Hoy 21 de febrero, se cumplen 80 años de la muerte de Augusto C. Sandino, «General de Hombres Libres y Padre de la Revolución Popular y Antiimperialista», como declara en su preámbulo la Constitución Política de Nicaragua. Sandino fue rescatado del estado mítico o utópico, e incluso del olvido en que se encontraba en los […]
Hoy 21 de febrero, se cumplen 80 años de la muerte de Augusto C. Sandino, «General de Hombres Libres y Padre de la Revolución Popular y Antiimperialista», como declara en su preámbulo la Constitución Política de Nicaragua.
Sandino fue rescatado del estado mítico o utópico, e incluso del olvido en que se encontraba en los años 50 y 60 del siglo XX, para ser convertido en hecho real, encarnado por la gesta del Frente Sandinista de Liberaclón Nacional. Muchos dicen que esta fue la principal conquista de la Revolución popular que derrocó el régimen de los Somoza el 19 de julio de 1979.
La dignidad que le concedió la Constitución de 1987, con esos títulos, se mantuvo intacta tras las sucesivas reformas constitucionales de 1995, 2000 y 2005, aprobadas durante los 17 años del período neoliberal, que comenzó en febrero de 1990 con la derrota en las urnas del FSLN hasta noviembre de 2006, en que por las mismas, el sandinismo recuperó el poder político, reanudando una segunda fase de la Revolución. Pero es que más allá, Sandino, en su lucha por la Soberanía Nacional logra condensar un Código de principios y valores que son internacionalizables como se puede desprender del estudio de su pensamiento político. [1]
De todas maneras, no profesamos un nacionalismo excesivo. No queremos encerrarnos aquí solos. ¡Que vengan extranjeros, incluso [norte] americanos, desde luego! Tampoco pensamos que en el nacio nalismo político está toda la solución. Por encima de la nación, la fe deración: continental, primero; luego más amplia, hasta llegar a la total. [2]
Soy perfectamente capaz de ganar mi sustento y el de mi esposa en cualquier ocupación, por humilde que sea. Soy mecánico, y si fuese necesario volvería al oficio. Hemos tomado las armas por amor a la patria y porque todos los demás jefes la traicionaron, se vendieron al extranjero o, cobardes, doblaron la cerviz. En nuestra propia casa es tamos luchando por nuestros derechos inalienables. ¿Qué derecho asiste a las tropas extranjeras para calificarnos de bandidos y forajidos y decir que somos los agresores? [3]
El 21 de febrero de 1934, Sandino saliendo de la casa presidencial, levantada en lo alto de la loma de Tiscapa, después de cenar con el presidente Juan Bautista Sacasa en compañía de dos de sus Generales, Juan Pablo Umanzor y F. Estrada, y el escritor Sofronías Salvatierra (Ministro de Agricultura), son detenidos. Los Guardias, cumpliendo la orden de su Director Jefe, Anastasio Somoza García, en coordinación con el representante del gobierno de Estados Unidos ante el gobierno de Nicaragua Arthur Bliss Lañe, separó a los tres primero a los que condujo en un camión hasta un lugar conocido por el nombre de «La Calavera» en el campo Larreynaga donde fueron asesinados a tiros. Al perpetrarse el asalto cuenta el testigo S. Salvatierra que «Sandino conservaba serenidad inalterable y con el timbre de voz firme… exclamó: ¿Por qué semejante atropello? Hecha la paz, todos somos hermanos. Mi único afán propende el resurgimiento de Nicaragua por medio del trabajo, y en los años pasados he luchado por la libertad de nuestra patria». [4]
Acto seguido la Guardia Nacional asaltó la casa de S. Salvatierra donde estaban hospedados el hermanastro de Sandino, Sócrates Sandino, Rolando Murillo y el General Santos López. Mueren los dos primeros junto con un pobre chiquillo de diez años, mientras Santos López, «herido en una pierna logró escapar de sus captores». El mismo Santos López, que regresó a la montaña, dará años más tarde el testimonio de estos hechos a Carlos Fonseca Amador, el hombre que con Santos, Tomás Borge y otros guerrilleros fundarán el Frente Sandinista de Liberación Nacional en julio de 1961.
La personalidad de Sandino
Augusto C. Sandino es un personaje increíble y su vida podría ser una buena novela de ficción si no fuera por la cantidad abundante de testimonios incuestionables que nos han dejado quienes lo conocieron o contaron o escribieron sus hazañas.
