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Tres meses con Syriza

Grecia en reformas

Fuentes: Rebelión

El 25 de Enero 2015 la vida política de Grecia dio un gran giro. Desde la transición de la dictadura de los coroneles en 1974 ha sido gobernada por los dos partidos sistémicos, PASOK (Partido Socialista) y Nueva Democracia (ND), siendo el partido socialista el que mayor tiempo ha estado en el gobierno. Syriza ganó […]

El 25 de Enero 2015 la vida política de Grecia dio un gran giro. Desde la transición de la dictadura de los coroneles en 1974 ha sido gobernada por los dos partidos sistémicos, PASOK (Partido Socialista) y Nueva Democracia (ND), siendo el partido socialista el que mayor tiempo ha estado en el gobierno. Syriza ganó las elecciones de Enero con una amplia victoria; 36% de los votos, frente al 26% de ND y un PASOK que con el 4% de los votos apenas consiguió entrar en el Parlamento.

Esta victoria no ha venido de sorpresa. Grecia está en crisis financiera los últimos 5 años. Ya desde las elecciones de 2012 se veía claramente que si no había un cambio radical en la vida económica del pueblo, el próximo en gobernar sería el partido de la izquierda radical que antes de la crisis recibía tan sólo un 5% de los votos. El gobierno se formó entre Syriza y una escisión de ND, AN.EL un partido ultra patriota de derechas. Este hecho sorprendió al extranjero, pero en Grecia se sabía que a falta de apoyo del partido comunista (KKE) AN.EL sería el único dispuesto a apoyar a Syriza para poder enfrentarse a las políticas de austeridad de Europa.

Syriza, en su programa electoral (conocido también programa de Salónica porque se presentó en la segunda mayor cuidad griega) exponía una serie de medidas contra la austeridad y de alivio para los mas pobres, que el pueblo todavía espera que se apliquen. Pero mas allá de sus promesas los griegos votaron a Syriza para que acabe con el poder hegemónico de la Troika que el pueblo vinculaba ya completamente con los partidos sistémicos.

La victoria se veía clara meses antes de acudir a las urnas, pero esa amplia victoria se consiguió cuando salió a la luz un correo electrónico, lleno de reformas de austeridad, enviado por la Troika al ministro de finanzas Gikas Chardouvelis. El programa de rescate pactado el 2012 terminaba en diciembre 2014. Grecia no había conseguido salir de su crisis entonces las negociaciones habían empezado para acordar un nuevo plan de rescate siempre en las mismas lineas neoliberales y austeras.

Antes de salir del gobierno, ND había ya parado de cumplir las reformas dictadas por la Troika porque sabía que su tiempo acababa. La elección del Presidente de la República Helena estaba prevista para febrero 2015 y sabiendo que sería imposible conseguir el apoyo de los tres quintos del Parlamento, su estrategia consistió en dejar de aplicar las reformas y evitar así el coste político que éstas supondrían a su partido.

En ese contexto, en diciembre 2014, llega el famoso ¨e-mail Chardouvelis¨ repleto de reformas más austeras que nunca; incluía reformas laborales que incluso en el propio partido (ND) serían muy difíciles de aprobar. El gobierno optó entonces por hacer una maniobra política: pedir dos meses de prórroga para pactar un nuevo rescate y precipitar la elección del Presidente. Así conseguían escapar de la obligación de aplicar medidas más anti-populares apenas dos meses antes de la urnas evitando el hundimiento del partido, y al mismo tiempo dejaban la patata caliente a Tsipras para cuando éste llegara al poder.

Tras 25 días de gobierno, el 20 de febrero, Syriza pactó otra prórroga de 4 meses para renegociar el rescate. Se anunció a través de un comunicado de las dos partes en el Eurogrupo: Grecia aceptaba cumplir las condiciones del anterior rescate hasta Junio, y en ese período iba a proponer una serie de medidas para aliviar los problemas de la economía griega.

En marzo, Draghi, el presidente del banco europeo -el único banco que puede financiar a Grecia y demás estados de la Eurozona -paró de aceptar los bonos griegos mientras Grecia seguía sin haber renegociado el plan de rescate. En pocas palabras, la nueva Troika denominada ahora ¨instituciones¨ niega a Grecia la financiación regular que se suele hacer hacia los bancos europeos, dejando al país sin ninguna fuente de liquidez y ahorcando su economía. Se creía que ese chantaje dejaría al gobierno heleno totalmente arrinconado y se vería obligado a pactar cualquier medida para poder salir de esa situación.

