Han transcurrido ya dos semanas desde mi último post. Y creo que ha llegado el momento de ofrecer unos apuntes sobre los resultados electorales de las pasadas elecciones locales y comarcales en Lituania. Lo hago hoy, viernes 11 de marzo (Kovo 11-osios en lituano), fiesta nacional de este país en el que vivo desde hace […]
Han transcurrido ya dos semanas desde mi último post. Y creo que ha llegado el momento de ofrecer unos apuntes sobre los resultados electorales de las pasadas elecciones locales y comarcales en Lituania. Lo hago hoy, viernes 11 de marzo (Kovo 11-osios en lituano), fiesta nacional de este país en el que vivo desde hace ya casi cuatro años. Hoy se celebra el día del restablecimiento del Estado de Lituania. El día de la (segunda) independencia. Esta vez no me he chupado los programas «patrióticos» emitidos por los canales de televisión nacionales pues afortunadamente he pasado la jornada festiva en muy buena compañía. Y la verdad es que he prestado poca atención a las sesudas deliberaciones del Soviet Supremo de la Lietuvos TSR, la República Socialista Soviética de Lituania. Que un día como hoy de hace veinte años, y bajo la presidencia del «profesor» y «poeta» Vytautas Landsbergis, decidía por 124 votos a favor y seis abstenciones, convertir a Lituania en la primera república soviética en caer en las garras del Imperio del Bien. A través del acta de reestablecimiento de la independencia del Estado de Lituania, la élite de este pequeño país daba una estocada de muerte al gigante soviético que estaba inmerso, desde los años setenta, en una profunda crisis moral, económica y política. Y con esa decisión, entregaba el país a la rapiña y el saqueo de las multinacionales occidentales. Esa élite, por supuesto, supo garantizar su propia supervivencia en el nuevo régimen «democrático» que ellos mismos creaban. Muchos de los tipos que estaban presentes en ese acto de autoinmolación del Soviet Supremo de la Lietuvos TSR siguen ocupando puestos de relevancia en este país. El mismo Lansdbergis, por ejemplo, se dedica a vivir del cuento y a calentar sillón en el Parlamento Europeo. Su partido, la Unión Patriótica-Cristiano Demócratas de Lituania ( TS-LKD de sus siglas en lituano), milita en las mismas filas que el Partido Popular español. Supongo que a Lansbergis y a los miembros de su partido la independencia de Catalunya o Euzkadi les importará un soberano pimiento.
Desde mi punto de vista, la disolución de la URSS y el cambio de régimen en los países que se encontraban bajo su esfera de influencia no pueden entenderse sin el papel de las élites políticas y económicas que habían surgido en el mismo seno de los estados burocráticos de economía centralizada. Y que se autodefinían como estados «obreros», «democracias populares» o estados «socialistas». Trotsky los denominaba estados socialistas «deformados». Sistemas que, en todo caso, a finales de los setenta entraron en un proceso de estancamiento económico. Esos sistemas, fuertemente autoritarios, no satisfacían plenamente las necesidades de las capas populares. Pero sobre todo no satisfacían las aspiraciones de sus élites. Los sistemas socialistas constituían para sus propias élites un corsé que restringía sus ambiciones como casta social dominante. Esas élites, que ocupaban puestos de mando en las jerarquías de la administración, del ejército y de las empresas públicas de los estados socialistas, envidiaban a sus colegas occidentales. Querían ser como ellos. Querían poder acumular propiedades sin los límites que les imponía el marco jurídico socialista. Sus colegas occidentales además llevaban una vida regalada. Y gozaban de una mayor libertad de movimientos. Y de una mayor variedad de productos de consumo. La élites de los países socialistas querían también disfrutar de esa vida «burguesa» que habían visto en los países capitalistas. Y les resultaba