A Eduardo Ruiz Sáenz, conocido como Trvko, un obrero del arte urbano (de 32 años) y cariñoso padre de familia, lo mató una bala policial neoliberal cuando la protesta ya había acabado (cerca de las 12:00 am).
Trvko era uno de los nuevos y destacados raperos de una Generación de combate (influenciado por el Hip Hop organizado), por justicia social y que tenía sueños (como miles de jóvenes de los barrios pobres de Lima), como el de ayudar a su familia a tener una vida digna y sacar su propio disco (con su hermano Favio), con el fin de dar voz a los jóvenes de los barrios coneros de Lima.
Es así como brillan canciones como “…hay mucha gente que se muere en el presente por el dinero y también por los presidentes, por los decretos y las balas que protegen…las transnacionales matan por sus intereses…madres indigentes pernoctan en la calle, mientras en Palacio están planeando otro atentado…cuidado con el terrorismo de Estado…”, (Terrorismo de Estado, Amachaq Pacha, 19/02/2016; https://www.youtube.com/watch?si=rZeBsPpVDVmYSRH_&v=vkE2jBUou_I&feature=youtu.be), imprimiéndole un fuerte carácter antiestado y de clase en sus rimas.
Y es que Trvko, a pesar de haber crecido en una familia conservadora (su abuelo, tíos y padres fueron policías), sacó conclusiones revolucionarias. Es que los barrios pobres de Lima se caracterizan por la falta de oportunidades laborales-educativas donde las mafias del narcotráfico se desenvuelven con la complicidad de la PNP (Corrupción y drogas en Perú; Infobae, 18/07/25). Ahora, la Élite desenvuelve una campaña de narrativa contra el legado de Trvko y el movimiento de Hip Hop. Pero amigos en común que lo conocieron como Pedro Mo o Pablo Cholán, destacan que Trvko fue un joven activista con valores como el de la solidaridad, la fraternidad y el servicio a la comunidad.
Por este motivo, los mismos “polisicarios” que terruquean y disparan… ahora dicen que él tuvo la culpa y en un espíritu de cuerpo escandaloso declaran héroe a su presunto asesino: Magallanes. Mientras, el Congreso calla, Rospulgoso ataca, y los medios distraen. Hablan de libre mercado, pero en la práctica, el Estado, es incapaz siquiera de garantizar la libertad de vivir de las familias trabajadoras jóvenes para movilizarse a su centro de laburo y ser explotados con salarios de hambre sin que les caiga un balazo en el cuerpo (según el SINADEF van más de 5,000 trabajadores asesinados en Lima en estos tres últimos años de dictadura cívico militar).
Encima, lo llaman “terruco” y ahora vuelven a decretan un Estado de Emergencia que ya fracasó antes porque el verdadero fin es acallar la manifestación popular, como si protestar fuera un crimen.
Pero nuestro país vio la verdad: a Trvko lo asesinaron, y quieren convertirlo en el chivo expiatorio de una policía podrida y un Estado sin vergüenza.
El Perú no olvida. ¡Justicia para Trvko ya!
César Zelada. Director de la revista La Abeja obrera. Escritor y colaborador en varios medios de prensa popular.
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