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Grecia, ¿hacia una alternativa del golpe de Estado de la Troika?

Fuentes: Marianne2

Traducido para Rebelión por Caty R.

A partir de referencias cinematográficas y culturales, nuestro bloguero asociado Panagiotis Grigoriou repasa el atolladero político en el que se encuentra Grecia. Incapaces de formar un gobierno de unión nacional después de las elecciones del 6 de mayo, los dirigentes del país dimiten uno tras otro. Y el pueblo ve el futuro cada vez más sombrío.

«Aurora dorada» era el nombre de un hotel legendario de la Grecia luminosa de los años 60, al menos en las representaciones colectivas, porque la realidad muy a menudo es mucho más sombría de lo que parece a través del engañoso espejo de la memoria. Situado en la isla de Poros, el hotel se hizo famoso gracias al cine popular y comercial de la época, ya que algunas escenas inolvidables se rodaron en sus instalaciones, en particular la comedia satírica Tyfla na’chei o Marlon Brando. Rodada totalmente en el hotel en 1964, pone en escena al famoso actor cómico Thanassis Veggos, el actor que ha encarnado mejor que cualquier otro de la época el arquetipo del trabajador pobre frente a las transformaciones de la sociedad de los años 50-60. Thanassis Veggos fue el cómico más apreciado por el público griego, incluso hasta ahora. «¡Vamos todos a la Aurora dorada!» es una frase célebre pronunciada por Veggos en una secuencia de la película que permanece en los anales de la memoria cinematográfica popular.

Hay que señalar que Veggos fue deportado a la isla de Makronissos entre 1948 y 1950 por motivos políticos; su familia y él mismo eran de izquierdas y nunca desmintió ese compromiso hasta su muerte, el 3 de mayo de 2011, aunque a menudo prefería permanecer discreto. Su muerte, como era de esperar, fue una conmoción. Miles de atenienses asistieron a su funeral, desde las personas más pobres, a las que por otra parte interpretó en sus actuaciones. Siempre era un trabajador que denunciaba la corrupción y acababa estafado por los demás y seguramente, también, por la «gran historia». Hacia el final de su vida, ya en papeles de hombre mayor, fue elegido para interpretaciones de una enorme y trágica sensibilidad, por Theo Angelopoulos, por ejemplo, en La mirada de Ulises. Todos los cinéfilos recordarán un monólogo del personaje interpretado por Veggos, en realidad por él mismo y por cualquier griego capaz de entender el destino colectivo, más allá de las apariencias a menudo engañosas: «¿Sabes? Grecia se muere. Nuestro pueblo se muere. Hemos completado el ciclo. No sé desde hace cuánto tiempo, cuántos miles de años a través de las ruinas y las estatuas rotas… morimos. Y si hay que morir, más vale morir rápidamente. Porque la angustia dura mucho tiempo y hace demasiado ruido».

Recuperación política

Recuerdo su entierro, la misa se celebró en una iglesia bajo la Acrópolis, en el barrio del templo de Teseo. Estuve allí. Asistimos varios miles de personas. Como todas aquellas personas anónimas recuerdo también otra escena de una de sus películas de los años 60 rodada precisamente delante de aquella iglesia. Decía entonces que estábamos perdiendo a nuestros actores y poetas, en el sentido literal del término (la poesía es la creación), de esa otra Grecia. No hay nada más evidente que la desaparición física de todos. Los poetas, los cineastas, los escritores o los músicos no escapan del último soneto de su existencia, y en otras circunstancias esas desapariciones se habrían clasificado únicamente por la regla de lo inevitable. Pero aquí estamos, en la época de la Troika que destruye todos nuestros universos familiares desde la democracia hasta nuestra esfera privada e interpersonal empapada de todas esas desapariciones y por la misma razón de un significado escatológico. «Así los perdemos, y debido a esas desapariciones toda una época desaparece… Todos lo lamentamos, pero se acaba, como ahora nuestras vidas… ¿Podremos inventar un futuro?» He aquí, por tanto, eso que revela el dogma común de este año tan rápido entre la muerte de Veggos y la «resurrección» de mayo de 2012.

Desde hace unas semanas, es decir, desde las elecciones del 6 de mayo, observo que la pequeña frase de Thanassis Veggos de la película de 1964 (a propósito del hotel Aurora dorada) forma un bucle en la esfera del internet griego. Se trata de jugar con el anacronismo, salvo que el sobreentendido se refiera al nuevo Aurora dorada, que ya no es un hotel de ensueño para las clases medias ascendentes, sino más bien una cervecería muniquesa en la costa de Atenas. Lo que es interesante (y peligroso) en la interpretación de las representaciones se ve precisamente en esta recuperación implícita (a menudo rechazada rápidamente) de la frase pronunciada anteriormente en la película. Una recuperación porque Thanassis encarnó sobre todo una figura popular estereotipada, un tipo casi ideal, pero también porque el Aurora dorada de Poros se situaría, según la geografía del inconsciente colectivo, en una Grecia «luminosa, simple e intacta», en suma, «antes de la llegada de los extranjeros», como se oye a menudo aquí y allá en el café del Comercio, abarrotado en estos últimos tiempos debido al desempleo.

