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Perú

Humberto Tasayco Levano, «un comunicador socialista»

Fuentes: Rebelión

Yo duermo con un ojo cerrado pero con el otro bien abierto, porque contra el imperialismo, debemos ser implacables.    El día tres de abril fue asesinado en la ciudad de Chincha, el periodista revolucionario Humberto Tasayco Lévano. Comunicador social que puso siempre su pluma al servicio de los sectores populares. Lo recordamos desde las […]

Yo duermo con un ojo cerrado pero con el otro bien abierto, porque contra el imperialismo, debemos ser implacables. 

 

El día tres de abril fue asesinado en la ciudad de Chincha, el periodista revolucionario Humberto Tasayco Lévano. Comunicador social que puso siempre su pluma al servicio de los sectores populares. Lo recordamos desde las jornadas periodísticas del año 2006, cuando denunciábamos la relación del entonces candidato Alan García con la embajada norteamericana y el narcotráfico.

Por aquellos meses Humberto, había sido uno de los pilares de lucha en el campo de la comunicación antiimperialista. Como parte del movimiento patriótico, puso lo mejor de su persona para llevar adelante la candidatura de Ollanta Humala. Primero desde la Olla, experiencia en la que fue traicionado por parte del comando de campaña de Ollanta, los cuales impusieron en la dirección de la revista a un personaje afín a las tesis neoliberales. Esa deslealtad no lo amilanó y menos lo alejó, de lo que por ese entonces significaba la lucha contra el imperialismo norteamericano y su candidato. Por eso es que con mucho aplomo y optimismo fundó Barricada, revista desde la cual no sólo se apoyó la candidatura del «nacionalista» Humala, también desde sus páginas se debatió con los sicarios del periodismo peruano. Cuando el «Partido Nacionalista» y su dirección aceptó su derrota, sabiendo que había sido producto del fraude electoral, comenzó a hostigar a los socialistas que desde el interior de sus filas habían impulsado la campaña de su candidato y Barricada también sufrió ese acoso.

Humberto Tasayco Lévano era un hombre culto y de una gran experiencia política. Lo recuerdo no sólo por su pluma caústica y llena de sorna, también porque era un buen titulero. Como olvidar aquel titular que decía: Alan García tiene más propiedades que la uña de gato.

Cancelada la experiencia de Barricada, iniciamos con él, los hermanos Tacuri y Rolando Vaccari, la campaña municipal en el distrito de Pueblo Nuevo. Aquí el equipo formado en Barricada, se enfrentó en el campo de la propaganda política, a los del Apra, Acción Popular, el Partido Popular Cristiano y a las listas de la burguesía regional. El trabajo propagandístico se basó no en esconder la identidad política, como siempre suelen hacerlo las candidaturas de izquierda, más bien la campaña se desarrolló en base a canciones y lemas socialistas y estas combinadas con el humor y el comic, hicieron carne en el electorado. Logrando que la lista presidida por Lucio Juárez ganase las elecciones municipales, volteándole el partido al Apra.

Por aquellos lejanos días de noviembre del 2006, ya parte del equipo de Barricada tenía mucha claridad con respecto al verdadero rostro de Ollanta Humala. Veíamos claramente que él se encontraba muy alejado de las aspiraciones patrióticas del Pueblo Peruano y que más bien representaba la otra opción neoliberal. Humberto tenía toda aquella visión idílica que hizo que en el año 2000 formase el grupo de voluntarios que se plegó al levantamiento de Locumba.

Él, en momentos en que muchos de los grandes personajes de la «izquierda» peruana negociaban con Fujimori una serie de granjerías y auxilios legales, fue uno de los organizadores de ese gran foro de discución política contra la dictadura, llamado el Ágora Popular de la Plaza San Martín.

Lo recordamos como un proficuo fundador de revistas. Ya por aquellos días relatados, todo el equipo colaboró para que pudiera sacar la segunda época de Canta Claro. Desde sus páginas cada semana acusaba a la lumpen burguesía de Ica, denunciaba las tropelías contra el erario público que cometían los apristas. Desde su pequeño pero gigante semanario, daba a conocer la semiesclavitud ha la que son sumidos los hombres, mujeres y niños que laboran en las haciendas agroexportadoras iqueñas.

Canta Claro tenía como símbolo al gallo rojo. Cada página de este semanario hacia honor al ave de la lucha y la esperanza. Por eso es que desde los años setenta del siglo pasado, Humberto se había ganado el odio de los sectors de poder de la provincia de Ica. Los mismos que lo acusaron de terrorista e hicieron que lo encarcelen. Sin embargo, salió de prisión y con un premio en el campo de los derechos humanos.

Este corajudo socialista y hombre de letras en los últimos años se encontraba con la salud muy quebrantada. Una de sus grandes decepciones fue que el gobierno de Ollanta le volteó las espaldas. Este gobierno que tiene entre sus voceros a quienes pretenden indultar a Fujimori, por humanidad, nunca tuvo humanidad para con Humberto. Sabiendo que se encontraba muy enfermo y que necesitaba con urgencia un transplante de hígado en Cuba.

Se sabe que fue raptado y asesinado por un grupo de sicarios. Se sabe que la burguesía regional siempre lo odió. Entre ellos hay que buscar ha los que pagaron por su asesinato.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.