insufrible que ellos, la élite, tuvieran que vestir con la misma ropa cutre que el resto de ciudadanos. La aburrida ropa socialista fabricada en las factorías propiedad del Estado. Y conducir los rudimentarios automóviles producidos en las usinas socialistas. Un antiguo profesor chino que tuve en Barcelona, cuando estudiaba un máster en comercio internacional, nos contó una vez que China abrazó el capitalismo cuando Den Ziao Ping, en su primera visita a los Estados Unidos, tuvo la ocasión de ver un retrete occidental. Parece ser que quedó fascinado por el invento. A Mao Ze Dong, en cambio, siempre le gustó cagar como lo hacían los campesinos en China. Haciendo un agujero en el suelo y tapando la mierda con tierra. La historia de Mao Ze Dong ya la había oído en otro lugar. Lo de Den Ziao Ping no sé si será verdad. Pero creo que esta pequeña anécdota nos puede servir para explicar también lo que ocurrió en la URSS y en los países de su órbita. Y para entender por qué en muchos de esos países (Checoslovaquia, Bulgaria, etc..) no hubo ni un muerto en el proceso de cambio de régimen. Apenas hubo resistencia desde el poder. Simplemente porque quienes lo detentaban estaban implicados, desde hacía tiempo, en el desmantelamiento del sistema de economía planificada. Un sistema que no respondía a sus aspiraciones de casta social dominante. Y que en los años 70, con el estancamiento económico experimentado en el bloque del Este, también dejó de contar con el soporte de los trabajadores y las clases populares. La desafección de «las masas» era ya evidente en la Polonia del General Jaruzelski . A la casta social dominante, surgida en el seno de unos Partidos Comunistas esclereotizados y carentes de democracia interna, le resultó relativamente sencillo desmantelar todo el sistema. Luego muchos de esos trabajadores que coreaban eslóganes en favor de la «democracia» y la «independencia» en las calles de Varsovia, Praga, Budapest, Vilnius, Riga o Sofía acabarían pagando un precio muy alto. Pues sin duda ellos, los trabajadores y las clases populares, no resultaron beneficiados del proceso de privatización salvaje de las empresas públicas. Ni del desmantelamiento del generoso sistema de bienestar socialista que les garantizaba un mínimo existencial (educación, alojamiento, sanidad, trabajo) que desde luego no les garantiza el «libre mercado». Ni sus hijos resultaron beneficiados de la degradación del sistema educativo. Ni hay más libertad de pensamiento en estos países donde existen normas represivas que imponen el pensamiento único (en Lituania, por ejemplo, te pueden caer varios años en la trena por promover la homosexualidad, o por negar la teoría del «doble genocidio», o por cuestionar la versión oficial sobre los hechos de la torre de Televisión de Vilnius,…). Y desde luego no son más libres ahora, cuando han sido anexionados al Imperio del Bien, que cuando formaban parte del Imperio del Mal. Muchos de estos países, además, han pasado de ser territorios «ocupados» a convertirse en países ocupantes de otras naciones (Iraq, Afganistán,…). Y son los perros más dóciles con los que cuentan la OTAN y ese aglomerado de organizaciones criminales y siniestras (CIA, M16,…) que nos defienden a todos nosotros contra el terrorismo internacional y contra los dictadores malos malísimos.
Los resultados electorales en la portada del diario Lietuvos Zinios. |
En fin, ya me referí a esta jornada festiva en mi carta de 13 de marzo del año pasado. Y a ella me remito para completar el panorama de lo que, al menos desde mi punto de vista, representa realmente el Kovo 11-osios. Un auténtico terremoto político que provocó un tsunami en todo el Este de Europa. Y perdóneseme el juego de palabras un tanto facilón. En un día luctuoso como hoy cuando el norte del muy tecnológico Japón ha sido arrasado por las fuerzas telúricas de la madre Naturaleza.
