Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
Una sorpresa aguarda a los estudiantes de 53 escuelas secundarias e institutos franceses Francia que comenzarán el curso hoy: habrá un policía en los institutos de uniforme, por tanto, armado, y dispondrá de una oficina que podrá utilizar como sucursal de la comisaría, incluso para los interrogatorios. En la víspera de la inauguración del curso, el ministro de Educación, Luc Chatel, todavía mantiene en secreto los nombres de estos institutos, pero se sabe que entre ellos figuran aquellos en los que el año pasado hubo un mayor número de accidentes y de actos violentos. Para el 15 de septiembre, las oficinas de la policía en las 53 escuelas deberán estar funcionando. La idea es de Sarkozy en persona, quien en abril había anunciado su intención de «solicitar la instalación de una oficina para que la policía pueda recibir a los jóvenes dentro de la escuela». Los directores serán consultados, pero si se niegan a albergar la oficina de la policía deberán motivarlo con una carta al Ministerio del Interior.
Los sindicatos se oponen. Según Catherine Manciaux, secretaria de SNU, sindicato de los directores afiliados a la FSU, «una escuela no es una comisaría; la propuesta conduce a la confusión de funciones». Manciaux teme, asimismo, que la actividad de los policías en la escuela genere más violencia, porque será difícil garantizar «la confidencialidad de la entrevista entre el joven y el policía.» «Siempre habrá un riesgo de denuncia y amenazas como resultado», dijo Catherine Manciaux. Además, será muy difícil para la policía respetar la ley que exige que, antes de someter a un interrogatorio a un menor, se informe a los padres.
Ya existe, de hecho, una colaboración entre la policía y las escuelas francesas, que va mucho más allá de la intervención ocasional, para explicar a los alumnos los rudimentos de la seguridad vial o cómo evitar caer en la red de la droga o la manera para protegerse de los chantajes. En los establecimientos considerados más «delicados», o sea los de los suburbios de mayor riesgo, ya había un policía «de referencia» al que podían llamar los directores en caso de problemas. Pero hasta ahora la escuela se consideraba un «santuario», donde quedaba excluida la intervención de la policía. Con Sarkozy, que ha reducido el número de maestros (50.000 menos en 2007, cifra que se elevará hasta 80.000 al final de su período presidencial) y los fondos para la ZEP (zonas de educación prioritaria), la orden será impuesta por la policía.
La educación ya no se considera la mejor manera de construir una sociedad civil.
Fuente: http://blog.ilmanifesto.it/franciaeuropa/2010/09/01/scuola-sorpresa-ce-anche-il-poliziotto/