Las elecciones europeas han supuesto una nueva y estrepitosa derrota para el PS y un triunfo inesperado para los ecologistas. Pero la recomposición política que anuncian estos resultados sigue siendo incierta. ¿Surgirá en Francia una nueva oferta política o derivará la situación en un escenario a la italiana?
La relativa victoria de la UMP, la derrota del PS y el resultado de Europe Écologie en las elecciones europeas en el Estado francés han mostrado que la oposición a Sarkozy sigue en horas bajas y que hay que forjar alianzas y de construir y remodelar unos movimientos desfasados por la crisis.
El resultado de los ecologistas en las elecciones europeas ha soliviantado a los parti- dos tradicionales franceses. El 20% que han logrado ha obligado a la UMP del presidente Sarkozy y al PS a reaccionar. «Utilizaremos la misma cantidad de dinero que dedicamos a la energía nuclear para investigar tecnologías propias», anunció el inquilino del Elíseo, que por otro lado persiste en la nuclearización del país. La UMP ha sido la formación más votada, con un 27,87%. Una victoria relativa, porque el 59,39% de abstención significa que menos del 12% votó por el partido de Sarkozy, cuya popularidad sigue a la baja.
Pero es, sobre todo, la oposición la que está en horas bajas. El PS, con un 16,48% de los votos, ha registrado su segundo peor resultado en unas europeas desde 1979. «Tenemos seis meses para darle la vuelta a la situación», advirtió su secretaria general, Martine Aubry, el martes, cuando anunció también la organización, antes de final de año, de «una gran convención sobre los nuevos desafíos social, económico y ecológico».
La lista Europe Écologie, construida en torno a los Verdes y liderada por el ecologista Daniel Cohn Bendit, figura de Mayo del 68, la juez anticorrupción Eva Joly y el altermundialista José Bové, logró el 16,28% de los sufragios. Con el 3,63% de la Alianza ecologista independiente, el ecologismo suma el 20%. La alta tasa de abstención impide considerar estos resultados como una fotografía fidedigna del electorado francés actual, pero es significativo que el PS se sitúe 10 puntos por detrás del partido en el poder y que una lista ecologista le pise los talones a 35.000 votos (sobre 18 millones de votantes).
¿Un PS incapaz de reformarse? En su discurso, tímidamente aplaudido por el Consejo Nacional, Aubry admitió el fracaso del domingo y la urgencia de una renovación, pero sin proponer el más mínimo viraje ideológico. Como en la mayor parte de los países europeos, la socialdemocracia gala atraviesa una profunda crisis. «En España -analiza Paul Alliès, secretario nacional adjunto, encargado de la renovación del PS- ser socialista significa todavía ser antifranquista y laico, contra una derecha que aún no lo es. Esta distinción identitaria permite una bipolarización, con dos partidos que suman el 80% de los votos. Esta separación no existe en Francia».
Los socialistas no tienen el monopolio de la oposición a la derecha conservadora y deben compartir ese espacio. «El PS ha perdido una parte de su electorado fiel», señala Jean-Daniel Lévy, analista del instituto de sondeos CSA. «Sigue siendo la fuerza central a la izquierda, pero debe hacer suyos los valores que defienden los que se han alejado de sus filas votando ecologista o más a la izquierda».
Aubry no ha incluido de manera significativa la dimensión medioambiental de la crisis actual en su discurso. De hecho, el ecologismo no ha formado nunca parte del acervo histórico del PS. «El ecologismo sin la izquierda seguirá siendo una bella idea fuera de la realidad», ha insistido. Una postura que casa poco con la posición de la mayoría de los votantes ecologistas.
Sin perspectivas claras. En las citas electorales, la debilidad del PS beneficia ora a los centristas, ora a la extrema izquierda o, como ahora, a los ecologistas, en la medida en que alguna de estas formaciones acierta con un programa claro y presenta candidaturas novedosas y creíbles. Con todo, ninguna tiene opción de convertirse en mayoritaria en solitario y cada una pone sus condiciones para forjar una alianza, lo que dificulta la recomposición del panorama político.
¿Cómo espera rentabilizar Europe Écologie sus resultados en las europeas? «Queremos construir un movimiento, imbricarlo en la sociedad y en la sociedad europea», explica el periodista Jean-Paul Besset, ex redactor jefe de «Le Monde» y electo el domingo. «Sólo pondremos una condición a las fuerzas que quieran sumarse: que sean ecologistas». No tomará forzosamente la forma de un partido a la vieja usanza. Una convención por la ecología política decidirá tras el verano los pasos a dar. «Nuestro movimiento se basará en el principio de autonomía política, con nuestra propia orientación. No tenemos aliados naturales», añade. Por contra, Eva Joly, electa por la misma lista, declaró que «nuestro posicionamiento a la izquierda es claro». Besset le rectifica: «No tenemos por qué definirnos de izquierda o de derecha; somos ecologistas». ¿Sobre- vivirá Europe Écologie a las negociaciones internas?
¿Hacia un escenario a la italiana? Por su parte, el Modem del centrista François Bayrou y el NPA de Olivier Besancenot, a los que las encuestas auguraban un 10% de intención de voto en campaña, han visto frenadas sus aspiraciones. El primero obtuvo un 8,45% y seis escaños. El segundo, un 4,8%, lo que le deja fuera de Estrasburgo. «Tenemos mucho trabajo», reconoce Jean-Luc Bennahmias, ex dirigente de los Verdes y hoy vicepresidente del Modem, reelegido el domingo. «La recomposición política en Francia está lejos de haber terminado. Es necesario un instrumento político nuevo, basado en más humanismo, más democracia y más ecología». ¿Aspira el Modem a crear una coalición arco-iris como en Bélgica, con socialistas y ecologistas? «Podría desembocar en eso», confirma.
El PS deberá elegir entre esta alianza o un pacto con ecologistas e izquierda antiliberal. «Rechazaremos todo acuerdo con el PS si incluye al Modem», previene Raquel Garrido, secretaria nacional del Partido de Izquierda, que con el Partido Comunista ha formado el Frente de Izquierda (6,1% de votos y 4 diputados). «Queremos comenzar a negociar con el NPA y los ecologistas de izquierda para intentar ampliar nuestro frente sobre la base del rechazo al liberalismo y el `no’ al Tratado de Lisboa», añade.
El NPA no ha logrado, esta vez, su objetivo de imponerse como primera fuerza a la izquierda del PS. La razón principal, la fuerte abstención entre la juventud y las clases populares. «La situación social no es buena, pero no hemos podido beneficiarnos porque las direcciones sindicales han logrado aflojar la tensión social con su estrategia de huelgas intermitentes, lo que desmoviliza a la gente», se queja François Sabado, dirigente del NPA, que no excluye acercarse al Frente de Izquierda si éste no opta por el bloque que el PS podría forjar con el Modem y los ecologistas.
Desde el centro a la extrema izquierda, es momento de construir o remodelar unos movimientos desfasados por la crisis social y ecológica. Pero su unión para batir a Sarkozy será difícil. ¿Desembocará Francia en una situación política a la italiana? «Es cierto que tenemos una derecha ofensiva y autoritaria que moviliza a su electorado, y una socialdemocracia en descomposición», señala Sabado. Para evitar este escenario, habrá que crear un movimiento con una oferta política renovadora, que supere las diferencias y esté liderada por personalidades dignas de confianza, como militantes sobre el terreno y figuras históricas de la protección del medio ambiente, que han sido la razón del éxito de Europe Écologie.
http://www.gara.net/paperezkoa/20090612/141800/es/Incierta-recomposicion-politica