Había una canción salsosa que decía: «si algo te da problemas ponle un se vende«. En el Estado español cuando las ideas, en forma de partidos, periódicos, revistas, declaraciones o emisoras de radio dan «problemas», en lugar de ponerles un cartel con un «Se vende» los ilegalizan y mandan a todos sus miembros a la […]
Había una canción salsosa que decía: «si algo te da problemas ponle un se vende«. En el Estado español cuando las ideas, en forma de partidos, periódicos, revistas, declaraciones o emisoras de radio dan «problemas», en lugar de ponerles un cartel con un «Se vende» los ilegalizan y mandan a todos sus miembros a la cárcel. Encontraron la gallina de los huevos de oro. Yo mismo podría ser ilegalizado por defender a otros que fueron ilegalizados, soy cómplice, y así las ilegalizaciones podrían llegar al infinito.
Recuerdo que una de las razones de la ilegalización, cierre sin compensación económica, de la revista Ardi beltza (la oveja negra en euskera) fue que se encontraba en el apartamento de unos etarras. También estaban otras publicaciones como el BOE (equivalente a la Gaceta Oficial) la guía de teléfonos y tal vez alguna revista Hola o Interviu. Creo que de las anteriores publicaciones ninguna es sospechosa ni ha sido clausurada, yo sin embargo ilegalizaría el BOE.
Las pruebas para ilegalizar algo en el Estado español, es decir, acusarlos directamente de ser miembros, responsables, colaboradores, oyentes o indiferentes de ETA o Batasuna son todas un cúmulo de ideas peregrinas que van desde un entramado que nadie conoce hasta el haberse presentado como candidato en una agrupación política que en su momento era legal y años después fue ilegalizada.
¿Se puede delinquir con carácter retroactivo? Es decir, ¿puede ser delito pertenecer a una agrupación legal? ¿Puede prohibirse e imputarse un partido político? ¿No son las personas las que delinquen? ¿Podría ilegalizarse al PSOE por el caso GAL o por el proceder de Barrionuevo, Corcuera, Vega y tantos otros? ¿Podría ilegalizarse el Partido Popular por el pasado franquista de Fraga o la colaboración con banda armada, los ejércitos de Estados Unidos y la Gran Bretaña, de Aznar?
¿Dónde están las pruebas, en el juicio no se presentó ninguna, de la conexión económica entre Batasuna y Accion Nacionalista Vasca y el Partido Comunista de las Tierras Vascas?
En una llamada «democracia» y en un llamado estado de «bienestar y derecho», ¿pueden las ideas expuestas de forma pacífica, abierta y democrática ilegalizarse? La respuesta es sí, en el Estado español, en el que, al igual que en los regimenes inquisitoriales de los siglos XV, XVI y XVII no bastaba con ser cristiano, sino que había que demostrarlo públicamente comiendo cerdo.
Ahora cambiaron los papeles pero sigue siendo requisito indispensable para ser tenido como «demócrata» y afín al «régimen» repudiar los 900 muertos de ETA en 50 años y aplaudir el millón de muertos en Irak o Afganistán en nombre de la libertad, mientras se hace la vista gorda por la situación en Gaza, y haciendo alarde de talante democrático, se retira el embajador español cuando le dicen públicamente que Israel está masacrando al inocente pueblo palestino.
La ilegalización y prohibición de presentarse a las elecciones europeas del partido Iniciativa Internacionalista es otra prueba más de que en España hay una dictadura disfrazada de reality-show aderezada con hipotecas y alternabilidad en el ejercicio y monopolio del poder, pero debajo de la piel de oveja está el mismo lobo… disfrazado a su vez de abuela de Caperucita roja. No es de extrañar que les moleste tanto Chávez… no pueden ilegalizarlo.