estado ya aplicándose, y que mezcla las nacionalizaciones, totales o parciales, con las transferencias masivas de fondos y la compra de activos dudosos. A cambio de las ayudas, los bancos deberán comprometerse a una gestión empresarial «sólida» y «prudente». (¿No debería ser siempre sólida y prudente la gestión de entidades que manejan billones de euros?) A la vista de la actual crisis, es evidente que no ha sido así, y que parece necesaria la entrega de sumas astronómicas para tratar de convencer a estas entidades de que su gestión debería ser más prudente. En términos de coste, el plan de rescate bancario acordado en París el domingo tiene una etiqueta de 2,2 billones de euros, cantidad suficiente para amortizar varias veces la deuda acumulada de los países pobres del mundo.

En cuanto a la arquitectura del sistema del futuro, el documento incluye:

– un sistema de alerta temprana de la economía mundial, que permita anticiparse a los problemas;
– un nuevo marco para gestión de las crisis cuando se presenten;
– más vigilancia «de lo que sucede en la economía mundial»;
– un nuevo colegio internacional de supervisores, que vigile a los 30 principales países en términos de comercio internacional.

Es decir, un desiderátum que pone en duda la «ingeniosidad de los mercados» y que destaca la necesidad de control y supervisión que ha brillado por su ausencia en los últimos decenios de neoliberalismo desbridado.

En relación con el último punto -supervisión- Brown afirmó: «En lugar de tener simplemente supervisores nacionales, necesitamos un método global de supervisión del sistema internacional.» Dado que previamente el primer ministro británico había contribuido eficazmente al desmantelamiento del sistema de supervisión financiero en su propio país, cabe preguntarse ahora por qué sistema de supervisión internacional aboga.

En el mismo número de El País (2) «Sarkozy pide medidas urgentes contra los hedge funds» y los paraísos fiscales -zonas offshore-, y propone «que ninguna institución financiera escape a la supervisión y a la regulación.» Aquí también habremos de estar atentos a ver qué acciones concretas adoptan nuestros dirigentes en relación a Mónaco, Lichtenstein, Luxemburgo, Andorra, Islas del Canal, etc., nuestros particulares paraísos fiscales europeos que tanto contribuyen a suavizar el funcionamiento del sistema.

Como premio a tan meritoria actuación, el próximo fin de semana Sarkozy, Barroso y Brown están invitados por George Bush a una reunión en Camp David el fin de semana del 18 y 19 de octubre para tratar el asunto.

Mientras El País nos sirve una ración de europeismo entusiasta, The Guardian pone más en contexto el famoso documento Brown (3).  En efecto, el documento fue presentado al presidente de la Comisión, Barroso, a las 9.30 de la mañana, es decir, cinco horas antes de que el premier británico lo hiciese público ante el pleno de la cumbre. Y previamente -según The Guardian– había recibido el acuerdo del secretario del Tesoro de EE UU, Henry Paulson, que había manifestado que las líneas maestras del plan contaban con la bendición de las autoridades estadounidenses.

Como telón de fondo de esta brillante actuación de ayer, Brown puso sobre la mesa dos propuestas estratégicas concretas:

1) la celebración de una reunión de altísimo nivel que se celebraría antes de final de año, para hablar de finanzas;
2) la renovación del sistema de Bretton Woods, cuya reforma pidió ya Brown en 1998 a raíz de la crisis financiera asiática, y la creación de nuevas instituciones: FMI, BM.

En cuanto a la reunión, que se celebraría, preferentemente en noviembre o diciembre de 2008 , The Guardian da de nuevo pruebas de claridad: «El primer ministro espera que los líderes de los 27 países de la Unión Europea, que discutirán la crisis financiera en su sesión de esta tarde -15.10.08- antes de la cena, llegarán en las próximas semanas a un acuerdo sobre sus propuestas. Esto permitiría a los cuatro miembros de la UE que forman parte del G8 -Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia- presentar un frente unido en la cumbre, en la que participarán los miembros del G8 más algunas de las mayores economías mundiales.»

