El gobierno griego preparó en Atenas el dispositivo de seguridad programado con motivo de la visita de la canciller alemana, Ángela Merkel, una vez que los principales sindicatos y partidos opositores del país anunciaran actos de protesta. Merkel, que llega hoy a esta capital, contará con un despliegue policial de unos siete mil agentes para […]
El gobierno griego preparó en Atenas el dispositivo de seguridad programado con motivo de la visita de la canciller alemana, Ángela Merkel, una vez que los principales sindicatos y partidos opositores del país anunciaran actos de protesta.
Merkel, que llega hoy a esta capital, contará con un despliegue policial de unos siete mil agentes para tratar de evitar los incidentes durante la jornada de huelga y las manifestaciones que se desarrollarán en el centro de la ciudad.
Los sindicatos mayoritarios, GSEE y ADEDY, programaron un paro de tres horas desde el mediodía y una manifestación frente al Parlamento para protestar contra la visita de la dirigente germana y los drásticos recortes presupuestarios planeados por el ejecutivo griego. A su vez el sindicato comunista PAME convocó a sus militantes y simpatizantes en la plaza de Omonia a la misma hora.
El principal partido de la oposición, la coalición izquierdista Syriza, animó a sus seguidores a participar en las protestas y a expresar su rechazo a las medidas de austeridad exigidas por los acreedores internacionales. Para el líder de la coalición, Alexis Tsipras, Merkel «no viene a apoyar a una Grecia en el abismo por sus políticas, viene a salvar un sistema político corrupto, degradado y servil», y afirmó que la visita es «una evidencia más de la sumisión del gobierno a los banqueros y al capital».
También los derechistas Griegos Independientes, opuestos al memorando de préstamo, llamaron a realizar una cadena humana que rodee la embajada de Alemania en Atenas, como parte de una protesta simbólica contra las decisiones de Merkel con respecto a Grecia.
La protección policial se extremará principalmente frente al Parlamento, el Palacio Presidencial y la mansión Máximo, residencia del primer ministro, así como en las inmediaciones de la legación alemana y las sedes de instituciones y empresas de ese país. Además, numerosas zonas de la ciudad estarán cerradas al tráfico y a los peatones, incluidas varias céntricas estaciones de metro, con el objetivo de dificultar el acceso de los manifestantes a las protestas convocadas. En el resto de la zona por la que transitará la canciller alemana la policía prohibió cualquier tipo de concentración o de reunión, incluso en los pasos elevados por donde circulará la comitiva.
Merkel tiene previsto reunirse con el presidente de la república, Karolos Papoulias, al mediodía y con el primer ministro, Antonis Samarás, a las 14.00 hora local, tras la cual se espera que ambos dirigentes ofrezcan una rueda de prensa. El gobierno de coalición griego alberga la esperanza de que la visita de la cancilller alemana, la primera desde 2007, sirva para ganarse el apoyo tanto de los socios europeos como de la ciudadanía griega en un momento en que aún está pendiente la confirmación del siguiente tramo del préstamo.
En este sentido el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, explicó el domingo que el encuentro no entrañará el desembolso de más dinero para Grecia, «la canciller no va a discutir sobre un asunto sobre el que la troika debe informar en primer lugar», aclaró en una entrevista.
Sin embargo, no importa lo cordial que pueda ser la reunión entre Samarás y Merkel pues «si hay caos en las calles, esa será la imagen que se mostrará en los televisores de toda Europa», aseguró Nick Malkutzis en el diario Kathimerini, «la posibilidad de que se convierta en un desastre de relaciones públicas es real». Para impedir las muestras de repudio Samarás advirtió el viernes que no permitirá que «Grecia caiga en la anarquía», criticando «a quienes no entienden el significado de la ley y el orden», con el fin de evitar enfrentamientos como los ocurridos durante la huelga general del pasado 26 de septiembre.
La jornada se prevé tensa y, pese al despliegue policial y a las medidas adoptadas, no se descartan disturbios contra la visita de la dirigente germana.