Traducido por Daniel Raventós para Sin Permiso
El derecho tiene una reserva de escritores en los que se puede confiar para la defensa e incluso para el baboseo de la élite de delincuentes de cuello blanco, pero el centro ha logrado producir gente ansiosa de defender mentiras. En esta columna se discute al editor de la BBC de negocios, Robert Preston. El título de su artículo hace hincapié en su opinión de que es excepcionalmente difícil saber si las mentiras de los bancos sobre el Libor eran deseables: «La verdad evasiva acerca de la mentira de Barclays.» Preston enmarca la cuestión de una manera que favorece la opinión que la mentira de Barclays fuera deseable.
«Aparte del análisis forense sobre quién dijo qué a quién, hay una pregunta muy simple en el centro del furor de la participación de Barclays en el escándalo de manipulación del LIBOR: ¿es aceptable mentir?»
La pregunta manipula la respuesta. Por supuesto, es aceptable mentir en algunas circunstancias. Si los nazis hubiesen invadido con éxito Inglaterra y hubieran exigido a los bancos identificar a sus clientes judíos hubiera sido un acto de coraje moral el mentir y falsificar documentos que supuestamente mostrasen que el banco se había negado siempre a hacer negocios con los judíos.
Preston deja en claro que la City de Londres está ampliamente abastecida de directivos de los bancos que piensan que los funcionarios del banco y (falsos) reguladores fueron nobles cuando mentían acerca del Libor.
«Da la casualidad que una serie de figuras de alto nivel en la City que no están relacionadas con Barclays consideran que esta mentira era lo debido dadas las circunstancias. Ellos piensan que el señor [Paul] Tucker [Subgobernador del Banco de Inglaterra] animó a Barclays a mentir y le aplaudió por ello.
Usted podría decir que ello es evidencia de un relativismo moral canceroso en el centro de la City. O puede aplaudir su realismo de sentido común.»
¿Y la opinión de Preston sobre esta cuestión moral «difícil»?
«La defensa de Barclays es que consideraba terriblemente injusto que sus costos de financiamiento fueran más altos que los de otros bancos. Y está convencida de que muchos de estos bancos eran unos mentirosos aún mayores sobre lo que estaban pagando al pedir prestado».
La defensa de Barclays afirma la existencia de lo que los economistas, criminólogos y reguladores (reales) describen como la «dinámica de Gresham» clásica según la cual una mala ética expulsa de los mercados a una buena ética. La función primordial de los reguladores financieros es la de servir como el «policía de ronda» que participan en la regulación vigorosa, el examen, la supervisión y la ejecución, y que aportan las derivaciones penales esenciales a los fiscales con el fin de evitar que se obtenga una ventaja competitiva inmoral. La alternativa es que los mercados se vuelven perversos y el fraude pueda llegar a ser la estrategia dominante. Una dinámica de Gresham es «cancerosa», pero no produce el «relativismo moral». Se produce una conducta inmoral endémica, no por un mayor bien común, sino para enriquecer a los altos funcionarios que comandan el fraude. También requiere la anulación de un gobierno eficaz y la introducción de un «ambiente [agresivamente] inmoral en la cúspide del sistema». Se puede contar con altos funcionarios que establecen el tono inmoral en la cúspide para que «aplaudan» el fraude. Con el tiempo los empleados más morales abandonan indignados el escenario y la escoria moral aflora a la superficie de la fosa séptica. Los empleados a menudo encuentran que las mentiras adicionales aumentarán su riqueza.
Una vez que la mentira se convierte en algo común, y «aplaudida» por la alta dirección, proliferan los eufemismos y los «chistes» sobre las mentiras. El artículo de Robert Preston demuestra ambas características: «Necesitamos la versión de la historia de Paul Tucker para evaluar si, efectivamente, empujó al señor Diamond a optar por «la economía con la verdad» respecto a los costos de endeudamiento del banco …» Diamond logra combinar un clásico eufemismo inglés para referirse a las mentiras con la ironía y un graciosos juego de palabras que se refiere a la banca: «la economía con la verdad».
El cuadro de la BBC si el lector hace clic para leer el artículo completo de Preston deja en claro su respuesta a la «difícil» cuestión de la moralidad.
La verdad evasiva sobre la mentira de Barclays
10:35 hora del Reino Unido, Miércoles, 04 de julio 2012
¿Era la mentira de Barclays sobre sus costos de endeudamiento para una finalidad legítima de tratar de salvarse de la quiebra? ¿O era su instinto de mentir el núcleo del problema, la razón por la que tuvo tan poca confianza en los mercados y tuviera que pagar más que otros para pedir prestado?
La manipulación del Libor a través de mentiras para producir un índice falso es un «objetivo legítimo». La posición de la BBC es que cualquier empresa (o particular) con problemas financieros puede «legítima [mente]» mentir para engañar a sus acreedores e inversores y evitar que sepan que se tienen problemas financieros. Los bancos pueden matar a los denunciantes bajo esta «lógica» porque su acción a favor de la verdad debe ser «ilegítima». (Si esto le parece exagerado, no se pierdan mi próxima columna.)
A Tony lo tratan mal. Su proyecto «Cool Britannia» [movimiento cultural del Reino Unido que coincide con la llegada de Blair al gobierno. NdT] tuvo mucho éxito. Inglaterra es ahora tan cool que los chicos borrachos que hacen sexo en público en Grecia no llegan a tener punto de comparación con los banqueros de la City de Londres en el concurso de depravación moral. Los banqueros más importantes son tan cool que «aplauden» descaradamente el fraude en sus entrevistas (pero nunca por atribución) con el editor de negocios de la BBC. El Reino Unido ha vuelto a sus buenos tiempos, cuando dieron patente de corso a los corsarios y los envió a saquear el comercio del mundo. Sir Walter Raleigh es el modelo mismo del banquero de la City de Londres. Incluso vuelven a ayudar a despoblar de nuevo a Irlanda.
William K. Black , uno de los mayores penalistas norteamericanos vivos, es un especialista en delitos económicos, particularmente, financieros. Fue el director ejecutivo del Instituto para la Prevención del Fraude entre 2005 y 2007.
Traducción para www.sinpermiso.info : Daniel Raventós