Recomiendo:
7

La arrogancia de Macron hace que Argelia se distancie y mejore sus relaciones con Rusia

Fuentes: Rebelión [Foto: Abdelmadjid Tebboune y Emmanuel Macron]

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

El sistema ruso de misiles balísticos de corto alcance Iskander-E hizo su primera aparición en Argelia antes del 70 aniversario de su Revolución (que se conmemoró el 1 de noviembre), en medio de una disputa entre Francia y Argelia sobre la cuestión del Sáhara Occidental, y mientras Argel y Moscú se plantean mejorar la cooperación militar.

Tras años de especulación, se ha confirmado ahora que Argelia recibió cuatro regimientos del sistema de misiles ruso Iskander-E, con lo que se convierte en el primer país árabe en incorporarlo a su arsenal. Este sistema aumenta considerablemente las capacidades misilísticas de Argelia, puesto que está diseñado para atacar con precisión objetivos como infraestructuras fundamentales, centros de mando y sistemas de defensa antiaérea, al tiempo que además es difícil de detectar o de interceptar.

Por su parte Marruecos, rival de Argelia, se hizo con el HIMARS estadounidense en 2023 y se convertirá en el primer Estado de África del Norte que lo recibe, lo que indica una carrera armamentística en curso en la zona.

En lo que es un importante cambio de rumbo político, Macron visitó Marruecos la semana pasada acompañado de una enorme delegación de más de 130 personas y se informó que se habían firmado “importantes contratos” por valor de “más de 10.000 millones de euros” relacionados con la energía e infraestructuras. Curiosamente, esa misma semana también fue una semana muy atareada para las relaciones entre Argelia y Rusia: entre otras cosas, Argelia acogió una delegación rusa para discutir acerca de cooperación energética. Mohamed Arkab, ministro argelino de Energía y Minas, se reunió con Vladislav Davankov, vicepresidente de la Duma Estatal rusa, y con una delegación rusa para hablar del fortalecimiento de la cooperación minero-energética entre ambos países. Se habló de fortalecer la colaboración entre la argelina Sonatrach y la rusa Gazprom, además de las posibilidades de asociación para la exploración y desarrollo de hidrocarburos.

Esa misma semana la Misión Económica Rusa en Argelia junto con la Cámara de Comercio e Industria argelina organizaron también un encuentro empresarial en Argelia para estudiar asociaciones estratégicas. Por otra parte, el 1 de noviembre el Jefe del Estado Mayor del Ejército argelino, el teniente general Said Chengriha, se reunió con el viceministro de Defensa ruso, el teniente general Alexander Fomin, para abordar cómo mejorar la seguridad y la cooperación militar entre ambos países.

Aunque, según el diario ruso Kommersant, Moscú comenzó a entregar los regimientos del mencionado sistema móvil de misiles en 2018, es interesante el momento elegido para anunciarlo y el hecho de que coincidiera con la visita de la delegación rusa y con los otros acontecimientos antes de mencionados. Demuestra, entre otras cosas, que Argelia esta dispuesta a diversificar sus socios. En este contexto, resulta bastante interesante el hecho de que Argelia haya sido admitida recientemente como miembro del Banco de Desarrollo de los BRICS. Argelia también pertenece al Movimiento de Países No Alineados.

En esta misma línea, el presidente argelino Tebboune también viajó a Egipto la semana pasada para reunirse con su homólogo Abdel Fattah al-Sisi, que anunció que varias empresas egipcias van a trabajar en proyectos de desarrollo urbano e infraestructuras en Argelia. Tebboune también visitó Omán y está considerando visitar Sudán y Libia.

Como escribí recientemente, las relaciones entre Francia y Argelia se están deteriorando y algunos observadores consideran que esta situación es un importante cambio de rumbo de la política exterior francesa respecto a África Occidental. Argelia empezó a negarse a acoger a los emigrantes argelinos deportados por las autoridades francesas e incluso los está embarcando en aviones para devolverlos a Francia, con lo que bloquea las deportaciones. No es la primera vez que Argelia responde utilizando la migración como elemento de presión.