Había nacido en 1895 (18 de mayo) en una pequeña aldea, de nombre indígena Niquinohomo a 60 Km. al Sur de Managua, muy cerca de Masaya. Aunque su nombre Augusto era bien occidental, Sandino era de etnia india, hijo de una humilde campesina llamada Margarita Calderón, que se desempeñaba como doméstica y obrera agrícola. Su padre Gregorio Sandino, un mediano propietario, productor agrícola, que no lo reconoció como hijo hasta la adolescencia, en que le empleó en la administración de su hacienda. Amaba profundamente a su madre por su pobreza y por las privaciones que tuvo que padecer con ella, en su niñez. Fue castigada por un pequeño robo y como era costumbre el hijo tuvo que acompañarla a la cárcel, teniendo la dura experiencia de verla dar a luz en la celda. Todo esto tuvo que crear en él un enorme amor a su madre que con un gran sentido universalista, lo extrapoló a su patria Nicaragua, a la pasión por la Unión Centroamérica, a toda Latinoamérica y la humanidad entera.
No abandonaré mis montañas mientras quede un gringo en Nicaragua; no abandonaré mi lucha mientras falte a mi pueblo un derecho por enderezar. Mi causa es la causa de mi pueblo, la causa de América, la causa de todos los pueblos oprimidos [5].
Y a la misma Tierra:
[…] la naturaleza inspira y da fuerza. Todo en ella nos enseña. La ciudad nos desgasta y nos empequeñece. El campo: no para encerrarse egoístamente en él, sino para marchar a la ciudad y mejorarla. [6]
Años más tarde se interna en las montañas de Nicaragua, con su Ejército guerrillero, que comenzó con una treintena de decididos voluntarios, que fue creciendo hasta llegar a más de un millar, que operan distribuidos en pequeños grupos y, acosan permanentemente a muchos miles de «marines» norteamericanos, bien armados y ayudados de bombardeos periódicos de la aviación yanqui, Sandino durante sus 7 años de resistencia heroica entre 1936 y 1933, elaborará los fundamentos de su pensamiento político [7]:
No abandonaré mis montañas mientras quede un gringo en Nicaragua; no abandonaré mi lucha mientras falte a mi pueblo un derecho por enderezar. Mi causa es la causa de mi pueblo, la causa de América, la causa de todos los pueblos oprimidos. [8]
Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán. [9]
«La muerte no es sino un pequeño instante de incomodidad que no debe ser tomado en serio, y elige a aquél que más la teme» [10]
Siendo físicamente una persona menuda, su poder moral era gigantesco. De una capacidad reflexiva fuera de lo normal, supo captar los secretos de la vida y saber expresarlos con una sencillez sobrecogedora. Más allá de mantener una posición política firmemente comprometida contra la esclavitud en que el imperio norteamericano sometía a Nicaragua, era un gran comunicador que exponía sus pensamientos siempre cargados de una emoción que, como ocurre con las personas excepcionales, tenían cierto magnetismo hacia la gente, no solo con el campesino nicaragüense, sino sobre muchos internacionalistas extranjeros que visitaron a Sandino en las montañas o se unieron a la guerrilla.
«No importa, mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y nervio de la raza.» [11]
Para sandino la raza era equivalente a la clase de los explotados que él identifica con los campesinos y obreros de una América Latina, que tras independizarse de la colonización española, estaban entrando en un estado de sometimiento al imperialismo norteamericano.
A la edad de 20 años Sandino deja la casa de su padre para buscar la manera de hacer vida por sí mismo, y así recorre haciendas y plantaciones, trabajando como ayudante de mecánica, volviendo más tarde a Niquinohomo para dedicarse al comercio de granos. Posteriormente, Sandino sale hacia Honduras, empleándose en la Multinacional Sugar and Distilling Company. Después viaja a Guatemala en 1923 y trabaja para la United Fruti Company en Quiriguá. Más tarde viaja a México, y en la ciudad de Tampico es contratado para trabajar en la South Pennsylvania Oil Company. En México permanece hasta junio de 1926, cuando en Nicaragua se produce una insurrección liberal contra el gobierno del general Emiliano Chamorro, recordado como un vende-patrias por el Tratado Chamorro-Bryan [12].
Durante este viaje, conoce las condiciones de explotación implacable del proletariado, conoce la vida y la práctica política, trabaja con líderes sindicales, obreros, militantes socialistas, anarquistas y masones. Es ahí donde conoce las luchas sindicales, la agresión yanqui contra México por el control de los yacimientos petroleros, de la propia Revolución Mexicana y, en fin, del progreso de las luchas de la clase trabajadora.
