Después de cinco meses de pausa, las movilizaciones laborales en Grecia han vuelto con fuerza. El 15 de diciembre el país volvió a paralizarse con otra huelga general, la séptima en lo que va del año, con un paro casi total de empleados del sector público y del privado. Los servicios públicos y los bancos […]
Después de cinco meses de pausa, las movilizaciones laborales en Grecia han vuelto con fuerza. El 15 de diciembre el país volvió a paralizarse con otra huelga general, la séptima en lo que va del año, con un paro casi total de empleados del sector público y del privado.
Los servicios públicos y los bancos cerraron, todos los vuelos fueron cancelados y los telediarios no emitieron. La principal demanda de esta nueva huelga general fue la retirada de un proyecto de ley que profundiza aún más en las medidas de austeridad y las reformas estructurales en el ámbito laboral.
Entre las nuevas medidas previstas por el Gobierno se incluye un nuevo incremento del IVA, en un 2%, reducciones de salarios en las empresas controladas por el Estado, y una amplia reforma en el mercado laboral.
Dicha reforma prácticamente anula el contrato laboral estatal (un contrato base), y da a cada empresa la posibilidad de negociar condiciones laborales ‘especiales’ con sus empleados. Éste es el elemento más polémico en esta nueva confrontación entre el Gobierno y los sindicatos, dado que no habrá ayudas de las finanzas públicas. Anticipándose a las reacciones populares, el Gobierno decidió introducir el proyecto de ley en el parlamento el 14 de diciembre, antes de la huelga general, ya anunciada, para que se votara el mismo día con un procedimiento exprés. A pesar de que la oposición denunció que se trataba de una maniobra antidemocrática, el proyecto de ley se votó y el 15, día de la huelga, ya estaba aprobado.
Durante la votación, un diputado del partido del Gobierno, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), votó en contra y fue expulsado del partido. Corrió la misma suerte que otros tres diputados del PASOK que fueron expulsados por oponerse a este tipo de medidas y que han dejado al partido del Gobierno con una mayoría parlamentaria de seis diputados.
Respuesta en las calles Unas horas después, decenas de miles de manifestantes tomaron las calles de las principales ciudades del país. En Atenas, más de 50.000 personas participaron en una marcha de protesta hacia el Parlamento, en la movilización más grande desde la huelga histórica del 5 de mayo de este año. Fue una manifestación animada, que convirtió en un caos los alrededores de la plaza de la Constitución, donde se encuentra el Parlamento. Centenares de jóvenes encapuchados y otros manifestantes, aplaudidos por los concentrados, se enfrentaron a los antidisturbios con cócteles molotov, piedras y gases de extintores de incendios. Los ataques fueron tan potentes que durante bastante tiempo la policía perdió el control de la situación y la plaza se convirtió en un campo de batalla. Los antidisturbios evacuaron la plaza con una operación masiva, usando enormes cantidades de gases lacrimógenos y empleando sus unidades en motocicletas para dispersar a los manifestantes. Los disturbios continuaron en otros puntos de la ciudad hasta la tarde. Miles de manifestantes pertenecientes a sindicatos autónomos de base intentaron ocupar la sede de la central de trabajadores oficial (GSEE), para denunciar su postura derrotista. Después de fuertes enfrentamientos, el intento fue reprimido por las fuerzas policiales que custodiaban el edificio. Otro grupo de manifestantes atacaron y golpearon al diputado Kostas Chatzidakis, ex ministro del Gobierno anterior, del partido de la derecha, Nea Dimokratia, cuando trataba de llegar a su oficina atravesando la manifestación. Decenas de manifestantes resultaron heridos y 27 policías contusionados debido a los enfrentamientos, y diez manifestantes fueron detenidos. La gran participación y los enfrentamientos con la policía marcaron también la manifestación en Tesalónica, la segunda ciudad más grande del país. Aunque el Gobierno ha sobrevivido a este nuevo episodio de movilizaciones laborales, es evidente su desgaste, fruto de su persistencia en la implementación del proyecto de «estabilización», impuesto por la ‘troika’ de la UE, el Banco Central Europeo y el FMI. Las duras medidas de austeridad y las reformas neoliberales han conducido a la economía griega a una recesión profunda que, se prevé, seguirá empeorando un año más. El desempleo ya alcanza al 12,4%, un tercio más que hace un año, y un cuarto de los menores de 29 años ya está en paro. Aparte de los números, la psique de la sociedad griega está marcada por una desilusión profunda, oscilando entre la resignación y la rabia. La tensión social que provoca la sensación de estar en un callejón sin salida podría resultar aún más explosiva entre la juventud griega, quizás la más afectada por la crisis.
- KOSTAS CHATZIDAKIS
SIETE HUELGAS GENERALES EN GRECIA EN 2010
24 DE FEBRERO DE 2010. El partido de los socialistas griegos, el PASOK, regresa al poder en octubre de 2009 y con él se imponen las medidas de ajuste. El 24 de febrero el país heleno lleva a cabo la primera huelga general.
11 DE MARZO, SEGUNDA HUELGA Segundo paro general contra la congelación salarial y el aumento de impuestos como el IVA y otros.
5 DE MAYO, TERCERA HUELGA Un día antes del ajuste, miles de personas tratan de tomar el Parlamento. Tres mueren al incendiarse un banco.
20 DE MAYO, CUARTA HUELGA Los sindicatos paran de nuevo el país. Miles de personas toman la calle. Protestan contra los ajustes del Fondo Monetario Internacional.
29 DE JUNIO, QUINTA HUELGA Grecia queda de nuevo paralizada durante 24 horas, los sindicatos vuelven a movilizar a los trabajadores.
8 DE JULIO, SEXTO PARO Más de 12.000 trabajadores, según datos oficiales, volvieron a tomar las calles contra la reformas del Gobierno.
15 DE DICIEMBRE, SÉPTIMO PARO Gritos de «ladrones», fuertes enfrentamientos y un ex ministro, Kostis Hatzidakis, que resultó herido cuando salía del Parlamento.
http://www.diagonalperiodico.net/Grecia-se-enfrenta-a-mas-recortes.html