Durante meses los ciudadanos del estado español hemos seguido con regularidad la evolución política de lo que sucedía en Grecia, por si de ello se podía extraer alguna observación para evitar el caos económico. Ahora, una vez cumplidos los peores presagios sobre la posibilidad de una intervención por parte de los poderes financieros internacionales, son […]
Durante meses los ciudadanos del estado español hemos seguido con regularidad la evolución política de lo que sucedía en Grecia, por si de ello se podía extraer alguna observación para evitar el caos económico. Ahora, una vez cumplidos los peores presagios sobre la posibilidad de una intervención por parte de los poderes financieros internacionales, son los griegos quienes nos devuelven la mirada y tratan de sacar conclusiones que les sirvan para salir de la negra espiral en la que se hallan.
El rescate de la banca española no ha pillado por sorpresa a los analistas griegos y los consultados por Gara coinciden en señalar que la intervención, realizada una semana antes de las elecciones legislativas en Grecia, pretende dar un balón de oxígeno a una derecha pro-memorando necesitada de todos los apoyos del capital para poder vencer en los comicios.
El anuncio público del rescate español ha supuesto un respiro para los conservadores de Nueva Democracia (ND) quienes el mismo lunes aprovecharon para pedir que se suavizaran las durísimas condiciones exigidas en el acuerdo de préstamo concedido a Grecia. El asesor económico del partido y candidato a diputado, Dimitrios Tsomokos, aseguró a Efe que «el desafortunado estado de las cosas en España ha hecho una contribución», gracias a la cual «Europa ha entendido que la crisis de la deuda soberana ha resucitado las diferencias entre el norte y el sur y que se deben sustituir las medidas de austeridad por medidas a favor del crecimiento».
Euforia de la derecha
En la misma línea se expresó el líder conservador, Antonis Samaras, al decir que el acuerdo español era una prueba de que Grecia tenía más que ganar mediante la negociación con sus socios europeos que enfrentándose a ellos. El miércoles, tras presentar sus 18 puntos de gobierno, afirmó: «cambiaremos el memorándum, la implacable recesión no puede continuar», adoptando las palabras y el tono de su oponente político Alexis Tsipras. El rescate financiero impuesto al estado español fue visto con cierta euforia por Samarás y dijo que «Europa está cambiando, Grecia tiene la posibilidad de una negociación justa dentro de este clima de cambio», sin especificar qué cambios son los que busca.
La Coalición de Izquierda Radical (Syriza), candidata a la victoria en las elecciones del próximo domingo, consideró sin embargo que el acuerdo español demuestra que la austeridad impuesta por los prestamistas internacionales han fracasado. «Lo sucedido en España da la razón a nuestra lectura de la crisis: es una profunda crisis estructural profunda dentro de la Eurozona. Pero las actuales discusiones abren nuevas perspectivas para Grecia», aseguró el portavoz de la coalición, Panos Skurletis.
Para el economista Leonidas Vatikiotis, miembro del Comité por la Auditoría de la Deuda, estos análisis hay que interpretarlos en clave electoral, pues lo cierto es que «no hay exención griega, irlandesa o portuguesa». En conversación con Gara aseguró que «la entrada de España en el mecanismo de rescate financiero demuestra que hay algo profundamente erróneo en los fundamentos de la zona euro», no dudando en achacar a la moneda común y a las contradicciones de la unión monetaria «la raíz de la crisis de la deuda soberana a la que se enfrenta hoy la eurozona». Añadió además que «la insistencia de Alemania por salvar a los bancos a costa del dinero público, confirma el carácter estrictamente de clase en los esfuerzos de rescate y demuestra que la Unión Europea (UE) sólo sirve a los intereses de las entidades financieras».
Entre los ciudadanos de a pie, hastiados tras cinco años de recesión, la percepción sobre el rescate aplicado al estado español fluctúa entre los que consideran que los líderes europeos están dispuestos a permitir unos términos más indulgentes en las políticas de austeridad y quienes piensan que es el mismo modelo aplicado en Grecia.
«España supo negociar unas buenas condiciones», dijo Yannis Telonis, funcionario público de 33 años, «es demasiado tarde para que nosotros hagamos lo mismo, la eurozona nos tomó como conejillos de indias». Para Eleni Karakussi, una joven dependienta que declaró su preferencia por Syriza, «el hecho de que más países se encuentren en el juego, es bueno para nosotros porque vamos a tener la oportunidad para negociar mejores condiciones». Por su parte Petros Vasilikis, encargado de un pequeño supermercado, consideró que «los españoles se hallan al inicio de un camino que nosotros empezamos a recorrer hace dos años, ¿quién será la siguiente víctima de los mercados y los banqueros alemanes?».
Atendiendo a estas impresiones Vatikiotis, explicó que «los griegos pueden predecir ahora que España se está metiendo en un agujero negro, en una espiral de austeridad -disminución de los gastos público y privado, con un aumento de la deuda y el déficit- que no tiene salida», y a su vez advirtió a los ciudadanos españoles de que «en pocos meses verán con nostalgia la situación anterior a la intervención y gritarán ‘No más rescate’.»
El economista consideró inaceptable que a un estado como el español, que ostenta la más alta tasa de paro en Europa, se le concedan 100 mil millones de euros a los bancos y al mismo tiempo no se anuncie ninguna iniciativa para la reducción del desempleo. «Más preocupante es algo que todos sabemos: tarde o temprano las medidas de austeridad que aplique Rajoy deteriorarán el clima social en España, expandirán la pobreza y aumentará el ejército de desempleados. Al mismo tiempo, España demandará cada año nuevos fondos de rescate y nuevos préstamos», explicó.
Como sucede en Grecia, la recapitalización con dinero público de las entidades financieras solo contribuye a vaciar las arcas del Estado pero nunca a solucionar los problemas de la economía real. Para Vatikiotis resultó esclarecedor que la intervención al estado español llegará pocas semanas después de que el gobierno concediera 19 mil millones de euros a Bankia, cuando según él «si el plan de recapitalización de los bancos fuera el camino correcto, el rescate de Bankia habría parado la crisis».
¿Influirá el rescate español en la elecciones de mañana domingo?
«Directamente no -respondió nuestro economista-, pero sabemos que Alemania, necesitada de que España entrara en el mecanismo, obtuvo una nueva victoria. Lo que significa nuevas medidas de austeridad, nuevas privatizaciones en favor de las empresas alemanas, etc.»
En este punto Vatikiotis, parafraseando a Ortega y Gasset, aseguró que «Alemania, la UE y el euro son el problema, y la victoria de los pueblos europeos la solución». Según el entrevistado «muy pronto no sólo los pueblos españoles, sino incluso todos los pueblos europeos se darán cuenta de que esta es una unión del capital, y por ello debe ser desmantelada. Pedir la salida de la eurozona y de la UE para su propio país es el primer paso de todos los pueblos europeos. Cuanto antes lo entendamos, mejor será para todos», sentenció.