No deja de seguir los acontecimientos de una convulsa Nicaragua donde estalla una segunda Revolución en 1926, ya más orientada a la defensa del decoro nacional y evitar el vasallaje de Nicaragua a los EEUU. Sandino se dispone a participar regresando a su tierra natal. El alma de la naciente burguesía nicaragüense todavía porta un fuerte sentimiento de pertenencia a una comunidad nacional que reclama soberanía frente a la opresión y que cree tiene una hoja de ruta en el desarrollo económico de pequeñas empresas para salir de la pobreza, que nos recuerda a los sant-simonianos del naciente capitalismo francés Pero esa burguesía no dará el paso de enfrentarse decididamente al imperialismo y finalmente cederá ante él, dejando todo el campo de la lucha por la Soberanía Nacional a Augusto Sandino que se ha curtido como estratega militar durante los 6 meses que median entre la fecha en que se «levanta en armas en las minas de San Albino» para incorporarse al Ejercito del liberal de Moncada ( 26-oct-1926) que opera desde la Costa Atlántica y la rendición de este ante los EEUU con el vergonzoso Pacto del Espino Negro el 4 de mayo de 1927.
Su regreso a Nicaragua y su involucramiento político
Sandino que ha llegado a Nicaragua viajando por Centroamérica desde México, a finales de mayo de 1926, logra emplearse en las Minas de oro de San Albino y el 26 de octubre de 1926 [13], se levanta en armas, tras una huelga logra juntar a una treintena de obreros seguidores. Todavía el general Emiliano Chamorro ocupa la Presidencia de Nicaragua, pero bajo presión norteamericana la cederá a Adolfo Díaz el 14 de noviembre de 1926, no sin antes buscar un intermediario por tres días, para evitar la humillación de la vergüenza.
La guerra, que como hemos dicho, se llama comúnmente en Nicaragua «Guerra Constitucionalista», es en realidad una guerra civil entre liberales y conservadores, estos últimos apoyados por los Estados Unidos pues esa es la vía para saquear y robar en Nicaragua. Pero responde a la voluntad de completar la revolución liberal que los EEUU frustraron al derrocar a Santos Zelaya en 1909 (19 de diciembre), que había logrado gobernar el país durante 16 años. Esta guerra es cruenta y los liberales buscan ir acercándose a Managua y tomar la fortaleza de Tiscapa donde está el centro del poder militar que se encuentra bajo dominio del Partido Conservador de Emiliano Chamorro. El Ejército liberal avanza desde los puertos de la Costa Atlántica, principalmente de Puerto Cabezas donde Sacasa ha constituido un Gobierno provisional y posee armamento y dinero que ha conseguido del Presidente Mexicano Plutarco Elías Calles que lo reconoce como el Presidente legítimo de Nicaragua. También Guatemala y Costa Rica, se negaron a reconocer al Gobierno de Chamorro durante un tiempo.
Tras seis meses de progreso, el General José M. Moncada, ministro de Guerra del Gobierno provisional liberal ya muy cerca de Managua se rinde 4 de mayo de 1927, entrega sus armas a Henry. L. Stimson, representante del presidente de Estados Calvin Cooligde. Hay sin duda un pacto secreto, pues José M. Moncada llegará a la Presidencia de Nicaragua el 1 de enero de 1929, tras unas elecciones amañadas.
Sandino, que está con su columna de guerrilleros muy cerca en Boaco, en el cerro «El Común», al ver esta rendición se propone lanzar, «su protesta redentora… salvar el honor nacional». J. M. Moncada intentará hacer desistir a Sandino de su actitud, haciéndole ofrecimientos materiales; acerca de esto Sandino dijo: «Wall Street conoce el precio de todos los traidores…». [14]
La gesta de liberación de Sandino
Sandino, aquí se deja llevar de un sentimiento profundo de libertad, pero no de libertad personal, sino de libertad de su pueblo de su comunidad que se abre a toda Nicaragua, o como el dice de su patria o de su «raza» en el sentido de clase explotada, porque Sandino conoce las privaciones de la explotación bajo las multinacionales en Centroamérica y México y lo ha podido comprobar en las minas de San Albino. No puede entender que pueda haber proyecto social para un país que entrega su Ejército al invasor, para facilitar el expolio nacional por Wall Street. Significa someterse a esa superpotencia para siempre y más aún acrecentar su poderío salvaje. Pero esa es la dialéctica entre Latinoamérica y los Estados Unidos.
Desde ese momento en Nicaragua se dan dos fenómenos paralelos: Por una parte Sandino consolida su ejército guerrillero que mantendrá en jaque a un poderoso contingente militar extranjero compuesto por decenas de miles de marines que intentan buscarle y destruirle, repitiendo el escarmiento dado al General Benjamín Zeledón. Y por parte está la iniciativa llevada a cabo por los EEUU de crear unas una fuerza armada radicada en Nicaragua pero controladas desde Washington: la Guardia Nacional.