En los barrios populares del Pireo, aparte de a SYRIZA, un 11% han votado a Aurora dorada. En la misma dinámica de dinamitar las relaciones «democráticamente permisibles» de antes de la crisis, los resultados electorales del KKE (Partido Comunista griego) han bajado en Atenas y sus barrios periféricos, lo que también era previsible: «Siempre he votado al KKE porque siempre quise mantener en este país un auténtico partido obrero por si algún día me hacía falta, en un momento crítico, podríamos decir. Bien, ese momento crítico ha llegado y el KKE brilla por su ausencia», declaró un elector en el periódico Avghi. Y el hecho de que Avghi sea el diario próximo a SYRIZA no implica que ese testimonio no tenga el valor de un «indicador estadístico cualitativo», creo que al contrario. También se aprende gracias a la prensa, haciendo un análisis del escrutinio, que por ejemplo la mitad de los votos de los policías fueron a favor de Aurora dorada (sondeo publicado en la web informativa tovima.gr). No es de extrañar, ya que esos proletarios-pretorianos, cuyo salario mensual se eleva a 800 euros, al parecer no leen a Cornelius Castoriadis en sus autobuses.

Medios de comunicación afectados de «catastrofismo»

Desde el día de las elecciones hemos vuelto a sumergirnos en la incesante fluctuación del tiempo presente. ¿Ingobernables? ¿Esclavos? ¿Fuera de la Eurozona? En el mercado del día antes de las elecciones todavía se vendía de todo, la esperanza y la incertidumbre silbaban en todos los oídos: «Estamos hartos, eso tiene que parar (el memorándum), eso ya no es posible». Los empleados junto a los vendedores de frutas y verduras a veces extranjeros, «los pakistaníes», como se les suele denominar en la calle para abreviar, sirven a dos hombres mayores, visiblemente preocupados por la situación pero no obstante estoicos: «Mira, tú vendrás a mi casa en caso de guerra, Yannis, tengo un jardincito y un sótano». Porque los rumores, las amenazas, la desinformación y las intimidaciones circulan por las calles y los mercados. Los medios de comunicación oficiales, los alternativos (en internet), los que se proclaman «pluralistas»… todos se abonan al «catastrofismo» últimamente y reproducen sin cesar el mismo mensaje: «Atención, estamos en peligro, al borde del «desgobierno», como si el «gobierno» de la Troika fuera nuestra única opción. Pero cada vez hay más griegos que piensan que otra orientación, aunque sea dolorosa, sigue siendo posible.

Lo cual no parece tranquilizar a Daniel Cohn Bendit, que no declara otra cosa (como los adeptos a la Troika) en los últimos días: «No se puede dejar que los griegos decidan por sí mismos porque corren el riesgo de un golpe de Estado militar» ¿No es más inquietante el golpe de Estado de la Troika? En todo caso, algunos detalles procedentes del «metamundo» político de Bruselas ya no pasan desapercibidos. Todavía el viernes en el mercado, entre dos bandejas de fresas y una sandía del Peloponeso, dos vendedores se preguntaban sobre la actitud de los ecologistas griegos (su formación no consiguió entrar en el Parlamento): «Pero esas personas no pueden decidir solas, posicionarse a favor o en contra del memorándum, porque tienen que pedir opinión a su central, creo que está en París la sede central de la Ecología».

El primer fin de semana después de Syriza, un ligero seísmo (4,1 en la escala de Richter) sacudió de madrugada la ciudad de Salónica tras el seísmo político de las elecciones. Algunos vieron una «señal», otros se añaden porque se consideran informados hasta de la «cantidad de flúor que echan en la red de agua potable de la capital». Una vecina incluso ha establecido la relación «obvia» entre todos esos sucesos, los signos del Apocalipsis y los gatos que se pelean sin descanso desde hace dos semanas en el barrio, de día y de noche. «Se trata de otra dimensión, la verán bien pronto», declaró durante una reunión de propietarios en un inmueble de Atenas. En el orden del día, cómo desembarazarse (o repartir) algunos muebles depositados en la zona común del sótano por un antiguo residente que tuvo que mudarse deprisa y corriendo cuando lo desahuciaron hace un año, sin dejar rastro. Durante esa reunión Dimitri, el vecino dentista, y su esposa profesora anuncian oficialmente su partida: «No podemos pagar el alquiler, a pesar de que el propietario ha aceptado una rebaja del 25%. Nuestros ingresos están en caída libre, 60% menos que hace un año, nos vamos a un apartamento de mi suegro desocupado hasta ahora, sin calefacción, precisó Dimitri, pero sea como sea nos iremos de fin de semana, como si no pasara nada».