Es decir, dado que el plan Brown cuenta con el visto bueno de EE UU, su aprobación por la UE permitiría ir a la cumbre formando un bloque EE UU/UE, frente a los demás asistentes, como China, Brasil, India, Rusia, etc., países que han manifestado abiertamente su desconfianza de los planes de rescate, y a los que se les va a mantener al margen hasta el momento de la reunión. Resulta difícil creer que estos países, que no han sido consultados en la elaboración del documento de salida y en la adopción de las propuestas que en adelante se elaboren, vayan a asistir sin rechistar, dentro de sólo un mes o dos como máximo, a una cumbre en la que se va a discutir nada menos «la reforma profunda del sistema financiero internacional,» en palabras de Brown.

La renovación de Bretton Woods según Brown implicaría en la práctica, entre otras cosas, realizarla retirando a la Unión Europea la capacidad de organizar el sistema financiero internacional mediante la elaboración de uno o varios Reglamentos Comunitarios, documentos con carácter de ley y por consiguiente de obligado cumplimiento, y entregársela al FMI y al Foro de Estabilidad Financiera (FSF), organismos sin capacidad de hacer cumplir sus recomendaciones.

El FMI ha dejado de tener un papel relevante en materia de financiación de la ayuda al desarrollo y se ha llegado a una situación, impensable hace veinte años, en la que hay países que no sólo renuncian a sus préstamos y condiciones, sino que incluso podrían retirarse del sistema (Argentina, Venezuela). Así pues, las nuevas funciones de vigilancia darían nueva vida al Fondo, entidad en la que el protagonismo de Estados Unidos es dominante, en función de su aportación al fondo común.

Por otra parte, el Foro de Estabilidad Financiera, creado en abril de 1999, está formado por las principales instituciones financieras de los países industrializados capitalistas que forman el G8, más algunos otros como Suiza, Australia o Singapur, y según anuncia en su página web (5) pretende «promover la estabilidad financiera internacional mediante el intercambio de información y la cooperación internacional.» En cualquier caso, ni una ni otra institución está en condiciones de garantizar la renovación y las medidas de supervisión y control de las prácticas financieras que la situación parece exigir.

Dentro de un plan tan ambicioso como es el de renovar el sistema de Bretton Woods, se echa a faltar en las propuestas de Brown alguna referencia a la Organización Mundial de Comercio (OMC), entidad que heredó del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) la regulación del comercio internacional, y que, como el FMI y el Banco Mundial, surgió de la conferencia fundacional. Parece altamente improbable que una discusión seria sobre el estado del mundo pueda limitarse a cuestiones financieras -o mejor, de salvamento financiero- y dejar fuera del debate los intercambios comerciales, el papel del dólar como moneda de referencia, la exorbitante deuda estadounidense, etc., así como no discutir sobre la OMC, una de las organizaciones internaciones más cuestionadas desde los países en desarrollo, directamente responsable de la pérdida del control de los países sobre sus propias economías.

Teniendo en cuenta la probada fidelidad de los líderes británicos a los intereses transnacionales en general y a los estadounidenses en particular, es de esperar que la renovación del sistema de Bretton Woods, si se realiza siguiendo las recomendaciones que ha esbozado Gordon Brown, no produzca sino un nuevo esquema global de dominación por parte de las instituciones financieras los países del bloque EE UU/UE/Japón, bajo el control político del socio estadounidense.

* * *

(1) The Last Laugh, http://www.youtube.com/watch?v=pFmYIFk5i1Q (en inglés, con subtítulos en español)
(2) Andreu Missé: La UE propone reformar las finanzas globales; El País, 16.10.2008
(3) N. Watt, I. Traynor: Gordon Brown announces financial summit for world leaders; Guardian, 16.10.2008
(4) El País: Más de un billón en ayudas a entidades financieras, 12.10.2008
(5) http://www.fsforum.org/index.htm