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Hungría dice no en referéndum a las reformas neoliberales que exige la UE

Fuentes: Gara

El 83% del electorado que votó en el referéndum del domingo rechazó las reformas económicas de corte neoliberal que la Unión Europea exige al Gobierno del socialdemócrata y primer ministro, Ferenc Gyurcsany. La participación superó esta vez el 50%, todo un récord de participación desde la desaparición del Bloque Oriental del que formó parte Hungría. […]

El 83% del electorado que votó en el referéndum del domingo rechazó las reformas económicas de corte neoliberal que la Unión Europea exige al Gobierno del socialdemócrata y primer ministro, Ferenc Gyurcsany.

La participación superó esta vez el 50%, todo un récord de participación desde la desaparición del Bloque Oriental del que formó parte Hungría.

Conforme al resultado del referéndum, el Gobierno debería presentar al Parlamento las oportunas modificaciones de la legislación para abolir el sistema de cotizaciones individuales de 300 florines (1,209 euros) por visita médica y jornada de hospitalización a partir de abril. Asimismo, debería quedar sin efecto el plan de cobrar 400 euros de tasas de inscripción universitaria previsto para el próximo curso.

Pese a su sonora derrota, los analistas no prevén crisis alguna en torno a la figura del primer ministro, embarcado desde hace meses en una salvaje política de privatización de las empresas estatales.

Todo ello, pese a que la oposición de derechas (Fidesz) liderada por Viktor Orban defendió el «no» en el referéndum.

El analista Zoltan Somogyi explica este resultado asegurando que, en toda Europa, los húngaros son los «más críticos del capitalismo y de la libre empresa (sic)» y añade que «es por ello que su relación con el Estado es paternalista».

«Ello explica el éxito de la política de Orban, quien repite desde hace años que la izquierda y la derecha dejaron de existir y que su política es nacional y que trabaja por el bien de todo el pueblo».

El diario de mayor tirada, «Népszabadság» (centro-izquierda) criticó con dureza al Tribunal Constitucional por autorizar el referéndum. «Semejante referéndum -que pregunta a los ciudadanos si quieren pagar o no- sólo tiene un resultado. Si es posible jugar un partido con el resultado predeterminado, el juego se acaba y la República no es un juego», concluye.