Sobre los resultados de las elecciones locales y comarcales del pasado febrero 27 de febrero me remito a la página oficial de la Comisión Electoral Central de la República de Lituania (en lituano, Lietuvos Respublikos vyriausioji rinkimų komisija) que pueden consultarse aquí. Información en inglés sobre los resultados de las elecciones puede encontrarse en los portales de «LIT News» y «The Baltic Course». En primer lugar, es de destacar la baja participación en los comicios. El día de las elecciones la mayoría de lituanos optaron por quedarse en casa. Y pasaron olímpicamente de participar en la «fiesta democrática». De acuerdo con los datos de la comisión electoral central, de los 2.637.733 ciudadanos con derecho a voto sólo acudieron a las urnas 1.162.615 electores, un 44.08% de los convocados. En la ciudad de Kaunas la participación fue incluso menor que en el resto del país. Y se situó en un 40%. De hecho, como se trataba de unas elecciones locales, también los ciudadanos de la Unión Europea tenían derecho a participar en estos comicios. Y tengo algún conocido mío, de nacionalidad portuguesa, que sí fue a votar en estas elecciones. Pero lo hizo más para «hacer el notas» que por otra cosa. Supongo que cuando uno vive fuera de su propio país quiere, de alguna manera, sentirse integrado en la sociedad que lo acoge. Y el voto es una forma de expresar esta necesidad de integración que tiene el foráneo. Por otro lado, mientras se vota, uno puede hacer «conectes con las viejas» (1) . Y conociendo a mi coleguilla, seguro que hizo más de un «conecte» durante la pasada jornada electoral. Seguro que sí.
Del resultado de las elecciones locales podemos sacar una serie de conclusiones. En primer lugar destaca la derrota del partido de gobierno, el TS-LKD, que ha perdido soporte electoral en todo el país. Y se sitúa en el segundo puesto, con 249 ediles, tras el Partido Socialdemócrata Lituano, el LSDP, que obtuvo 328 representantes electos. Este resultado, con ser malo, no resulta completamente catastrófico para el partido del Primer Ministro Kubilius. Pues las encuestas predecían un descalabro total de su formación política y la ubicaban en el cuarto puesto. Por lo que he podido leer y ver en televisión, el mismo Kubilius se daba por satisfecho con los resultados. En segundo lugar, cabe destacar que las grandes ciudades (Vilnius, Kaunas y Klaipeda) no estarán gobernadas por ninguno de los dos partidos «grandes». En el municipio de Vilnius salió vencedor el muy personalista proyecto político estructurado entorno a la figura del antiguo alcalde de Vilnius, el corresponsal de guerra, empresario y bloguero dicharachero Artūras Zuokas . Se trata de un político sui generis que ya fuera alcalde de Vilnius entre los años 2000 y 2007. El alcalde más joven que jamás haya tenido la capital de Lituania. Su coalición «Arturo Zuoko ir Vilnius Koalicija» ha obtenido 12 de los 51 representantes con los que cuenta el consejo municipal de Vilnius. Se trata de un político que ha sido acusado y condenado por corrupción en numerosas ocasiones. Su blog lo abre con dos frases lapidarias (2) y que parecen querer demostrar que está arrepentido de sus pecadillos. Y que en el fondo es un buen chico. Casi un incomprendido rebelde sesentayochista. Su candidatura obtuvo incluso el apoyo nada menos que del sexy actor británico Jeremy Irons (ver el vídeo incluído al final de este post). El actor que protagonizara una tórrida versión cinematográfica de la «Lolita» de Nabokov. El proyecto personalista de Zuokas ha quedado por delante de la alianza electoral ruso-polaca del «Bloque Valdemaras Tomasevski», que quedó en segundo lugar y obtuvo 11 ediles. La alianza ruso-polaca de Tomasevski se alzó con la victoria en la comarca de Vilnius. Obteniendo 19 de los 27 representantes regionales. Y más del 67% de las papeletas. Tambien se alzó con la victoria en la comarca de Šalčininkai , en el sudeste del país. Regiones ambas fronterizas con Bielorusia. La alianza está liderada por el europarlamentario lituano