Así fue que el 8 de mayo 1927 «… el presidente Díaz… pidió el nombramiento de un oficial norteamericano para entrenar y comandar la Guardia Nacional» [15] y unos días más tarde sin que los dos hechos estén intercomunicados, Sandino pronuncio un pensamiento conocido:
Yo no estoy dispuesto a entregar mis armas… porque es preferible hacerme morir como rebelde al fuego y no vivir como esclavo. [16]
Claro que Sandino está diciendo que «no entregará las armas mientras el ejército estadounidense pise tierra nicaragüense». Sandino se enfrenta a esa demanda sobre la que insisten tanto los dirigentes del Partido Liberal como por los altos jefes militares norteamericanos con los que Sandino se cartea y trata con todo respeto, pero con la dignidad de un revolucionario que ama tanto a su país, que lo quiere libre.
Siete años resistiendo
Exhaustivamente conocida y detallada la epopeya del General muestra que dejó honda huella en su pensamiento y su propio espíritu, pero más aún en toda América Latina y en Estados Unidos. Tanto tiempo sobreviviendo terminó por acumular una gran contestación latinoamericana, aunque no toda la que hubiera sido justo desear.
Entre los hechos más destacados, hay que citar la campaña mediática de los EEUU por enturbiar la imagen de Sandino que quitaba el sueño a los sucesivos presidentes norteamericanos, que heredaban el quebradero de Nicaragua, con periódicas bajas de los marines, incluso a veces con grades derrotas tras caer en emboscadas como ocurrió con el episodio del Bramadero. Para evitar su vergüenza lo acusan públicamente de «bandido», «bandolero», etc. sin logra hacer mella en su fuerza. Incluso llegaron a ofrecer 10.000, 00 dólares por su cabeza. [17]
Pero finalmente el ejército gringo, al cabo de 7 años de recorrer las montañas de Nicaragua en busca de Sandino yanqui se dio por vencido y tuvo que salir de Nicaragua.
Lo más característico de este hombre extraordinario fue su fuerza moral. «Tiene una fe en un mundo moral, que está faltando en la Humanidad» (143) «… tiene un sentido profundo que le lleva a investigar las causas más íntimas y con una fe rectilínea en la trascendencia de la vida» (148-149)… «Para mi, esa fe infantil de Sandino es uno de los rasgos más fundamentales de su carácter que explican su éxito y su tenacidad» (149),«El general Sandino es un espíritu delicado y fino, un hombre de acción y un vidente, como hemos dicho ya, y sin tener sino una instrucción bastante limitada, es una extraordinaria personalidad, aun aparte de su papel de libertador» (171), «Si; el gran sueño de Bolivar -responde Sandino en una entrevista- está todavía en perspectiva. Los grandes ideales, las ideas todas, tienen sus etapas de concepción y perfeccionamiento hasta su realización» (197). Son estas algunas citas que hemos entresacado del libro del periodista español Ramón de Belausteguigoitia que le fue a visitar justo en los días en que estaba pendiente la firma de la paz con el Gobierno del entonces presidente Juan Bautista Sacasa. [18]
Los últimos días de Sandino. Las negociaciones de paz
El presidente Franklin Delano Roosevelt se decide por fin a dar la orden para que sus marines abandonen Nicaragua, el 26 de diciembre de 1933 [19] , pero han dejado una Guardia Nacional bien pertrechada bajo la Dirección de su fiel Anastasio Somoza García.
Sandino sabe de las dificultades a las que se enfrenta. La Guardia no es una fuerza constitucional y en última instancia obedece a las órdenes de Wahington y está bajo el control de la legación norteamericana en Managua.
Las negociaciones de paz, para Sandino pasan por resolver además otros problemas.
El 1º de enero [1933], suscribe un documento que titula «Interrogatorio», en el que se refiere a los puntos fundamentales que tendrá en consideración en las discusiones con el gobierno de Juan Bautista Sacasa, y que se refieren a la realización de un «programa político» en bien de la nación, a prescindir de «intromisiones extrañas en las finanzas de Nicaragua», a la política a seguir respecto a «la llamada Guardia Nacional», a la eliminación de «pactos… suscritos con los interventores norteamericanos. [20]
Sandino negocia con el Presidente de Nicaragua Juan Bautista Sacasa y realiza 4 viajes a Managua, en las fechas de 1 de febrero, 20 de mayo, fines de noviembre de 1933 y el cuarto y último lo realiza el 16 de febrero de 1934 [21].
