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La hora de las despedidas en la tragedia griega moderna

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por Antonio Cuesta

Hasta ahora los pensionistas griegos, los trabajadores y los funcionarios públicos tenían el «monopolio» del sufrimiento de los sangrientos programas de austeridad que iban imponiendo semanalmente la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero ahora, su privilegio está extendiéndose a otras clases sociales también. A los banqueros griegos, especialmente, comienza a hacérsele familiar la idea de que sus instituciones financieras se les están escapando de las manos. Hay que apuntar que hasta ahora los bancos griegos (con una capitalización total de 7 mil millones de euros debido a los índices negativos de la bolsa de valores griega) habían tomado del presupuesto público unos 120 mil millones de euros tanto en forma de avales como de dinero en efectivo. Así que muy pocos griegos llorarán junto a los banqueros, teniendo en cuenta además que éstos han sido la «alegre comparsa» de la invasión económica moderna de Grecia.

El peligro para los bancos griegos ha entrado en erupción, como resultado de los planes de Berlín de llevar a cabo un nuevo recorte en el valor de los bonos griegos. La decisión de la UE del 21 de julio establecía que la deuda pública griega se redujera en un 21%. Pero esta decisión, impuesta por el Instituto de Finanzas Internacionales y que está liderado por Deutsche Bank, tiene muchos «lados oscuros». En concreto esa reducción indica una media de muchos acuerdos bilaterales diferentes, con base voluntaria, pero no un recorte horizontal para todos los bonos griegos. Así que, como denunció un banquero griego (Michalis Salas, del Banco del Pireo), hubo bancos y fondos de pensiones que perdieron mucho más dinero que un 21% y bancos extranjeros cuyas pérdidas fueron mucho menores como resultado de las decisiones de la banca extranjera, quien es la responsable de aplicar esa resolución.

Ahora los banqueros griegos están temiendo que un nuevo recorte de un 50-60%, como se ha dicho inicialmente, genere tantas pérdidas que tengan que recapitalizar sus bancos en un momento en que el sector privado no tiene capacidad para hacerlo. Así que sus bancos serán nacionalizados, no por el interés del pueblo griego, sino como paso intermedio antes de que puedan ser comprados por los bancos alemanes. Su dolor se ha visto aliviado, no obstante, por los rumores y análisis de la prensa europea del jueves en el sentido de que la Cumbre de la UE decidiera un recorte menor, de entre el 40-50%. Las negociaciones son diarias y planes vienen y van como si hubiera un gran conflicto de intereses entre Alemania y Francia, quien tiene un mayor riesgo debido a la deuda griega. Por esta razón, París necesita que la rebaja sea menor y que el aumento de los Nuevos Fondos de Rescate (EFSF, por sus siglas en inglés) contribuyan a la recapitalización de los bancos afectados.

En cualquier caso, lo único seguro es que los grandes perdedores de cada acuerdo será la inmensa mayoría del pueblo griego, que tiene que despedirse de su nivel de vida. Por esta razón prefieren dar un «enorme adiós» al gobierno de Yorgos Papandréu, al FMI y la UE…

Nota de los editores:

La decisión final sobre el destino de la deuda griega no será hecha pública hasta la reunión de mañana miércoles, donde además se tratará de adoptar medidas para evitar que otros países de la zona euro puedan desestabilizar aún más la unión monetaria.

Según los cálculos realizados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), previos a la reunión, de no mediar ninguna rebaja en el monto de la deuda para el año entrante se estima que el déficit griego equivalga al 189% de su Producto Interior Bruto (PIB). Por ello, el informe presentado por la troika, integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, evalúa que para rebajar lo adeudado por el país heleno hasta el 110% de su PIB, los acreedores tendrían que aceptar un recorte del 60% en el valor de sus bonos.

Ayer lunes cuando se comenzó a intuir las dimensiones del recorte de la deuda, la Bolsa de Atenas inició una caída libre de proporciones desconocidas. Las acciones de los bancos se hundieron estrepitosamente, las del Banco Nacional (buque insignia de las entidades financieras) llegaron a cotizarse a poco más de 1,5 euros.

Los bancos griegos necesitarían al menos 15 mil millones de euros (casi el doble de lo que recibirá el estado griego en su sexto tramo de ayuda otorgado por la troika) para poder salvar el escollo que se les presentará a partir de mañana.

Ver artículo relacionado: La lenta agonía griega

Leonidas Vatikiotis es economista y periodista griego, asesor del documental «Debtocracy»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.