Las negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre la composición del próximo gobierno griego continúan un día más estancadas en Atenas, después de una larga noche de esperas y rumores. Los dos principales partidos, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) de Yorgos Papandréu y Nueva Democracia (ND) de Antonis Samaras, siguen sin ponerse de acuerdo en los […]
Las negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre la composición del próximo gobierno griego continúan un día más estancadas en Atenas, después de una larga noche de esperas y rumores.
Los dos principales partidos, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) de Yorgos Papandréu y Nueva Democracia (ND) de Antonis Samaras, siguen sin ponerse de acuerdo en los aspectos cruciales del gobierno de coalición que debería sacar al país del marasmo en el que se halla.
El principal escollo en la negociación parece encontrarse en la humillante exigencia europea, formulada por el comisario de asuntos económicos y monetarios de la UE, Olli Rehn, que exige al país un compromiso por escrito de aplicación de las medidas exigidas en el plan de rescate acordado el 26 de octubre.
El documento debería ser ratificado por el gobierno dimisionario de Papandréu, el primer ministro y el ministro de Economía entrantes, así como por el gobernador del Banco de Grecia, pues en caso contrario el sexto tramo de la ayuda financiera no sería desembolsado.
Diseñado para obtener la sumisión completa del próximo gobierno griego, la demanda de Rehn provocó un gran revuelo en la base del partido ND, que no parece aceptar tal intromisión y condiciones.
Los esfuerzos para establecer una coalición de gobierno se complican pues tanto el PASOK como ND tienen como objetivo primordial, además de sacar adelante el plan de rescate para Grecia y su mantenimiento en la eurozona, su supervivencia política. El brutal programa de austeridad impuesto por los acreedores internacionales ya diezmó la base y el apoyo electoral del PASOK, y ahora va camino de afectar en igual medida en el partido de Samaras y en su grupo parlamentario.
Además no parece ser tarea fácil encontrar un primer ministro que satisfaga las demandas de ambos partidos, sin exigir mucho a cambio.
El principal candidato, Lucas Papademos, parecía cumplir con varios de esos requisitos al no pertenecer a ningún partido y haber demostrado su capacidad de gestión durante los años en que fue gobernador del Banco de Grecia, momento en que el país ingreso en la Eurozona.
Pero sus propuestas sobre la composición del nuevo ejecutivo y las atribuciones que debería poder ejercer el gobierno interino parecen chocar con los intereses partidarios, cuando no con las peticiones de cambios estructurales exigidas por la UE.
Tres días después de que Papandréu hiciera pública su intención de dimitir y dar paso a un gobierno de coalición, no parecen estar claras las intenciones de los dos partidos mayoritarios, los únicos interesados en esta fórmula de gobierno.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=448426&Itemid=1