Ya sabemos en líneas generales lo que sucede en este 4ª y último viaje.
La inmortalidad de los héroes
Sandino no iba a ceder sus armas sin que la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobara una fuerza militar para Nicaragua conforme a su Constitución. Pedía una reforma en realidad, pero los Estados Unidos ya habían logrado imponer su propio programa y su propia fuerza, para poder seguir saqueando el país y explotando a la población nicaragüense. El turno Liberales-Conservadores ya estaba conseguido. La Pax Americana pasaba por esclavizar económicamente a la mayor parte de la población y moralmente a la totalidad de ella.
Además, la Guardia Nacional se encargaría de apagar cualquier rebelión mediante la represión sangrienta. Cualquier crimen cometido por la Guardia podría ser silenciado. Unos años más tarde el 9 de junio de 1936 Anastasio Somoza daría un golpe de Estado a Juan Bautista Sacasa y un poco más tarde se haría nombrar Presidente. Los Estados Unidos podrán estar satisfechos del cumplimiento de su política de Derechos Humanos.
Pero Sandino no fue ningún ingenuo. El no estaba dispuesto a caer en la trampa de promover una guerra contra la GN. Como buen estratega sabía que no tenía posibilidad alguna de imponer por la fuerza una reforma de la Constitución, que disolviera la Guardia Nacional e instaurara a sus guerrilleros, queridos por el campesinado como el nuevo Ejército de Nicaragua (libre). Y como hombre dotado de una gigantesca fuerza espiritual optó por beber la cicuta. Era totalmente consciente de que era lo mejor, pues ya lo tenía muy claro:
Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán.
«La muerte no es sino un pequeño instante de incomodidad que no debe ser tomado en serio, y elige a aquél que más la teme».
Sandino no fue elegido por la muerte, de alguna manera él la eligió, en su preciso momento y por eso y por su ejemplo vivo, el personaje pasó a la inmortalidad. Nos recuerda el caso de Presidente Hugo Chávez que le sucedió en el rango de los héroes latinoamericanos.
Unos años después un grupo de valientes estudiantes, hijos de familias de la Nicaragua profunda, tomando consciencia de la criminal Dictadura de Somoza, pero sobre todo aprendiendo del ejemplo de la triunfo de la Revolución cubana de 1959, tomó la senda acertada. Desenterraron la memoria de Sandino y descubrieron el enorme tesoro escondido en su ejemplo moral. Esto es verídico: una organización guerrillera resucitó las ideas, la dignidad y el ejemplo de Sandino y al cabo de unos años acompañados por las grandes mayorías populares dieron el triunfo a la Revolución el 19 de julio de 1979.
Ahora si, ahora los guerrilleros, tras disolver la Guardia Nacional somocista y proimperialista, fueron instituidos como el Ejercito Nacional de Nicaragua por la Constitución (1987). Se ha cumplido una gran parte del sueño de Sandino.
Recordemos que el sueño de Sandino no terminaba en Nicaragua, pues el había dicho:
[…] el gran sueño de Bolívar está todavía en perspectiva. Los grandes ideales, las ideas todas, tienen sus etapas de concepción y perfeccionamiento hasta su realización. Yo no sé cuándo podrá realizarse esto. Pero nosotros iremos poniendo las piedras. Tengo la convicción de que este siglo verá cosas extraordinarias. [22]
Queremos probar a los pesimistas que el patriotismo no se invoca para alcanzar prebendas y puestos públicos; se demuestra con hechos tangibles, ofrendando la vida en defensa de la soberanía de la patria, pues es preferible morir antes que aceptar la humillante libertad del esclavo. [23]
[…] si en los actuales momentos históricos nuestra lucha es nacional y racial, ella devendrá internacional conforme se unifiquen los pueblos coloniales y semicoloniales con los pueblos de las metrópolis imperialistas. [24]
Los retos del presente
La gesta de Sandino tiene lugar en un tiempo en que está en auge la Revolución Socialista en muchos países del planeta y el capitalismo está siendo puesto en cuestión por los partidos obreros en ascenso. España vive la II República, con una composición de clases muy distinta a la actual.
El imperialismo norteamericano hoy ya no combate directamente desembarcando sus marines. La experiencia de Afganistán e Irak han sido enormemente costosas en dólares y vidas humanas norteamericanas. Sin embargo no ha dejado de atacar y debilitar la Soberanía de las Naciones y comprar las conciencias individuales, si bien ahora lo hace por otros medios. Señalaremos tres de ellos: el mediático, el ciberespionaje y el financiero.
