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A propósito del 150 aniversario de la Unidad de Italia

¿Hoy es tu cumpleaños?

Fuentes: Rebelión

Hoy Italia celebra su 150 aniversario: hay actos conmemorativos en todas las ciudades. Fuegos artificiales, conciertos, exposiciones. Y polémica, que no podía faltar. Ayer llovió a mares en Roma, lo que deslució todos los preparativos. Con el clásico sentido del humor ácido, una romana decía ayer: «Nos han gafado la fiesta los padanos». En Italia […]

Hoy Italia celebra su 150 aniversario: hay actos conmemorativos en todas las ciudades. Fuegos artificiales, conciertos, exposiciones. Y polémica, que no podía faltar. Ayer llovió a mares en Roma, lo que deslució todos los preparativos. Con el clásico sentido del humor ácido, una romana decía ayer: «Nos han gafado la fiesta los padanos». En Italia conviven hoy dos nacionalismos: el de la Liga Norte, de discurso xenófobo y praxis política berlusconiana, varios de cuyos miembros se han negado a escuchar el himno nacional en las celebraciones de estos días; y el nacionalismo italiano del tricolor, que hasta hace poco era casi patrimonio exclusivo de la extrema derecha, y que, a raíz del antagonismo de la Liga Norte y su Padania, gana terreno y se expande hacia el centro y la izquierda promovido por los dos últimos Presidentes de la República (Ciampi y Napolitano) que pretenden solidificar el patriotismo nacional realzando el valor de símbolos de la Unidad cuales son el himno de Mameli y la susodicha bandera tricolor.

En 1860 lo que hoy es Italia eran ocho Estados. Italia es un país joven con escaso sentimiento patriótico. Dice el historiador Gian Enrico Rusconi:

[Los europeos] No logran comprender por qué declaramos que «no nos sentimos italianos». Para ellos, la «italianidad» de toda la península es tan evidente, a pesar de los regionalismos, que no se dan cuenta de que no se está poniendo en tela de juicio las costumbres, las tradiciones, la cocina, y la (pseudo)religiosidad de los italianos, sino la falta de sentimiento de pertenencia colectiva a un Estado.

Desgraciadamente, algunos europeos consideran esta falta como un pecado venial y por consiguiente, no comprenden hasta qué punto el federalismo tan satirizado de la Liga Norte está cargado de resentimiento anti-nacional. Para un alemán, que se ha beneficiado de decenios de federalismo eficaz y bien engrasado, es inconcebible que el federalismo sostenido por la Liga Norte esté cargado de motivaciones anti-nacionales. Pero en Italia es así.

Más allá del nacionalismo, este joven país, unido después de una revolución gloriosa que tuvo entre otros protagonistas a Garibaldi, Pisacane y Cattaneo, no consigue ser del todo grande porque aunque aparenta ser un país -ya complicadísimo de gobernar debido a su posición geoestratégica-, contiene otros dos: Mafia y Vaticano. La Asociación antimafia Da Sud ha aprovechado el aniversario para lanzar un mensaje provocador: «Las mafias son un elemento estructural de este país, de Norte a Sur. Nadie puede sentirse excluido, nadie puede pensar que está libre de responsabilidad. Fingir que no hay mafias no resuelve el problema.» Por eso han intentado crear tensión creativa en la red, ciudades y locales para despertar un debate sobre el hecho de que la mafia es la primera empresa de Italia. Su eslogan es seco y duro: «Las mafias nos unen». En efecto, el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, afirmaba el otro día que «en Lombardía la infiltración mafiosa avanza tal y como recientemente ha señalado la Dirección Nacional Antimafia».

La segunda cuestión es el Vaticano. En el mensaje enviado por Benedicto XVI al Presidente de la República Italiana en ocasión del 150º aniversario, el Papa recuerda la importancia que ha tenido el cristianismo desde la Edad Media en la construcción de un desarrollo identitario nacional. El Presidente del Consejo de Ministros, Silvio Berlusconi, ayer repitió casi exactamente el razonamiento de Benedicto XVI. Pero quien conoce la historia, se asombra de cómo se está falsificando. Vera Pegna en Il Manifesto recordaba ayer que el 17 de marzo de 1861, cuando se proclamó el Reino de Italia, había dos Estados que aún no formaban parte de él: Venecia y Roma. La liberación de Venecia tuvo lugar en 1866; la de Roma el 20 de setiembre de 1870, cuando las tropas garibaldinas abrieron la brecha de Porta Pia y acabaron con el Estado Pontificio, inaugurando una nueva era de libertad de pensamiento, conciencia y religión. Ya había, pues, una fecha para festejar la Unidad de Italia, pero con el tiempo el Vaticano ha conseguido difuminar la verdad histórica, hasta el punto de que en la conmemoración del último 20 de setiembre el orador oficial fue el Secretario de Estado Vaticano, Tarcisio Bertone, y después de él, la única asociación que tomó la palabra fue Militia Christi, un grupo de católicos integristas antiabortista y homófobo.

Hoy es un buen día para recordar. En una carta enviada en 1868 a un amigo suyo dice Garibaldi: «Italia nunca será libre y próspera con los curas». Cabe añadir: ni con las mafias.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.