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La guerra del Airbus

Fuentes: Il Manifesto

EE.UU-EU. Rotas las tratativas, se va a juicio ante al WTO. La acusación americana: «Para el A350, se configura una ayuda de Estado». Juego sucio para dificultar el lanzamiento de la competencia europea del Boeing 787, previsto para el 13 de junio. Firme, hasta ahora, la respuesta de la Comisión.
Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti

Estalla la mayor guerra que haya tenido lugar en el seno de la OMC, Organización Mundial del Comercio. Los rivales, Estados Unidos e Unión Europea, albergan la intención de defender sendas joyas de la aviación. El lunes por la noche Washington rompió definitivamente las negociaciones entabladas para desenredar el asunto de las subvenciones y denunció a Bruselas ante la OMC por las ayudas estatales que recibe Airbus, consideradas ilegales al otro lado del Atlántico. Ayer no se hizo esperar la respuesta del Comisario para el Comercio, Peter Mandelson: otra denuncia. «Lamento -dijo el comisario- que los EE.UU hayan optado por este enfrentamiento con Europa, que, probablemente, dará inicio a una disputa muy difícil y costosa jurídicamente frente a la OMC». Además, será, probablemente, la batalla «más inútil», visto que será difícil que, de Ginebra, llegue un juicio claro, de modo que las partes deberán volver a negociar, «como podríamos hacer ahora», se lamenta Mandelson. En cambio, se opta por la vía legal y se comienza el 13 de junio, una fecha que dice mucho. Contemporáneamente se celebra el Salón Aeronáutico de Le Bourget en París, el más importante del mundo y, por añadidura, cita elegida para presentar el nuevo Airbus A350, competidor natural del Boeing 787. «Están haciendo lo posible para comprometer el lanzamiento del A350: esto es lo que están haciendo», afirma a las claras Mandelson. El problema, continúa el comisario, es que «hay en juego miles de puestos de trabajo».

La ruptura de las negociaciones se ha producido de modo inesperado y unilateral. Washington ha considerado insuficiente la propuesta europea de cortar el 30% de los créditos para las inversiones del Airbus (pretendía su inmediata anulación) y ha valorado de modo negativo la concesión de nuevas ayudas por valor de 1.360 millones de € para el desarrollo del A350. Así, [Europa] empezó atacando, pero algo descubierta. Bruselas responde, en efecto, con argumentos válidos. La Comisión indica que Boeing ha recibido 30 millones de € en concepto de subsidios a despecho no sólo de las reglas de la OMC sino también del acuerdo entre la UE y los EE.UU sobre ayudas para la construcción de aviones civiles. «Boeing -insiste Mandelson- se beneficia de ayudas provenientes de la NASA y del Ministerio de Defensa por valor de 22.000 millones de $, que han servido para financiar la investigación del 787 Dreamliner. Es el presupuesto militar USA el que financia del desarrollo del avión: los contribuyentes pagarán el 70% y la compañía sólo el 15%». Además hay ayudas provenientes de los estados federales, in primis el de Washington con 3.200 millones de € en exenciones fiscales, así como del Japón, que contribuirá con 6.000 millones de $ al lanzamiento del 787. Bruselas, a su vez, considera las ayudas europeas conformes con las normas internacionales, pues se presentan bajo la forma de un préstamo que se ha de devolver, y más aún, porque son menos copiosas.

Una fea guerra que, probablemente, se dejará notar también en las negociaciones de Doha, hasta el momento empantanadas.