La dimensión de estas nuevas amenazas es inmensa: mediante la primera ciegan la conciencia de los pueblos, fragmentan las luchas y convierten la comunicación interna de los principales actores en un babel que impide la mas amplia unión; mediante la segunda se informan de cómo actuamos, como pensamos, como intentamos cambiar el mundo, hasta los planes y métodos de producción de las empresas extranjeras, haciendo prevalecer un imperialismo de las multinacionales más poderosas, hacia el monopolio totalitario. Por el tercer mecanismo extraen grandes masas de plusvalía que realizan en dólares y euros a través del control de los mercados, principalmente los de medios de subsistencia y los financieros, que les permite costear toda su estrategia de dominación, comprar cerebros, pagar voluntades, pagar operaciones militares relámpago, además de financiar miles de instituciones destinadas al control del pensamiento y a fabricar embustes. Estamos en la Época de la Mentira [25].
¿Cómo luchar contra esto? Si en la Unión Europea estamos regresando a un estado empobrecimiento económico de las familias y de esclavitud política, donde la Soberanía Nacional se está perdiendo progresivamente, habrá que reconocer que nos estamos acercando a una situación donde se dan ciertas similitudes con los años 30 en los países coloniales y semicoloniales. ¿No caminamos hacia los tiempos de Augusto C. Sandino?. La esencia depredadora de un capitalismo superdesarrollado no parece haber variado de la del imperialismo de los años 30. Entonces se correspondían con la Gran Depresión, hoy lo repiten con la Gran Recesión. Nos arrastran a la «esclavitud por deudas» y la lógica no ha variado aunque las formas de manifestar la dominación estén ahora mucho más encubiertas por la mentira.
Quizás en el ideario político de Sandino encontremos algunas respuestas:
«Nos hacían falta, no armas, ni dinero, ni cartuchos, sino el apoyo moral, la simpatía que hemos tenido siempre de todos los pueblos de América. Nos agobiaba el silencio, el aislamiento, la desesperación de permanecer ignorados. Nos hacía falta que el mundo conociera que aún estábamos en la lucha; por eso salí de Nicaragua.» [26]
Queremos probar a los pesimistas que el patriotismo no se invoca para alcanzar prebendas y puestos públicos; se demuestra con hechos tangibles, ofrendando la vida en defensa de la soberanía de la patria, pues es preferible morir antes que aceptar la humillante libertad del esclavo. [27]
Esta lucha está completamente desligada de todo interés económico, y por el dinero se siente el más profundo desprecio en los campamentos de nuestro ejército. [28]
Nuestro ejército es el más disciplinado, abnegado y desinteresado en todo el mundo terrestre, porque tiene conciencia de su alto papel histórico. No importa que plumas rastreras nos den el calificativo de «bandidos». [29]
¡Ah, creen por ahí que me voy a convertir en un latifundista! No, nada de eso; yo no tendré nunca propiedades. No tengo nada. Algu nos dicen que eso es ser necio, pero no tengo por qué hacer otra cosa. « [30]
Si Sandino con su lucha libertaria impidió que Nicaragua se convirtiera en una estrella de la bandera Norteamericana, la nuestra no podrá menos que aprender de aquella si queremos que España se hunda en la servidumbre de la Troika y quedemos supeditados a los designios de los EEUU, que no han variado un ápice su ambición depredadora.
Sandino dejo clara su idea de que la soberanía de los pueblos tendría que caminar no hacia un «nacionalismo excesivo» sino hacia la unidad de Latinoamérica y la de todos los pueblos del mundo. […] el gran sueño de Bolívar está todavía en perspectiva…… Tengo la convicción de que este siglo verá cosas extraordinarias. [31].
Y quizás la clave esté en la reflexión que hace el periodista vasco que el entrevistó:
La grandeza de Sandino está, más que en los resultados, en su actitud: más que sus éxitos de guerrillero en su elevación moral…… se ha levantado solo, en un pueblo cuya clase política estaba moralmente degradada y donde un pueblo escéptico se disponía a sobrellevar con resignación el collar de sus dominadores… es la fuerza de su ejemplo y de su sacrificio, en su fe en el triunfo lejano de la paz y de la justicia « [32]
Hoy tenemos el reto de encontrar las claves de un código moral de lucha que divorciándose de la cultura política dominante y adaptándose a las nuevos condiciones materiales nos permita construir un movimiento moral, social y popular fuertemente cohesionado como lo consiguió hacer en su tiempo el General de Hombres Libres Augusto C. Sandino.