Por otra parte, las autoridades argelinas han excluido sin dar explicaciones a las empresas francesas de una licitación de importación de trigo e incluso han exigido que las empresas que participen en ella no ofrezcan trigo proveniente de Francia. Según Reuters, al “marginar” a su antiguo colonizador, Argelia podría acabar “reforzando el reciente dominio de los suministros del Mar Negro, encabezados por el trigo ruso, en el enorme mercado de importación argelino”.

Hay que recordar el hecho de que Argelia es uno de los mayores importadores de trigo del mundo y durante muchos años Francia fue su principal proveedor (hoy lo es Rusia). Las personas entendidas en la materia afirman que esta decisión es una respuesta a la reciente política de París respecto al Sáhara Occidental, ya que se adoptó solo tres días después de que el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune condenara el reconocimiento por parte de Macron de las reivindicaciones de Marruecos. La política de memoria también desempeña un papel en este enfrentamiento, puesto que Tebboune acusa a Francia de haber cometido un genocidio durante los años de su dominio colonial. El país europeo también corre peligro de Argel le imponga sanciones por la exportación de gas.

En el centro de la disputa está la decisión que el entonces presidente estadounidense Donald Trump tomó en 2020 de reconocer las reivindicaciones de soberanía por parte de Marruecos sobre el Sáhara Occidental como un “quid pro quo” después de que Marruecos normalizara sus relaciones con Israel. Biden heredó esta controvertida política.

En su momento escribí que el problema de este territorio en disputa era una cuestión que dividía a la región y que cualquier aumento de la tensión podía incrementar las contradicciones anteriores tanto entre la región del Magreb y la Unión Africana sobre Israel, como dentro de la propia región del Magreb (también respecto a las relaciones con el Estado judío, entre otros problemas). Hoy en día es todavía más cierto.

La influencia de París en el continente africano está declinando a todas luces, como han dejado claro sus fracasos en Niger, Mali y Chad, y el cambio de rumbo de Macron es un paso audaz, por decirlo suavemente. Incluso parece que París tiene poco que ganar contribuyendo agresivamente a que Argelia se distancie, ya que es un potencial socio fundamental en términos de migración, recursos humanos y estabilidad regional en una zona fundamental.

Argelia es el segundo socio comercial de Rusia en el continente africano y también uno de los principales importadores de armamento ruso en todo el mundo. Al mismo tiempo, Argelia ha demostrado que es capaz de equilibrar pragmáticamente sus relaciones tanto con Moscú como con Europa, de manera que resulte beneficioso mutamente, tanto para los Estados europeos como para la propia Argelia, también en lo que se refiera a las cuestiones energéticas. Desde una perspectiva occidental, la agresiva postura de Francia respeto al complicado problema del Sáhara Occidental contribuye al distanciamiento de este socio tan importante.

Como escribí a principios de 2023, hace tiempo que Argelia aspira a convertirse en un suministrador clave de energía a Europa, aunque sus tensiones con Marruecos han atormentado a la región. Sea como fuere, en el caso de Europa nunca se ha materializado del todo el conseguir un sólido suministro de energía proveniente de los oleoductos de África del Norte: hasta ahora estos proyectos a menudo se han quedado enfangados en los conflictos políticos locales y el modo en que Occidente aborda proyecto energético africano sigue siendo extraordinariamente hipócrita.

El aumento de las tensiones entre Argelia y Marruecos también puede tener unas repercusiones problemáticas para Europa. De hecho, el cambio de rumbo de la política exterior de Macron al utilizar el reconocimiento de un territorio en disputa como una especie de quid pro quo ha empeorado aun más las tensiones locales, lo mismo que la decisión de Donald Trump respecto a ese mismo problema. Desde el punto de vista del Sur Global, las decisiones de ambos líderes no son sino una muestra de arrogancia occidental.

Uriel Araujo es doctor en Antropología e investigador especializado en conflictos étnicos e internacionales.

Texto original: http://infobrics.org/post/42665

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.