El 27 de Abril, en una entrevista en la televisión griega, Tsipras declaró haber sido engañado por sus colegas europeos explicando que esa exclusión en la financiación no era parte del acuerdo del 20 de febrero, ya que Dijsselbloem y Draghi le habían asegurado que la financiación hacia Grecia continuaría durante esos próximos 4 meses mientras Grecia cumpliera con los pagos de la deuda. Tsipras admitió haberse equivocado por no haber exigido trasladar a papel ese acuerdo verbal. Manifestó también que, tras ese engaño, su buena fe hacia ellos había terminado.

Al día siguiente de la entrevista, Dijsselbloem ni siquiera negó las palabras del primer ministro griego y dijo que ¨Grecia apostó, y perdió la apuesta¨. Con esa declaración cínica dejó claro que hemos dejado la economía europea en manos de una mafia capaz de cualquier trampa para avanzar con su plan neoliberal. A la vez, dejaba en evidencia la falsedad de las declaraciones de solidaridad que de vez en cuando se muestran hacia Grecia.

Mientras en Europa los buitres esperaban una quiebra que parecía eminente, en el campo griego el gobierno no se quedó con las manos cruzadas. A falta de liquidez externa, se llevaron a cabo unas reformas para conseguir dinero dentro del país, siempre procurando aumentar impuestos. La medida más exitosa fue aquella que permitía a las personas endeudadas (personas físicas y PYMES) pagar sus deudas al estado en 100 cuotas mensuales. No se trata de una nueva medida: se propuso durante el gobierno de ND, pero la Troika no la aprobó. La anterior legislación hacía que incluso los pagos de deudas relativamente pequeñas fueran imposibles de pagar para empresas en bancarrota o en dificultades. Se encontraban en un círculo sin salida: o bien liquidaban su deuda para seguir trabajando o llegaban a un acuerdo de mensualizacion, lo cual exigía cumplir unos requisitos imposibles de cumplir en la práctica. Gracias a la medida del gobierno de Syriza, los pagos a la Hacienda griega aumentaron de golpe un 13% sólo en marzo y un 15% en abril. Al mismo tiempo muchas PYMES volvían a ser legales, cosa que les permitía seguir trabajando aportando dinero desde su actividad regular.

En Europa se quedaron estupefactos; por fin un gobierno conseguía que ¨los malos¨ griegos que nunca pagan sus deudas y hacen evasión fiscal, ingresaran dinero en las arcas públicas. El plan europeo de ahogar la economía griega había fracasado, de momento. Grecia seguía pagando sus cuotas al FMI y demás acreedores y en el interior se mantenía de pie pagando sueldos y pensiones. Pero la situación no podía seguir indefinidamente, con una deuda del 180% del PIB. Además, la mayoría de sus promesas electorales se volvían imposibles y se desplazaban una tras otra para el futuro.

Mientras, el ministro de fianzas Gianis Varoufakis tiene que presentar unas medidas que puedan aportar al menos 6000 millones de euros a la economía. En los últimos Eurogrupos la misma escena se repite: Varoufakis presenta una serie de reformas, algunas muy heterodoxas, y otras que atacan los altos ingresos y la vida lujosa. El resto de Eurogrupo se dedica a desvalorar las medidas alegando que tales medidas no aportarían según sus cálculos más de 1000 millones de euros. Desde su púlpito, tenían muy claro cuáles son las reformas que Grecia debería aplicar:

a) aumentar el IVA al menos en las islas griegas. A los ciudadanos isleños se les reconocen mayores gastos de transporte que a los continentales. Por este motivo, tienen como recompensa una serie de descuentos en el IVA.

b) desproteger la primera vivienda para fomentar el sector inmobiliario.

c) recortar las pensiones secundarias o subir la edad de jubilación (una serie de profesionales tiene acceso a cotizar en cajas sectoriales lo cual les permite tener dos pensiones en su jubilación) porque Grecia tiene la aportación en pensiones más alta en términos de PIB, un 14%.

d) eliminar los convenios colectivos para volverse más competitivos (Grecia tiene de los salarios mínimos mas bajos en la Eurozona).

Syriza considera esas medidas «líneas rojas» que jamás cruzará no solo porque están en contra de su ideología sino porque son medidas de recesión. Se trata por tanto de una dobla decisión: Europa debe decidir, por un parte, qué relación quiere mantener con Grecia, y por otro lado, Grecia debe decidir qué relación desea tener con Europa, y con qué tipo de Europa. Sin embargo, Alexis Tsipras no lo podía decir más claro en una de sus últimas intervenciones: el pueblo griego no necesita un acuerdo, sino soluciones.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.