Las primeras elecciones presidenciales directas en la República Checa, después de 20 años como nación independiente, ocurren en arreglo a las grietas de su democracia y como resultado del rechazo a la corrupción entre los políticos. Después de elegir durante dos décadas por un complicado sistema en el Senado y en la Cámara de Diputados […]
Las primeras elecciones presidenciales directas en la República Checa, después de 20 años como nación independiente, ocurren en arreglo a las grietas de su democracia y como resultado del rechazo a la corrupción entre los políticos. Después de elegir durante dos décadas por un complicado sistema en el Senado y en la Cámara de Diputados a sus dos primeros jefes de Estado, el fallecido Vaclav Havel y el euroescpéptico Vaclav Klaus, los checos practican la votación universal.
La decisión adoptada en marzo de 2012 en el Senado, por 49 votos a favor y 22 en contra, ocurrió después de enconados debates, en los que Klaus fue uno de los principales opositores, aunque debió resignarse ante la imposibilidad de cambiar la voluntad de los legisladores.
El vicepresidente del Senado, Petr Pithart, del democristiano Partido Popular, destacó que el nuevo sistema incluye graves deficiencias, pues según la ley, el mandatario podrá ser destituido solo por la mayoría constitucional del Parlamento, afirmó.
Pero el también vicepresidente de la cámara alta Pöemysl Sobotka, del Partido Cívico Democrático (ODS), estimó que este sistema funciona sin problemas en la mayoría de los países comunitarios.
Sobotka se presenta como candidato de su partido en las presidenciales.
Las causas del paso a elecciones directas también estuvieron relacionadas con el fracaso del bipartidismo del Partido Socialdemócrata Checo (CSSD) y el gobernante ODS.
Ambas formaciones perdieron en conjunto 153 escaños y un 23.55 por ciento del respaldo popular aproximadamente en los comicios legislativos de 2008.
Pese a que el cargo de jefe de Estado en Chequia está lejos de contar con prerrogativas como los de sus similares en Francia o Estados Unidos, sí posee en su poder decisiones que en un momento dado pueden ser cruciales.
El mandatario checo nombra o destituye al primer ministro y a los miembros del gabinete, veta decisiones tomadas por el Parlamento y retorna documentos para su nuevo análisis, así como forma el consejo de política monetaria del Banco Central.
Lo cierto es que en un país afectado por la recesión en 2012 y con tenues vestigios de recuperación a costa del incremento de las exportaciones a Alemania y de las inversiones, tener control sobre la dirección del Banco Central resulta crucial.
Por otro lado, la decisión sobre la jefatura del Gobierno también está en manos del Presidente, sobre todo ahora que el actual ocupante de esa cartera, Peter Necas, está involucrado en un escándalo.
Necas se ve cada vez más empantanado en un caso de soborno a tres diputados del ODS que protagonizaron una rebelión a finales de noviembre pasado en torno a la aprobación de un aumento de los impuestos en el plan del presupuesto.
Cabe destacar que, de acuerdo con el diario Praga Daily Report, Marek Snajdr, Petr Tluchor e Ivan Fuksa recibieron puestos claves en empresas, en las cuales el estado es el principal accionista.
Snajdr recibió un puesto en el la compañía Cepro, Tluchor será parte del buró de supervisión en la compañía energética CAZ y Fuksa, director ejecutivo del consorcio aeroespacial checo.
Un miembro de una organización no gubernamental, Vaclav Laska, declaró que el propio ministro del Exterior y uno de los nueve candidatos presidenciales del 11 y 12 de enero de este año, confirmó que al menos Tluchor y Fuksa recibieron pagas del gobierno.
El asunto de los sobornos de los ministros del ODS y del centrista TOP 9 se suma a los crecientes casos de impunidad en altas esferas del estado, rechazadas por la población que combinó demandas anticorrupción con protestas contra la austeridad.
Las denuncias coinciden con la polémica amnistía general decretada por Klaus al celebrar el Nuevo Año que provocó una rebelión de casi 100 alcaldes, muchos de los cuales ordenaron retirar retratos del Presidente de escuelas, guarderías infantiles y otras instituciones.
Muchos profesores y empleados públicos consideraron difícil sostener la defensa de supuestos propósitos del gobierno de luchar contra la corrupción, cuando por otro lado se pone en libertad a ladrones de la propiedad estatal, malversadores y políticos corruptos.
El anuncio de la amnistía ocurre en medio de la campaña electoral para las elecciones presidenciales directas, las cuales transitaron por una demanda, sin éxito, de uno de los participantes, cuya candidatura fue rechazada por la Comisión Electoral.
Tamio Okamura consideró que el Tribunal Constitucional debía revisar si el punto en la legislación electoral sobre obligatoriedad de la recogida de 50 mil firmas por cada candidato se correspondía con la Carta Magna.
Así, la nueva ley estipula que los candidatos pueden presentar las referidas rúbricas debidamente autentificadas o el apoyo público de al menos 20 diputados o 10 senadores.
Para Okamura, que recogió unas 35 mil firmas, ello coarta la libertad ciudadana y pone en desventaja a los aspirantes, cuyos partidos estén fuera del Parlamento.
La mayoría de los politólogos esperan una segunda ronda de los comicios el 25 y 26 de enero de este año, para las cuales se espera se enfrenten los ex primeros ministros Milon Zeman y Jan Fischer.
Zeman dirigió un gobierno de centroizquierda entre 1998 y 2002, mientras el centrista Fischer encabezó de forma temporal la jefatura del Gabinete entre 2009 y 2010.
Los sondeos le deban a ambos entre un 20 y un 26 por ciento de las intenciones de voto, el resto de los aspirantes están lejos de esa cifra, incluido el excéntrico Vladimir Franz, un escritor y compositor que lleva tatuado su cuerpo casi en su totalidad.
El aspecto extravagante y el discurso muy similar al de los políticos de la Unión Europea (UE), con llamados a hacer funcionar o fortalecer la sociedad civil y a su participación en decisiones políticas, atrae en gran medida a los jóvenes.
Pero el artista checo, que ocupa entre el tercero y el sexto puesto en varias encuestas, posee pocas posibilidades reales de llegar a la jefatura del Castillo de Praga, comentan observadores.
El ministro del Exterior checo, Karel Schwertzenberg, del Partido TOP 9, también fue visto como un político con posibilidades, pero sin llegar al nivel de Zeman o Fischer.
Otro de los nueve candidatos participantes en representación de formaciones políticas es el vicepresidente del Partido Socialdemócrata CSSD, Jiri Dienstbier.
Las elecciones presidenciales directas dejan fuera de posibilidades políticas a algún seguidor de Klaus, quien concluye su segundo mandato de cinco años el 7 de marzo, un alivio para la UE, que enfrenta ahora fuertes divisiones internas sobre las bases de su existencia.
Praga presentó posiciones muy particulares en la discusión del presupuesto europeo que en el segundo trimestre de 2012 se convirtió en un punto de discordia del bloque comunitario, azotado por la crisis económica y financiera, en especial, en la zona euro.
Ello llevó a que uno de los temas en discusión en la campaña electoral fuera el de la disyuntiva de la entrada de Chequia a la alicaída zona euro o la de conservar la corona como moneda nacional.
De cualquier forma, la elección directa del tercer jefe de Estado checo desde 1993 estará lejos de poner fin a las disputas internas sobre cómo enfrentar la recesión o el flagelo de la corrupción.
*Antonio Rondón García es Jefe de la redacción Europa de Prensa Latina.
arb/To
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=1003351&Itemid=1