El gobierno de Silvio Berlusconi declaró este viernes estado de emergencia nacional «ante la inmigración clandestina» que, considera, ha llegado a puntos excesivos. La medida, que estaba vigente en algunas regiones italianas desde hace varios años, fue minimizada por el ministro del Interior, Roberto Maroni, quien señaló que el estado de emergencia «ya era utilizado […]
El gobierno de Silvio Berlusconi declaró este viernes estado de emergencia nacional «ante la inmigración clandestina» que, considera, ha llegado a puntos excesivos.
La medida, que estaba vigente en algunas regiones italianas desde hace varios años, fue minimizada por el ministro del Interior, Roberto Maroni, quien señaló que el estado de emergencia «ya era utilizado en el pasado» y sólo es «la prórroga de una prórroga».
Responde, dijo, a la necesidad de combatir el fenómeno de la inmigración clandestina, «ya que en el primer semestre de 2008 se ha duplicado el número de llegadas con respecto al año anterior, con un total de 10.611 personas, frente a las 5.378 del mismo periodo de un año antes».
Esta declaración de urgencia permitirá en particular acelerar la construcción de nuevos centros de retención de los inmigrantes clandestinos, indicó el ministro de la defensa, Ignazio La Russa.
«Es una decisión abominable», estimó Giancarlo Bressa, vicepresidente del grupo parlamentario del Partido Democrático. «Este gobierno es incapaz de gobernar sobre los asuntos verdaderos y serios y busca meter miedo a la gente», estimó.
«Es un clima de estado policial», insistió Rosy Bindi, vicepresidente de la Cámara, mientras que el gobernador de la región de Apulia (sur), Nichi Vendola habló de «pedazo de fascismo».
Las medidas contra la inmigración tomadas por el gobierno de Berlusconi, desde su llegada al poder en mayo último, fueron criticadas por el Parlamento europeo.