de origen polaco Waldemar Tomaszewski. Un político que ha sabido reunir el voto del descontento de la minoría polaca y rusa en Vilnius y en el sudeste del país. Resulta fascinante que en la capital del país la segunda lista electoral más votada sea una coalición que une el descontento de los polacos y de los rusos. Probablemente Lituania es el único país en el mundo donde rusos y polacos han llegado a una cordial entente. Es como si en España la comunidad de Madrid fuera a ser gobernada por una coalición electoral que representase los intereses de los franceses y los portugueses. Esto nos conduce a una tercera conclusión que podríamos obtener mirando el mapa electoral resultante de las pasadas elecciones locales y regionales. Lituania, en gran medida, no es un país unitario. Con una sola lengua, una sola cultura, un solo pueblo y una sola mitología nacionales. Lituania, la que aparece en la constitución del país, y la que se publicita en los medios de comunicación, sólo existe tal vez en Kaunas y en el centro del país. Pero esa Lituania oficial se va diluyendo en algún lugar cercano a la costa. Y sin duda no existe en las regiones fronterizas con Bielorusia o Polonia. Regiones con una población que mayoritariamente no se siente parte de esa Lituania oficial inventada por el nacionalismo lituano. Una población que habla ruso o polaco y que se ha sentido marginada y maltratada en estos últimos 20 años de «democracia». Y que está hasta las narices del nacionalismo lituano exacerbado promovido desde el main stream político e intelectual del país. Hace unos meses saltó la polémica (ver aquí) en relación a la pretensión de la minoría polaca de poder utilizar en sus pasaportes caracteres que no existen en el alfabeto lituano, como la letra W. La respuesta desde el gobierno fue que dichos ciudadanos siempre podían optar por abrazar la nacionalidad polaca. Pero que de ninguna manera se les iba a permitir utilizar caracteres que no formaran parte del alfabeto de la lengua nacional del país. Ese tipo de actuaciones, desde mi punto de vista, han permitido que el Bloque de Valdemaras Tomasevski haya resultado vencedor en la región suroriental del país. Y que se haya colocado en segunda posición nada menos que en la sacro-santa capital de Lituania. Fundada por el Gran Duque Gediminas. Otras formaciones que representan los intereses de la minoría rusa y polaca también obtuvieron hasta seis ediles en la ciudad de Klaipeda (la Unión de los Rusos de Lituania, o Lietuvos Rusu Sajunga, obtuvo 3 ediles y la Alianza Rusa, o Rusu Aljansas obtuvo otros tres) y también entraron en el Ayuntamiento de Visaginas, fronterizo con Letonia ( la Unión de los Rusos de Lituania obtuvo aquí 2 ediles y una pequeña formación polaca, la Lietuvos lenku rinkimu akcija, o acción electoral de los polacos de Lituania, obtuvo un representante en el consejo municipal de esta población fronteriza).
En Kaunas se ha producido también un vuelco electoral debido a la irrupción en la escena política de un agrupación electoral denominada «Vieningas Kaunas». Se trata, de hecho, de un movimiento ciudadano que apareció en escena hace un año. Un movimiento formado por ciudadanos presuntamente independientes y liderados por el empresario Visvaldas Matijošaitis . Conocido como el «rey del cangrejo» . Propietario de la empresa conservera «Vici» y que se ha hecho rico procesando y distribuyendo palitos de cangrejo en tota la región del Báltico. Un empresario que, como muchos otros, ha saltado a la arena política. Y que, según dijo en una rueda de prensa, estaba cansado de no poder conducir con seguridad su magnífico Maserati debido al mal estado del pavimento de las calles y avenidas de Kaunas. Su coalición «Vieningas Kaunas» consiguió 5 ediles de los 41 con los que cuenta el consistorio. En Kaunas el antiguo alcalde, Andrius Kupcinskas, líder local de la TS-LKD (el partido del gobierno), se alzó con la victoria, obteniendo 12 ediles. El alcalde Kupcinskas, en la noche electoral, parecía eufórico por los resultados