Notas:
[1] Siendo muy abundante la bibliografía al respecto nos limitamos en este trabajo citar sólo dos importantes obras: EL PEQUEÑO EJÉRCITO LOCO. SANDINO LA OPERACIÓN MÉXICO-NICARAGUA, del periodista argentino Gregorio Selser , Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1983, 1ª Edición. Buenos Aires, Triángulo 1958, 2ª Edición. La Habana. Imprenta Nacional 1961, 3ª Edición. Managua. Tipografía Asel, 1965, 4ª Edición. México. Bruguera Mexicana de Ediciones S.A. 1980. Y el no menos importante «VIVA SANDINO», 2 tomos. Editorial Nueva Nicaragua, 1985. Recopilación de textos del Instituto de Estudios Sandinistas, de Carlos Fonseca Amador, fundador del FSLN en 196.
[2] Del libro VIVA SANDINO, tomo 2º. Editorial Nueva Nicaragua, 1985. Recopilación de textos del Instituto de Estudios Sandinistas.. Pág. 183.
[3] VIVA SANDINO de Carlos Fonseca Amador, tomo 2º. Pág. 173
[4] VIVA SANDINO de Carlos Fonseca Amador, tomo 2º.Pág. 156
[5] VIVA SANDINO de Carlos Fonseca Amador, tomo 2º. Pág. 182
[6] VIVA SANDINO , tomo 2º. Pág. 178.
[7] IDEARIO POLÍTICO DEL GENERAL SANDINO
[8] Texto íntegro del Capítulo 3º del libro VIVA SANDINO, tomo 2º. Editorial Nueva Nicaragua, 1985. Recopilación de textos del Instituto de Estudios Sandinistas. Pág. 182. El documento tiene una extraordinaria importancia histórica por haber sido compilado por Carlos Fonseca Amador hacia 1966, sobre textos dispersos escritos por el General Sandino, durante los 7 años que defendió, con su ejército popular guerrillero, la Dignidad y Soberanía del pueblo Nicaragüense frente a la ocupación militar de los EEUU entre 1926 y 1933)
[9] «VIVA SANDINO», tomo 2º. Pág. 197
[10] EL PEQUEÑO EJÉRCITO LOCO. SANDINO LA OPERACIÓN MÉXICO-NICARAGUA , obra citada, Pág. 275
[11] VIVA SANDINO , tomo 2º. Pág. 177.
[12] En la adolescencia Sandino descubre la barbarie del imperialismo norteamericano que tras ahogar la Revolución Libero-burguesa emprendida por el Presidente José Santos Zelaya en 1909, mantuvo sometida a Nicaragua durante 16 años (1909-1925), bajo la Presidencia de Adolfo Díaz. Este Presidente permitió endeudar a Nicaragua con millones de dólares en créditos con la garantía del control aduanero por los yanquis, la creación de un Banco Nacional controlado por Wall Street, que tenía como competencias el control fiscal del Gobierno nicaragüense y la emisión de una nueva moneda nacional -el Córdoba para la economía nicaragüense. Para colmo los conservadores, conspiraron con el Tratado Chamorro-Bryan por el que Nicaragua cedía a los EEUU el derecho a construir el canal interoceánico por Nicaragua. Este escándalo provocó un levantamiento armado del Partido Liberal el 28 julio de 1912, que fue ahogada en sangres por el ejército norteamericano, con la muerte en combate del Ministro de Guerra, el liberal patriota Benjamín Zeledón el 4 de octubre de 1912.
[13] 26 de octubre de 1926. Sandino se levanta en armas en San Albino [Muy cerca de la frontera con Honduras hacia el 40% del recorrido desde Pto. Corinto] a la ca beza de los trabajadores que ha agrupado; él dice: «El 26 de octubre de aquel mismo año de 1926, logré levantarme en armas en las Sego vias» (G. Selser, t. II, ob. cit., p. 82). Citado en CRONICA DE LA RESISTENCIA SANDINISTA ., de Carlos Fonseca Amador.
VIVA SANDINO , tomo 2º. Pág. 198
[14] « 4 de mayo de 1927. Mientras J. M. Moncada se entrega a Stimson, Sandi no en el cerro «El Común» [Boaco] se propone lanzar, como él lo dice: «su protesta redentora… salvar el honor nacional» (G. Alemán, ob. cit., p. 103). J. M. Moncada intentará hacer desistir a Sandino de su acti tud, haciéndole ofrecimientos materiales; acerca de esto Sandino dijo: «Wall Street conoce el precio de todos los traidores…» (G. Sel- ser, ob. cit., 1.1, p. 81).» CRONICA DE LA RESISTENCIA SANDINISTA ., Pág. 98
[15] Trascribe estas palabras de la fuente «J. Smith, R.C. N° 5, ob. cit., octubre de 1962, p. 10».
