Tras años de intensas movilizaciones contra la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la izquierda llega dividida a las elecciones presidenciales del próximo 7 de febrero. La derecha y la ultraderecha se repartirán las cuotas de poder, según las encuestas. La campaña electoral en Costa Rica se parece al tiempo: un frente […]
Tras años de intensas movilizaciones contra la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la izquierda llega dividida a las elecciones presidenciales del próximo 7 de febrero. La derecha y la ultraderecha se repartirán las cuotas de poder, según las encuestas.
La campaña electoral en Costa Rica se parece al tiempo: un frente frío después del otro está molestando los habitantes de este país centroamericano. El domingo 7 de febrero, los costarricenses elegirán a su nuevo presidente, los diputados de la Asamblea Legislativa y los regidores municipales. Pero pocos días antes de este evento electoral muy poca gente se emociona. Para el politólogo e integrante del consejo universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR), Alberto Cortes, es una elección atípica: «Esta elección tiene muy poca pasión. En Costa Rica normalmente en este momento de proceso electoral hay una gran cantidad de signos externos de movilización de simpatizantes de los partidos en la calle». Signos que casi no se ven esta vez.
Más sorprendente todavía: según las encuestas publicadas por varios institutos privados habrá un duelo entre los candidatos a la presidencia de la derecha y la ultraderecha. Según estos números, la centroizquierda casi parece desaparecida. ¿Cómo es posible este escenario solamente dos años después de la gran lucha social en contra del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y EE UU (CAFTA-DR) y su agenda de implementación neoliberal? Entre 2006 y 2008 este movimiento tenía tomada calles y plazas en la capital y todo el país. Realizaban manifestaciones con más de 200.000 participantes y perdió el referéndum del 7 de octubre 2008 con un margen muy pequeño: el 49% de los votantes votó en contra el modelo exclusivo del desarrollo neoliberal.
Las encuestas favorecen a la candidata del partido oficialista PLN (Liberación Nacional, socialdemocracia derechista), Laura Chinchilla, dama feroz en la promoción del neoliberalismo y una política de mano dura en seguridad. La ex vicepresidenta de la actual administración del conservador Óscar Arias Sánchez al parecer podrá contar con un apoyo al alrededor del 40%. Las mismas encuestas atribuyen hasta el 30% de los votos al ultraderechista Otto Guevara del Movimiento Libertario (ML), un partido que nunca superó más del 8% del apoyo electoral. Este incremento en el porcentaje se atribuye a una campaña agresiva de promesas y cuestionamientos que el candidato hace en contra de la actual administración y de su candidata oficialista Laura Chinchilla, sin embargo, muchos especialistas tachan esta publicidad como manipuladora y chabacana.
Por otra parte, el Movimiento Libertario tiene una fuerte presencia en diversos medios de comunicación. El derroche de dinero en campañas publicitarias hace que sus opositores cuestionen de dónde vienen tantos recursos y quiénes financian la campaña. Ante esta inquietud, existen varias denuncias en el Tribunal Supremo de Elecciones con el fin de esclarecer el origen de millones de dólares.
El candidato del partido centroizquierdista Acción Ciudadana (PAC), Otón Solis, apenas recibiría el 15% de los votos según las últimas encuestas. Hace cuatro años, cuando se desarrollaron las últimas elecciones, Solís también fue candidato presidencial y perdió por un margen de diferencia de un 1% contra el liberacionista Óscar Arias. Solís es el único candidato a la presidencia que se considera un critico de CAFTA-DR y siempre pudo contar con los votos de la gente que perteneció al movimiento en contra del TLC.
Hay mucha gente que duda de la credibilidad de las encuestas e insisten en que los resultados obedecen a la conveniencia de quien pide ejecutarlas, incluso recuerdan que en las elecciones pasadas casi ninguna aproximación estuvo cerca de los resultados reales de las elecciones presidenciales.
Desilusión
Pero no han sido únicamente los actos mediáticos y políticos de sus adversarios los que han alejado al aspirante presidencial centroizquierdista del poder. El rol de Otón Solis y buena parte de los diputados del PAC durante la lucha contra CAFTA-DR ha sido desilusionante para los activistas del movimiento social. Por mucho tiempo Solís rechazó la participación en manifestaciones, expresando con su manera de actuar que el trabajo en el parlamento era la única manera de combatir el Tratado de Libre Comercio.
A pesar de todo, el movimiento del ‘No al TLC’ nunca perdió su cohesión, tampoco en el momento crítico cuando un sector optó por aceptar la propuesta del presidente Óscar Arias de la celebración de un referéndum, mientras otros rechazaron por completo pues consideraron la iniciativa como una trampa.
Sin embargo, el movimiento popular no logró unificarse antes de las elecciones. Meses atrás del proceso electoral diversos partidos de oposición buscaron una Alianza Popular con el fin de vencer el bipartidismo, pero esta iniciativa no fue posible ante la actitud de Otón Solís, calificada por muchos de «arrogante».
Varios partidos pequeños, identificado con el movimiento del ‘No al TLC’, aspiran a ganar algún escaño de diputado en la Asamblea Legislativa. El que tiene más posibilidades es quizás el Frente Amplio (FA), representado en la actual Asamblea por su único diputado José Merino. Otros candidatos, como José María Villalta y Eva Carazo, encabezan la lista en San José, y representan una esperanza para sectores de activistas de los movimientos sociales.
Torge Loding. Centro de Comunicación Voces Nuestras, San José, Costa Rica.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Costa-Rica-la-derecha-en-ventaja.html