Por primera vez desde la explosión de la crisis de los refugiados en Europa y del gran éxodo terrestre por la ruta balcánica hacia los países ricos del Viejo Continente, un inmigrante murió de un tiro en un incidente de frontera. Los hechos ocurrieron en Bulgaria, no lejos de la frontera turca, donde un inmigrante […]
Por primera vez desde la explosión de la crisis de los refugiados en Europa y del gran éxodo terrestre por la ruta balcánica hacia los países ricos del Viejo Continente, un inmigrante murió de un tiro en un incidente de frontera.
Los hechos ocurrieron en Bulgaria, no lejos de la frontera turca, donde un inmigrante afgano fue alcanzado, parece que de forma accidental, por un proyectil disparado por un guardia de frontera.
En tanto, Hungría, análogamente a cuanto hizo hace un mes con Serbia, anunció el cierre a partir de la medianoche de la frontera para los inmigrantes procedentes de Croacia, lo que ha suscitado inmediata alarma en la vecina Eslovenia, posible nuevo itinerario de la marea de prófugos.
El grave incidente en Bulgaria se produjo en la noche del jueves, cerca de un puente en las inmediaciones de la localidad de Sredets, a unos 30 kilómetros de la frontera con Turquía. El secretario general del ministerio del Interior, Gheorghi Kostov, dijo que fueron detenidos 54 inmigrantes sin documentos, que se declararon afganos. El grupo estaba compuesto solo por hombres en buenas condiciones físicas, de entre 20 y 30 años, que habría demostrado una actitud agresiva y no habrían obedecido a las órdenes de la patrulla de volver atrás.
Los guardias entonces habrían disparado al aire varios tiros de advertencia, pero un proyectil habría rebotado en la estructura del puente, alcanzando la cabeza de uno de los inmigrantes, quien falleció de camino al hospital. En la mochila de la víctima, según la policía, fue hallado una pistola, así como dos teléfonos móviles.
El incidente -cuya dinámica de todos modos, está aún en fase de investigación- suscitó polémicas y reacciones contrastantes en Bulgaria. El portavoz de la representación en Sofía del Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados, Boris Cheshirkov, se dijo conmocionado por lo sucedido y condenó la muerte de un inmigrante afgano que buscaba refugio en Bulgaria.
Por su parte Valeri Simeonov, presidente del Frente Nacional para la salvación de Bulgaria, un partido nacionalista que apoya al gobierno del premier conservador Boyko Borissov, dijo que los tres hombres de la policía de frontera se merecían una medalla y que se debe disparar contra cualquier persona que no obedezca a las órdenes tras haber cruzado clandestinamente la frontera.
El presidente búlgaro, Rossen Plevneliev, expresó profundo pesar por la muerte del inminente, aunque elogió el trabajo de vigilancia de las fuerzas del orden, invitando a los inmigrantes a respetar las leyes búlgaras y europeas. Para contrarrestar la presión migratoria, las autoridades de Bulgaria, que es frontera externa de la Unión Europea, ya dispusieron en 2013 la construcción de una alambrada en los puntos más críticos de la frontera con Turquía.
Esta barrera es actualmente de 33 kilómetros de longitud, y hay proyectos de ampliarla. Un sondeo de la agencia Alpha Research reveló que el 63% de los búlgaros considera la presión migratoria como una amenaza para el país, el 82% cree necesario reforzar la barrera de protección en la frontera con Turquía, mientras apenas el 3,7% de los encuestados cree que Bulgaria debe acoger libremente a los inmigrantes.