El pasado 13 de diciembre, los Jefes de Estado o de Gobierno de la UE firmaron el Tratado de Lisboa que deberá entrar en vigor el 1 de enero de 2009. Este Tratado fija las bases para el funcionamiento de la Unión en los próximos años, así como su orientación política. Igual que la «Constitución […]
El pasado 13 de diciembre, los Jefes de Estado o de Gobierno de la UE firmaron el Tratado de Lisboa que deberá entrar en vigor el 1 de enero de 2009. Este Tratado fija las bases para el funcionamiento de la Unión en los próximos años, así como su orientación política.
Igual que la «Constitución Europea» que fue rechazada en Francia y los Países Bajos por referéndum, este Tratado consolidará el carácter neoliberal de la Unión Europea. Los intereses y las necesidades de la gente por una Europa más justa y socialmente equilibrada no se consideraron de forma adecuada.
En vez de tomar en consideración las demandas de la población de construir una Europa más democrática, social, pacífica y ecológica, este Tratado va a grabar en piedra la orientación neoliberal de la UE.
Para realizar este «golpe», los Gobiernos rechazan las demandas de referéndum de sus pueblos, y los malinforman sobre el contenido del Tratado. Sólo en Irlanda, la constitución exige un referéndum que tendrá lugar el 12 de junio.
Ya que nosotros mismos no podemos votar, pidamos juntos al pueblo irlandés que vote «NO», tanto por su propio interés como en nuestro nombre. Es una expresión de solidaridad con los ciudadanos de la República irlandesa, sobre los que cae una pesada responsabilidad: son los únicos, entre todos los europeos, que pueden ejercer sus derechos democráticos. A través de ellos, tenemos la posibilidad de hacernos oír en esta expresión de democracia, por la única vía que nos queda: pidiendo al pueblo irlandés que rechace el Tratado de Lisboa. Muchas personas de todos los países miembro de la UE ponemos nuestras esperanzas en las manos de la población irlandesa.
Al igual que hicieron en 2005 los medios de comunicación y los dirigentes franceses y holandeses, las fuerzas del «SI» en Irlanda están intentando convencer a los ciudadanos de que, si rechazan el Tratado, los efectos van a ser devastadores para Europa y se van a convertir en las «ovejas negras». Sin embargo, si los ciudadanos irlandeses reciben el mensaje de solidaridad procedente de toda la Unión, podrán resistir al chantaje que quiere hacerlos creer que el «NO» va a ir contra sus propios intereses y en contra de los intereses de los pueblos europeos.
Decimos SÍ a Europa pero exigimos un nuevo comienzo. Apostamos por una Europa pacífica, social, ecológica, y democrática.
Decimos NO a la militarización de la EU, a su orientación neoliberal fundamental y a la degradación de los derechos democráticos y sociales.
Una Unión Europea que trabaja en interés de los pueblos sólo es posible si todos los ciudadanos de la UE pueden pronunciarse libremente sobre un Tratado que es el fundamento de nuestro futuro común.