El nuevo Gabinete británico, formado por la coalición entre los partidos liberal-demócrata y conservador y encabezado por Nick Clegg y David Cameron, ya ha tomado posesión de sus carteras y se prepara para un nuevo reto: mantener la cohesión y la estabilidad del Ejecutivo en la implementación de un programa de gobierno con concesiones controvertidas y dolorosas para ambas formaciones políticas.
Los británicos ya tienen un Gobierno de coalición -el primero desde 1945-, encabezado por el primer ministro conservador, David Cameron, y el viceprimer ministro liberal-demócrata, Nick Clegg.
El de ayer fue un día de imágenes históricas: Cameron y Clegg a la puerta de la residencia oficial del primer ministro británico, el 10 de Downing Street, una rueda de prensa llena de guiños, bromas y sonrisas, el anuncio escalonado de los nuevos ministros (cuatro de ellos liberales).
Aunque el nombramiento de Cameron como primer ministro por la reina se produjo alrededor de las ocho de la tarde del lunes, la confirmación de que se sellaba el acuerdo de coalición con los liberal-demócratas tuvo que esperar hasta que el grupo parlamentario y la ejecutiva de este partido avalaran el plan con la mayoría requerida poco antes de la medianoche. Clegg reconocía que entrar en coalición con los conservadores no había sido fácil para su partido.
«No habría aceptado este acuerdo sino estuviera genuinamente convencido de que ofrece una oportunidad única para producir el tipo de cambios en los que creemos», declaró Clegg.
En una rueda de prensa conjunta, el líder conservador Cameron aseguró que la coalición de Gobierno estará «unida» y tendrá un liderazgo «estable y fuerte», al tiempo que el liberal Clegg apuntaba que «existían grandes riesgos» prometiendo «un Gobierno atrevido y reformista», al tiempo que se reían de los comentarios realizados durante la campaña electoral, cuando Cameron describió a Clegg como «una broma».
A los ya conocidos nombres de los conservadores George Osborne (ministro de Finanzas), William Hague (cartera de Exteriores), Liam Fox (ministro de Defensa) y Andrew Lansley (ministro de Sanidad), entre otros, ayer se unieron los de los liberales Chris Huhne (ministro de Energía y Cambio Climático), Danny Alexandre (ministro para Escocia), David Laws (secretario de Estado del Tesoro) y Vince Cable (ministro de Comercio), a los que se unirán otros veinte liberales en otros cargos en el Ejecutivo. Ésta es una de las imagines del cambio, que bien podría responder a la descripción de Boris Johnson, el alcalde conservador de Londres, que describió a la coalición como un «cruce entre bulldog y chihuahua», que como todo cruce espera que tenga «vigor y fuerza».
Sin embargo, lo más interesante de este Gobierno no son los nombres, sino la ejecución del programa pactado por conservadores y liberal-demócratas, para lo cual dispondrán de cinco años, ya que la próxima cita electoral está planeada para el 7 de mayo del 2010, a menos que un 55% de los diputados británicos voten por una elección anticipada.
En el área de medio ambiente, la coalición pone especial énfasis en la promoción de energías sostenibles con la introducción de medidas que favorezcan el uso de residuos para la producción energética, la creación de un banco medioambiental de inversión, la promoción del uso de bombillas de bajo consumo y la creación de líneas férreas de alta velocidad. Ambos partidos coinciden en el abandono de la controvertida tercera pista del aeropuerto de Heathrow, así como cualquier plan para la expansión de los aeropuertos de Gatwick y Stansted.
Parte del compromiso liberal con los conservadores es aceptar el presupuesto para reemplazar el sistema de misiles nucleares Trident. Este fue uno de los temas más controvertidos durante las negociaciones de la coalición, y los conservadores parecen haber ganado el debate, aunque los liberales podrán hablar en contra de la energía nuclear y no se verán obligados a votar con los conservadores (podrán optar por la abstención). Una postura abstencionista similar ha sido adoptada por los liberal-demócratas en el área de financiación de la educación universitaria, que desean sea gratuita frente la idea de hacer pagar a los estudiantes del programa conservador. Lo que sí ha conseguido Clegg es mayores ayudas para aquellos alumnos con menos recursos.