[16] VIVA SANDINO , tomo 2º. Pág. 198
El 12 de mayo de 1927, Sandino suscribe desde Yalí, Jinotega, una comunicación a las autoridades locales de los departamentos, en la que ex presa su resolución de no entregar sus armas, y dice que es preferible «hacerme morir como rebelde al fuego y no vivir como esclavos» (A. Somoza G., ob. cit., p. 41). CRONOLOGIA DE LA RESISTENCIA SANDINSITA, en VIVA SANDINO , tomo 2º. Pág. 99
[17] El dato lo da Ramón de Belausteguigoitia, periodista vasco, en su libro CON SANDINO EN NICARAGUA que resume una larga visita que le hizo a Sandino en 1933 en su cuartel en la selva de LAS SEGOVIAS, al poco de salir derrotados los EEUU de Nicaragua.
Diez mil dólares entonces tenían el valor de 1.500 kg de oro, equivalente a unos 225 millones de US$ de hoy.
[18] CON SANDINO EN NICARAGUA de Ramón de Belausteguigoitia. 2ª Edición nicaragüense, Managua 1985. 1ª Edición en Nicaragua 1981. 1ª Edición España Calpe 1934. Editorial Nueva Nicaragua
[19] «El 26 de diciembre, Se informa en Washington: «Saldrá de Nicara gua el último soldado yanqui el próximo 2 de enero» (Cable de Asso ciated Press procedente de Washington).
El 26 de diciembre, Se informa en Washington que el oficial norteamericano Julián D. Smith ha sido nombrado «encargado de preparar oficiales nicaragüenses para dicho cuerpo, [19] una vez efectuada la eva cuación de los marinos americanos» (Cable de Associated Press pro cedente de Washington).»
CRONOLOGIA DE LA RESISTENCIA SANDINISTA, en SANDINO VIVE obra citada. Carlos Fonseca Amador. Pág. 143
[20] CRONOLOGIA DE LA RESISTENCIA SANDINISTA, en SANDINO VIVE, Pág. 144.
[21] El 1 de febrero de 1933, s uscribe Sandino una proclama que dirige a «mis queridos hermanos», en la que explica a los miembros del ejército pa triótico el papel de la lucha en la determinación de la «expulsión» de los ocupantes norteamericanos de Nicaragua, pero que «el impotente invasor» se propone «fomentar» provocaciones para intervenir de nuevo en Nicaragua con sus «ejércitos filibusteros». Por tal razón ex plica que ha resuelto viajar a Managua para conferenciar con el presi dente J. B. Sacasa, y que de no ser aceptadas «las patrióticas bases que nuestro ejército propone», deberá continuarse la lucha (Ibid., pp. 443-444).
El 20 de mayo de 1933, Realiza Sandino un segundo viaje a Managua en el que insiste en las garantías a favor de los antiguos miembros del ejér cito patriótico (S. Salvatierra, Sandino…, ob. cit., p. 218; A. Somo za G., ob. cit., p. 296).
A f ines de noviembre de 1933, r ealiza Sandino un tercer viaje a Managua, con el objeto de verificar nuevas gestiones a favor del cumplimiento de los acuerdos vigentes (S. Salvatierra, Sandino…, ob. cit.,p. 218).
El16 de febrero, d espués de nombrar al General Ramón Raudales jefe de la fuerza que se conserva en Wiwilí, asiento de la sección central de la «Cooperativa del Río Coco», Sandino se traslada por cuarta vez a Ma nagua (Ibid., pp. 223-237).
Escrito por Carlos Fonseca Amador, CRONOLOGIA DE LA RESISTENCIA SANDINISTA, en SANDINO VIVE, Págs. 153, 154.
[22] VIVA SANDINO. Pág. 186
[23] VIVA SANDINO. Pág. 194
[24] VIVA SANDINO. Pág. 182
[25] Recogemos aquí el acertado y valiente diagnóstico de nuestro tiempo, que nos legó Carlos París. VIVIMOS EN LA EPOCA DE LA MENTIRA, http://carlosparis.wordpress.com/2013/10/21/carlos-paris-vivimos-en-la-epoca-de-la-mentira/
[26] «SANDINO VIVE» 172
[27] «SANDINO VIVE» 194
[28] «SANDINO VIVE» Pág. 194
[29] «SANDINO VIVE», Pág. 195
[30] «SANDINO VIVE», Pág. 195
[31] Ver nota 22
[32] CON SANDINO EN NICARAGUA de Ramón de Belausteguigoitia, obra citada, Prólogo. Pág. 9 y 10
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