Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Los políticos europeos de Londres a Moscú critican al Islam y a los inmigrantes, legitimando políticas limitadas hasta ahora a la extrema derecha contraria a los inmigrantes.
La más reciente operación islamofóbica de alto relieve tiene lugar en Gran Bretaña, donde el ministro del Partido Laborista anunció repentinamente en una columna en un periódico el 5 de octubre, que se sentía «incómodo» al hablar con mujeres musulmanas que llevan el velo que cubre toda la cara conocido como el niqab, calificándolo de barrera a las relaciones comunitarias. El primer ministro Tony Blair se sumó unos días más tarde, diciendo que el niqab es una «marca de separación.»
La intervención del Partido Laborista representa la versión liberal de la islamofobia, un complemento de la variante derechista, que ha incluido el discurso del Papa Benedicto que mostró al Islam como una religión violenta, la invectiva de George W. Bush contra el «islamofascismo» y la publicación de caricaturas racistas contra el Islam por un periódico derechista danés.
En Italia, otro destacado liberal, el primer ministro Romano Prodi, emuló a Blair al hablar contra el niqab.
Mientras tanto, las autoridades británicas informaron sobre varios incidentes en los que mujeres fueron acosadas verbalmente por llevar el niqab [o burga, velo entero] o un velo conocido como hiyab [Vea http://es.wikipedia.org/wiki/Hijab], después de los comentarios de Straw. Hubo también ataques violentos, incluyendo un asalto realizado el 21 de octubre por tres hombres contra los asistentes a oraciones en una mezquita en la ciudad de Manchester.
Ese mismo día, los medios derechistas amplificaron los ataques de Straw y Blair contra el Islam; el tabloide Daily Express publicó en primera plana una foto de una mujer con un niqab bajo el enorme titular «¡PROHÍBANLO!» Una maestra auxiliar de 24 años, Aishah Azmi, obtuvo 2.000 dólares en un juicio ante un tribunal laboral en relación con su suspensión por llevar un niqab en clase – pero sus quejas de discriminación y acoso fueron rechazadas.
El telón de fondo para todo esto es una serie de redadas y arrestos de musulmanes realizados desde agosto en relación con un presunto complot para secuestrar aviones comerciales británicos – aunque no habían realizado ninguna actividad en ese sentido.
El papel del Partido Laborista al atizar la islamofobia otorga cobertura política a los neonazis y a los políticos derechistas en Europa, que ya han convertido el anti-islamismo en el centro de sus actividades, como lo muestra un breve vistazo al continente:
Francia
Cuatro maleteros musulmanes del aeropuerto Charles De Gaulle perdieron recientemente sus puestos de trabajo cuando un gobierno local revocó su aprobación de seguridad.
La medida de fuerza vino después de la publicación de un libro – de Philippe de Villiers, candidato del derechista partido Movimiento por Francia (MPF) en las elecciones presidenciales del próximo año – que pretende detallar la «infiltración» musulmana del aeropuerto. «Soy el único político que dice la verdad a los franceses sobre la islamización de Francia,» declaró en una entrevista realizada anteriormente.
Un sindicato policial afiliado al MPF de De Villiers pidió recientemente más armas para combatir lo que calificó de una «intifada» actual en los suburbios de Paris con una considerable población de inmigrantes musulmanes, que estalló en disturbios hace un año después de la muerte de dos jóvenes durante una persecución policial.
De Villiers se ubica como una alternativa más aceptable al líder del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, el neo-nazi negacionista del Holocausto, enemigo de los inmigrantes, que acabó en segundo lugar en la elección presidencial de 2002.
La islamofobia ha sido durante años un lugar común en la política francesa, y partidos dominantes de la derecha y de la izquierda respaldaron en 2004 la prohibición del hiyab en las escuelas públicas. La derecha dominante también cuenta con la política anti-musulmana y contra los inmigrantes para mantener el control de la presidencia, ya que el ministro del interior Nicholas Sarkozy combina su política de orden público en los suburbios de Paris con nueva legislación que persigue a los inmigrantes indocumentados.
Alemania
El neo-nazi Partido Nacional Democrático (NDP) obtuvo su mayor éxito en la historia en la elección de septiembre en el Estado oriental en plena depresión, Mecklenburgo-Pomerania Occidental, asegurando la representación de la extrema derecha en cuatro Estados alemanes.
Unas pocas semanas después, Ronald Pofalla, jefe de la Unión Cristiano Demócrata, el partido de la canciller Angela Merkel, escribió un artículo en la prensa afirmando que «en la actualidad el problema de la violencia con motivos religiosos es casi exclusivamente un problema del Islam.» Antes, durante este año, el octavo de los 16 Estados de Alemania votó por la prohibición del hiyab en las escuelas públicas.
Bélgica
El Velaams Belang, de extrema derecha, casi obtuvo el control del gobierno de la ciudad de Amberes a mediados de octubre con una plataforma abiertamente islamófoba,
Con un 33,5% de los votos, en comparación con un 35% logrado por una coalición socialista.
Bulgaria
Volen Siderov, candidato del partido ultranacionalista Ataka (Ataque), superó a los demás partidos derechistas del país al obtener un 22% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 22 de octubre. Con una plataforma que propugna la prohibición de los partidos turcos y la persecución de los roma, conocidos como gitanos, Siderov participará en una segunda vuelta contra el presidente saliente, Georgi Parvanov, del Partido Socialista.
Rusia
La ascendente derecha nazi y de extrema derecha se moviliza tras el Movimiento Contra la Inmigración Ilegal – y la política de la organización recientemente obtuvo la aprobación del presidente ruso Vladimir Putin.
Después de las redadas y de deportaciones en masa de georgianos subsecuentes al escándalo de espionaje ruso en la antigua república de la URSS, Putin hizo un discurso en el que declaró que los rusos son «aterrorizados» por bandas de «criminales» de los países musulmanes de las antiguas repúblicas soviéticas en Asia Central, el Cáucaso y de la gran población musulmana de la propia Rusia.
La islamofobia ha reemplazado al antisemitismo como objetivo de la extrema derecha europea según Glyn Ford, miembro británico del Parlamento Europeo y autor de un libro sobre el neofascismo en Europa. «Europa corre peligro de que sus partidos de extrema derecha pasen a ser la corriente dominante,» dijo, agregando: «La islamofobia se ha convertido en el prejuicio del día, pero la amenaza de la extrema derecha es real y se encuentra en toda la Unión Europea.»
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Lee Sustar es colaborador regular de CounterPunch y del Socialist Worker. Para contactos escriba a: [email protected]
http://www.counterpunch.org/sustar10302006.html