de su partido. Pues esperaba conseguir fácilmente apoyo suficiente de algunas de los otras formaciones que habían obtenido también representación en el consejo municipal. Sin embargo, la suerte ya estaba echada para el joven alcalde (ya ex-alcalde) Kupcinskas. Y una coalición de cinco partidos ha garantizado el apoyo a la investidura del líder de «Vieningas Kaunas», el empresario Matijosaitis, como Meras o Alcalde de Kaunas. En esa coalición anti-Kupcinskas, además de «Vieningas Kaunas», participa el archienemigo LSDP (Partido Socialdemócrata), que obtuvo 6 ediles. Y también se han adherido los partidos populistas «anti-Kubilius» Darbo Partija (Partido del Trabajo), que obtuvo 4 ediles, el partido Tvarka ir teisingumas (Orden y Justicia), que obtuvo 4, y los tres ediles liberales de la Unión Liberal y de Centro ( Liberalų ir centro sąjunga ). Que también se encuentra en la oposición en el Saeimas o Parlamento lituano. Todos estos partidos estaban interesados en golpear a Kubilius en la misma Kaunas. Que siempre había sido una plaza fuerte de los conservadores. En total suman 22 votos. Y dejan a Kupcinskas y al partido de Kubilius en la oposición. Matijosaitis ya ha prometido el oro y el moro. Mientras que el «rebotado» Kupcinskas cree que la coalición colapsará a la primera de cambio. Ayer pude ver en el centro de Kaunas una pequeña manifestación en contra de la toma del poder de la «coalición del cangrejo». Que es el apelativo por el que empieza a ser conocida la coalición política que regirá los destinos de esta ciudad en los próximos cuatro años.
Por lo demás, debo destacar la entrada del Socialistinis liaudies frontas, el Frente Popular Socialista, en el Ayuntamiento de Jonava. Donde ha conseguido dos ediles. Jonava es una ciudad dormitorio que se encuentra a pocos kilómetros de Kaunas. Vendría a ser algo así como una ciudad del cinturón «rojo» de Barcelona. Con enormes bloques de apartamentos y una carencia total de servicios públicos. Tiene fama de peligrosa. Siempre tuve curiosidad por conocer esa población. Que se encuentra a tiro de piedra de Kaunas. Y ahora tengo un motivo adicional para hacerlo. Es el único ayuntamiento donde la formación socialista anti-capitalista de Algirdas Paleckis ha conseguido representación institucional. Y eso es, de alguna manera, un motivo de alegría para un tipo como yo que tiene el corazón y el cerebro en la izquierda. En la comarca de Klaipeda los autonomistas del Partido de Samogitia, o Žemaičių partija , se han hecho con tres de los 27 representantes que tiene el consejo comarcal. Se trata de una formación política nueva, fundada en el año 2008 y que es vista con enorme animadversión por los nacionalistas lituanos. Pues ese partido pretende nada menos que se reconozca su «dialecto», el Ž ematiu roda, como lengua de la región de Samogitia. Con el mismo estatus que la lengua lituana. Que es la única lengua oficial del país. Además quieren que se incluya en los pasaportes de los nacidos en la región una mención a su nacionalidad Samogitia. Todo ello resulta, evidentemente, inaceptable para el nacionalismo lituano. Por lo que tengo entendido el Ž ematiu roda vendría a ser algo así como el italiano para un ciudadano español. Se trata de una lengua distinta del lituano. Aunque el nacionalismo lituano se emperra en negar la existencia de una nación samogitia. Y de una lengua samogitia distinta del lituano. Los debates entorno a esta cuestión pueden rastrearse en la wikipedia. Y resultan del todo fascinantes. Tal vez algún día el pueblo de Samogitia también tenga su propio Kovo 11-osios. Lo que me parece claro es que el nacionalismo, cualquier nacionalismo, incluso el de las naciones oprimidas, produce sus propios monstruos. Y puede llegar a convertirse en opresor. El nacionalismo lituano, por ejemplo, tiene una oscura historia de colaboración con el régimen nazi en los negros años del período de enteguerras. Pero de ese tema me ocuparé en otro momento. Porque creo que esta carta está resultando ya demasiado extensa.
