‘En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida’ Federico García Lorca ‘El periodismo es libre o es una farsa’ Rodolfo Walsh Honduras es el país más violento de América Latina y su capital, Tegucigalpa, una de las más violentas del planeta. Desde el golpe de Estado en […]
‘En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida’
Federico García Lorca
‘El periodismo es libre o es una farsa’
Rodolfo Walsh
Honduras es el país más violento de América Latina y su capital, Tegucigalpa, una de las más violentas del planeta. Desde el golpe de Estado en contra del Presidente constitucional José Manuel Zelaya, el 28 de junio de 2009, las cifras del crimen y el horror han recrudecido. Según la Organización Mundial de la Salud, diariamente son asesinadas alrededor de 20 personas.
En la actualidad y desde su investidura, el 27 de enero de 2014, el miembro del derechista y pro-norteamericano Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, es el primer mandatario de Honduras. Sin embargo, el principal partido opositor, Libertad y Refundación, Libre, junto al Partido Anticorrupción, señalan que las elecciones que llevaron a Hernández al Ejecutivo fueron un fraude y, en consecuencia, Honduras padece una dictadura «de nuevo tipo», profundamente autoritarista en lo político y ultraliberal y antipopular en lo económico.
Dos millones de personas de un país de 8 millones y medio de habitantes han sido expulsados por la violencia y la miseria del narco-Estado hondureño (de acuerdo al Fondo Social de la Deuda Externa, el narcotráfico explica el 30% del PIB del país). 35 mil niñas y niños han sido arrojados a la red de trata y la prostitución infantil en su intento por huir del espanto. El 80% de la población sobrevive bajo el umbral de la pobreza, mientras que apenas un puñado de familias oligarcas es propietaria de todo el territorio. Como si fuera poco, a 86 kilómetros de Tegucigalpa se encuentra el enclave militar norteamericano Palmerola, la más poderosa plataforma bélica de los intereses de los Estados Unidos para la subordinación del país y de toda la región. Tanto el armamento, como los cientos de militares altamente especializados que se encuentran en Palmerola, representan la crema y nata de la industria de la muerte y el sometimiento del Estado norteamericano para la castigada soberanía de Centroamérica y los pueblos de la Península de Yucatán.
‘A vos, hijo de puta, te vamos a cortar la lengua’
Uno de los grandes derechos sacrificados por la pesadilla hondureña es la Libertad de Expresión, de Opinión y de Prensa. Hasta hoy, son 60 los periodistas y comunicadores asesinados.
A comienzos de octubre, el periodista profesional hondureño y corresponsal de agencias internacionales, Ricardo Ellner (32 años), publicó el artículo ‘Honduras: Expresión de Libertad en la dictadura’ ( http://www.rebelion.org/
En contacto directo, Ricardo narró la relación de los acontecimientos: «El martes 20 de octubre de 2015, entre las 15:00 y 15:30 horas de la tarde, partí en mi coche a tomarme un café para seguir trabajando en un informe en el computador y entonces me llevé una sorpresa. Estacioné en un pequeño centro comercial en el boulevard Suyapa, en frente de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, a 10 minutos de la Casa Presidencial del país. Cuando bajé del automóvil, dos motociclistas de ruidoso motor se detuvieron abruptamente junto a mí. Ambos iban igualmente vestidos con jean, camiseta y jamás se sacaron los cascos. Uno de ellos era de piel trigueña y ojos oscuros. El primero me dijo ‘Eh, vos, hijo de puta, vos hablás mucho’. Y el segundo continuó el mensaje con un ‘Sí, a vos, hijo de puta, te vamos a cortar la lengua’. Inmediatamente después arrancaron en sus motos. Luego del impacto inicial me reuní con el director de TeleSur para Centroamérica en su versión en inglés, mi amigo Gerardo Torres, que se encontraba en la zona. En el camino me fui pensando en mi amigo y colega Erick Martínez, estrangulado y asesinado en la periferia de Tegucigalpa. Al día siguiente, el 21 de octubre, puse la denuncia del hecho en el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, una institución estatal. Mi número de expediente allí es el 08-01-2015-10-21-88.»
A raíz de lo ocurrido y debido al ominoso contexto que lo enmarca, comunicadores sociales y periodista de Chile y Argentina, en principio, hemos iniciado la Campaña Urgente por la Libertad de Expresión en Honduras y por la vida de las y los Comunicadores Hondureños. Solicitamos la adhesión de organismos de Derechos Humanos del más amplio espectro; Colegios, Gremios y Sindicatos de Comunicadores Sociales, Periodistas y Trabajadores/as de todo el mundo; de organizaciones campesinas y de pueblos originarios; de medios de comunicación de cualquier formato y cuyo objetivo sea el mejoramiento de la condición humana; de personalidades y personas amantes de la justicia, la paz y la libertad; y de todas aquellas agrupaciones sociales, políticas y económicas, como de las mujeres y hombres que bregan por el establecimiento de los Derechos Fundamentales acuñados en la Carta Internacional de Derechos Humanos en todos los pueblos y sociedades del globo.
Ricardo Ellner afirma que ‘Las y los comunicadores en los pueblos de Honduras, como en todos los pueblos del mundo, quienes creemos en la libertad de expresión, que luchamos por liberarnos de la opresión que hemos vivido por años, somos realmente quienes construimos o reconstruimos la historia que la hegemonía ha borrado a través de brutalidad, genocidios, dictaduras, sangre, terror. Pero somos nosotros los ojos de aquellos que todavía no han podido ver. Así es como nos movemos en Honduras’.
Con Ricardo y tantas y tantos más decimos: ¡Libertad de Expresión en Honduras Ya! ¡Basta de crímenes y persecuciones contra los comunicadores y periodistas del país de Morazán! ¡Fin ahora a la barbarie narco-estatal, a la impunidad, al horror asesino en Honduras!
Adhesiones: Libre Expresión Honduras libreexpresionenhondurasya@
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.