En efecto, hay que subrayar que numerosos atenienses decidieron salir el fin de semana «para vivir y divertirse». Por la tarde, por la noche, el domingo, en las playas casi abarrotadas. Porque hay que darse un capricho antes de cualquier cosa: «Aprovechemos hoy, porque mañana… ¿quién sabe?» Y en las playas se leen atentamente los periódicos, especialmente para comprender el sentido de la victoria de François Hollande.

Salvo que ahora los lugares públicos están «abiertos» a todos los vientos. El sábado, en una plaza de Atenas, unos jóvenes de 16 a 20 años no tenían vergüenza de gritar: «Aurora dorada, ¡sí y para siempre!» La presencia de una cámara que realizaba un reportaje los excitó: «Periodistas, vendidos, cerdos…». Los tabúes y los miedos caen con el sistema del bipartidismo nepotista. La socialdemocracia en su versión balcanizada que triunfó en las elecciones de 2009, no es más que un cadáver político: «El PASOK está podrido, hay que romperlo todo», declaró incluso Venizélos recientemente. Acaba de disolver todas las organizaciones (ya fantasmas) de su partido ante la indiferencia general.

En SYRIZA se sigue confiando pero con inquietud. La prueba es dura. Los rumores aquí o allá indican la «presencia de espías en los partidos y movimientos contra el memorándum desde hace mucho tiempo. Se preparan precisamente para actuar para el día más largo… con el fin de acortarlo». Y SYRIZA no escapa a esos rumores. El espionaje, la «gran Berta» (alias la «salida de la Eurozona»), las grandes maniobras de las fuerzas aeronavales turcas en el mar Egeo durante un ejercicio esta semana, las «amenazas de golpe de Estado», está todo. Es agosto de 1914, más la República de Weimar. Salvo que todavía tenemos electricidad e internet, puede que sea la única diferencia.

El domingo por la tarde, Papoulias, nuestro jefe «de Estado» reúne a los líderes de los partidos para una última tentativa de formar gobierno, cueste lo que cueste. Es también el sentido del ultimátum, desde la otra Europa. Sobre todo que en esta semana, el país «debe» reembolsar cierta suma a los «acreedores»; también esta semana entra en vigor la abolición de los convenios colectivos para el conjunto del sector privado. Los mercados se emocionan (por el reembolso), Papademos, el banquero Primer Ministro, dramatiza más: «Vamos derechos hacia una catástrofe económica». Pero el argumento está usado: «De todas formas nos preparan para salarios de 200 euros mensuales, así que nos tiene sin cuidado que exploten el euro y todo lo demás, ¡basta!

¿Syriza cómplice de un crimen?

En este sitio se descubre una presentación del hotel de Poros bajo su antiguo nombre. Para evitar cualquier confusión con la organización política homónima, los propietarios cambiaron el nombre del hotel en 2002 «precisamente para evitar cualquier confusión con el partido de extrema derecha», precisaron en el periódico To vima del 21 de agosto. El nuevo nombre del hotel es «Buena vista». Es cierto que en política es mejor prevenir.

En los últimos tiempos ha aparecido una nueva marca de café soluble «made in Grecia» en las estanterías de los supermercados. Tiene un precio muy asequible y su sabor recuerda realmente los años 70. Su nombre comercial: «café dorado». Sin embargo no hay ninguna «solución» política para un régimen obviamente soluble. El presidente Carolos Papoulias recibió a los dirigentes de los partidos políticos durante hora y media al final de la mañana, y después por la tarde, para intentar convencerlos de formar un gobierno de coalición. La coalición, el imperio… y los que nos dejan su publicidad en los parabrisas, nos recuerdan de alguna manera que el futuro nunca es gratis.

«Mira, exclamó ayer un viandante en una plaza de Atenas, Syriza invita a todo el mundo a su reunión pública mañana por la tarde para analizar y debatir. En el orden del día los resultados de las elecciones y la nueva situación, esto me retrotrae a mis lejanos años de universidad, desde entonces no he vuelvo a asistir a una reunión política. Iré».

A la salida de las entrevistas de los jefes de los partidos políticos y el Presidente de la República, Alexis Tsipras declaró: «Lo que se pide a Syriza no es un acuerdo, sino que sea cómplice de un crimen. Y no podemos dar esa complicidad. Pido la publicación de las actas de los debates de hoy de las reuniones en el palacio presidencial. Así los ciudadanos podrán sacar sus propias conclusiones».

En la calle se oyeron algunos gritos (la noche del domingo al lunes). Parece que el equipo Olympiakos del Pireo jugará su segunda Euroliga de baloncesto después de vencer al CSKA de Moscú. Y también porque se acababa de anunciar una alerta meteorológica para el lunes: tempestad de viento en el Egeo con una fuerza eólica de 9 en la escala de Beaufort. Y sin formar gobierno.

Historiador y etnólogo, antiguo corresponsal en Francia de la revista Nemecis, Panagiotis nos cuenta el desastre de la vida cotidiana en su país bajo el régimen de la Troika.

Fuente: http://www.marianne2.fr/Grece-vers-une-alternative-au-coup-d-Etat-troikan_a218460.html