PS: El Partido Cristiano, por cierto, no obtuvo ni un sólo edil en Kaunas. A pesar de haber picado hielo (ver mi post anterior) la gente no picó. Y creo que nos les votó ni los empleados que contrataron para retirar el hielo de las calles. En todo el país esta pequeña formación de picadores de hielo obtuvo tan sólo 15 representantes. Les sugiero que en la próxima convocatoria electoral escojan otro tipo de estrategia. Algo más tradicional pero que siempre funciona. Que contraten una chicas guapas y les ponga unas minifaldas. Minifaldas verdes como el color del Partido Cristiano. Y que se pongan a repartir vodka. O queso. O trocitos de desra o embutido. Lo importante es que den algo que echar al buche del maltratado ciudadano lituano.
Historia de las fotografías: Subo en esta ocasión dos fotografías. La primera la tomé el 16 de febrero en uno de los bloques de apartamentos del barrio donde vivo. Cuando se celebraba la fiesta nacional por la (primera) independencia de la República de Lituania. El otro día mi (nueva) chica me dijo que en Lituania es obligatorio colgar la bandera en los días festivos nacionales. Por eso todos los edificios públicos o privados tienen unas abrazaderas donde colocar el mástil de las banderas. Quien no coloque la bandera puede ser sometido a una fuerte multa administrativa por parte de las autoridades. Al parecer hay inspectores que se dedican a vigilar por el cumplimiento de esta ridícula norma. Que obliga a todo propietario o comunidad de propietarios de un edificio a exhibir los colores patrios so pena de multa en caso de desobeciencia. La segunda fotografía se la tomé hace unos días a la portada del diario «Lietuvos Ž inios». En ella aparece un mapa Lituania que expresa el resultado de las pasadas elecciones locales a través de colores. El color rojo corresponde a aquellas comarcas donde el ha resultado ganador el Partido Socialdemócrata. El azul claro corresponde al partido conservador, la Unión Patriótica-Cristiano Demócratas de Lituania, del Primer Ministro Kubilius. En naranja aparecen las comarcas donde resultó vencedor el Bloque ruso-polaco.
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( 1) Esta expresión se la tomo prestada a un amigo mexicano que vive por aquí. Y que se refiere al supremo arte de obtener los números de teléfono y skypes de las chicas a las que apenas conoce uno. Un arte o habilidad que al parecer debe tener cualquier Don Juan contemporáneo que se precie de serlo.
(2) El blog del futuro alcalde de Vilnius, Arturas Zuokas, recoge dos frases que de alguna manera pretenden reflejar su filosofía de la vida y su arrepentimiento por los errores del pasado. La primera dice » Būk realistas- siek neįmanomo» («Sé realista pide lo imposible», una frase archiconocida de los progres del Mayo francés). La segunda dice «The man who makes no mistakes does not usually make anything». Y es una frase que se la atribuye al archidesconocido Obispo W. Magee. Esta última frase supongo que le sirve a Zuokas para justificar su turbio pasado de alcalde corrupto condenado por los tribunales de justicia.
Links interesantes:
Sitio web de Liberalų ir centro sąjunga, o Unión Liberal y de Centro: www.lics.lt
Sitio web del Partido de Samogitia: www.zemaciupartija.lt
Sitio web del Darbo Partija, o Partido del Trabajo: www.darbopartija.lt
Sitio web de «Lietuvos lenkų rinkimų akcija» (Acción Electoral de los Polacos en Lituania): www.awpl.lt
Blog de Artūras Zuokas: www.zuokas.lt
Blog de Waldemar Tomaszewski: www.vtomasevski.lt
Sitio web del Frente Popular Socialista, Socialistines liaudies frontas: www.fronte.lt
Fuente: http://cartasdesdeleste.blogspot.com/2011/03/kovo-11-osios-el-dia-del-tsunami.html