El partido de Cameron también mantiene el recorte presupuestario de casi siete millones de euros, que repercutirá no sólo en los servicios públicos, sino también en los presupuestos de las administraciones autonómicas de Escocia, Gales y el norte de Irlanda. Sin embargo, los liberales han traído a la coalición su plan de reducir los impuestos directos sobre la renta, especialmente para aquellos con salarios más bajos. A ello se añade el plan liberal de una reducción del déficit estructural durante el curso parlamentario con la vista puesta en la reducción de gastos. Para la promoción de empleo, Cameron y Clegg rechazan la introducción de un impuesto laboral que gravaría al empresario.
En cuanto a gastos, los dos partidos planean una revisión que culminará este otoño y que incluirá un proceso consultivo a todos los niveles del Gobierno y del sector privado.
Conservadores y liberales han acordado seguir invirtiendo en la sanidad pública, asegurando un incremento en la financiación de ésta de forma anual. También se mantiene el compromiso de dedicar un 2,7% de la renta nacional bruta en ayudas a países menos desarrollados.
La coalición de Gobierno planea presentar un presupuesto de emergencia en los próximos 50 días.
Relaciones con la UE
Los conservadores se han llevado el gato al agua en lo que se refiere a la UE, imponiendo su euroescepticismo al europeísmo liberal. Gran Bretaña no cederá poder a la Unión o se unirá a la zona euro mientras la coalición siga en el poder. De hecho, planean modificar la ley de la Comunidad Europea de 1972 para que cualquier tratado europeo que incluya transferencia de poder o competencias del Gobierno británico a Bruselas sea sometido a referéndum.
En la cuestión de la inmigración, los liberales han aceptado el plan conservador de imponer un límite al número de inmigrantes procedentes de estados que no sean miembros de la UE.
Los partidos han acordado el establecimiento de un Parlamento de plazo fijo (cinco años). La coalición de Gobierno presentará una moción ante la Cámara de los Comunes para permitir un acuerdo que establecerá que la próxima elección tendrá lugar el primer jueves de mayo de 2015. El conservador William Hague explicó que con este plan hacen todo lo posible «para atar los dos partidos y evitar la inestabilidad».
Siguiendo esta moción permitirá la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas con el apoyo del 55% de los diputados.
Los liberales consiguieron arrancar un referéndum sobre el sistema electoral a los conservadores. Esta consulta permitirá al electorado decidir si quieren adoptar el llamado voto alternativo, que permitirá a la ciudadanía elegir a los candidatos en su distrito electoral en orden de preferencia. Si ninguno de los candidatos elegidos en primer lugar alcanza el 50% de los votos, se vuelve a las papeletas para contar las segundas preferencias que cada candidato ha recibido, y así hasta que uno obtiene el número de votos necesario para ser elegido.
Por el sistema actual muchos diputados son elegidos sobre una minoría del voto total en el distrito electoral. Con el sistema de voto alternativo, se impone el candidato que obtiene el apoyo de la mayoría del electorado, lo que incrementa la legitimidad de la figura del diputado y las posibilidades de los votantes.
La legislación de reforma electoral incluirá también la creación de distritos electorales más equitativos en lo que respecta a número de electores y la creación de un registro individualizado de votantes para poner fin al fraude electoral. También se plantean la introducción de legislación para forzar reelecciones en aquellos casos en los que un diputado abuse de su cargo y exista una petición firmada por un 10% de votantes en su área, así como un registro para los grupos de presión que pretenden influir sobre decisiones parlamentarias, así como un límite a las donaciones políticas.
En cuanto a la reforma de la Cámara de los Lores del Parlamento británico, donde algunos de los escaños son hereditarios, liberales y conservadores han acordado el establecimiento de un comité que presentará propuestas para la creación de una cámara total o mayoritariamente elegida sobre la base de la representación proporcional.
