Al final, todo acabó mejor de lo que parecía durante la larga y tensa noche electoral. Romano Prodi tenía ayer asegurada la mayoría en las dos cámaras del Parlamento, aunque el destino de su Gobierno quedará al filo de la navaja en el Senado. El resultado no fue la clara victoria prometida por los sondeos […]
Al final, todo acabó mejor de lo que parecía durante la larga y tensa noche electoral. Romano Prodi tenía ayer asegurada la mayoría en las dos cámaras del Parlamento, aunque el destino de su Gobierno quedará al filo de la navaja en el Senado. El resultado no fue la clara victoria prometida por los sondeos de opinión, y la derecha insistía ayer en un recuento.
Aun así supone un triunfo considerable para un hombre cuyos excelentes modales y razonada argumentación han quedado eclipsados durante la campaña por las estridentes y vulgares payasadas de su oponente, Silvio Berlusconi.
Es fácil infravalorar a Prodi. Le apodan la mortadela, porque, como el fiambre, es blandito y de Bolonia. Pero, mientras Il Professore no se lució como presidente de la Comisión Europea, en Italia ha conseguido un éxito total. En dos ocasiones se ha impuesto a Berlusconi, la primera en 1996.
El hecho de que el margen de la victoria de Prodi sea tan estrecho evidencia la efectividad de las tácticas populistas utilizadas por Berlusconi en la etapa final de la campaña. O bien su lenguaje ofensivo, o su victimismo, o su promesa de recortar impuestos, han funcionado.
El hecho de que el partido de Il Cavaliere, Forza Italia, continúe siendo el mayor de Italia debería ser suficiente para asegurar su supervivencia, al menos por el momento, como líder de la derecha.A los 69 años no tiene mucho tiempo para luchar por la vuelta al poder, pero tendría muchas oportunidades.
Si, como se espera, Prodi es designado para formar el próximo Gobierno, tener una estrecha mayoría en la Cámara Alta no será su único dolor de cabeza. Por una parte, el programa de la Unión compromete a Prodi a llevar a cabo «reformas radicales» dirigidas a mejorar su desfallecida competitividad. Por otro lado, el resultado de las elecciones muestra que los partidos de la izquierda que consiguieron mejores resultados son quienes menos defienden las «reformas radicales».
Refundación Comunista, que encabeza Bertinotti, quiere echar por tierra una ley que facilita la contratación de corta duración.Bertinotti tendrá que enfrentarse para conseguirlo al ala derecha de la Unión.
En su última película, El caimán, Nanni Moretti compara a Berlusconi con el mortífero reptil. Si el centroizquierda sucumbe a las luchas, no pasará mucho tiempo sin que el millonario ex mandatario italiano intente asestar el golpe mortal. Esto podría proporcionar a los ganadores de estos comicios el incentivo que necesitan para golpear juntos. El instinto de supervivencia une mucho.
John Hooper escribe para el diario The Guardian desde Roma.