Entre otras cuestiones que podrán la luz verde se encuentra el referéndum sobre mayores poderes para la administración de Gales o transferencias políticas y de financiación a las administraciones locales.
En lo que se refiere a cuestiones de derechos civiles, el pacto incluye la desaparición de los carnets de identidad, el registro de identidad nacional, los pasaportes biométricos y la base de datos centralizada. Así mismo, la coalición prohibirá la toma de huellas digitales a menores (sólo permitida con el permiso del tutor legal), la extensión de la legislación de «Información Libre» que permite a los ciudadanos acceder a información gubernamental no pública y la restauración de los derechos a la protesta no violenta. Conservadores y liberales prometen la revisión de las legislación de injurias, la introducción de protecciones contra el abuso de la legislación antiterrorista, mayor regulación de las cámaras en el área pública y el fin del almacenamiento injustificado de comunicaciones electrónicas.
El presidente estadounidense Barack Obama fue el primero en felicitar a Cameron. Le siguieron la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro indio Manmohan Singh, el australiano Kevin Rudd y el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Composición del nuevo Gobierno
Primer ministro
David CAMERON
Viceprimer ministro
Nick CLEGG
Ministro de Exteriores
William HAGUE (conservador)
Ministro de Finanzas
George OSBORNE (conserv)
Secretario de Estado del Tesoro
David LAWS (liberal-demócrata)
Ministro de Defensa
Liam FOX (conserv)
Ministro de Comercio
Vince CABLE (lib-dem)
Ministra de Interior, Mujer e Igualdad
Teresa May (conserv)
Ministro de Sanidad
Andrew LAMSLEY (conserv)
Ministro de Justicia
Ken CLARKE (conserv)
Ministro de Educación
Michael GOVE (conserv)
Ministro de Trabajo y Pensiones
Iain DUNCAN SMITH (conserv)
Ministro de Energía y Cambio Climático
Chris HUHNE (lib-dem)
Secretario de Estado para Escocia
Danny ALEXANDER (lib-dem)
Jefe de la mayoría parlamentaria
Patrick MCLOUGHLIN (conserv)
Ministro de Administración Local
Erick PICKLES (conserv)
economía
David Cameron y Nick Clegg destacaron que las cuestiones económicas serán las prioritarias en la gestión del nuevo Ejecutivo británico, con el objetivo de superar la crisis.
Washington
El nuevo ministro de Exteriores, William Hague, viajará a Washington mañana en el que será su primer viaje al extranjero tras su nombramiento.
Miliband inicia la carrera por el liderazgo del laborismo
Tal y cómo se esperaba, el ex ministro laborista de asuntos exteriores, David Miliband, ha presentado su candidatura al liderazgo del partido, vacante debido a la dimisión del que hasta ayer fuera primer ministro británico Gordon Brown.
Miliband presentó su campaña a las primarias laboristas apuntando a que su partido podría estar de vuelta en el Ejecutivo «mucho antes de lo que algunos pudieran pensar», y advirtió de que la coalición liberal-conservadora les permitirá presentarse como una alternativa de Gobierno.
Miliband que se presentó ante los medios en una de las entradas a la Cámara de los Comunes, rodeado de quince diputados que le apoyan y después de una reunión del grupo parlamentario laborista, aseguró que se presenta candidato «con humildad de cara a las responsabilidades del cargo y una pasión por las causas y valores que me llevaron a unirme a este partido».
«Debemos renovarnos, pero debemos estar preparados para el gobierno. Vivimos en un nuevo mundo político. Me presento porque creo que puedo liderar al laborismo a su reconstrucción como un campeón reformista del cambio social y económico en este país», dijo Miliband. Su candidatura se vio reforzada por el anuncio del que fuera ministro de interior bajo la administración de Brown, Alan Johnson, quién decidió no presentar su candidatura y apoyar a Miliband, que se espera la presente formalmente la próxima semana, aunque decidió anunciar su intención ayer para poner fin a las especulaciones. S.G.