Aunque los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas de Francia dejaron un saldo muy positivo para la derecha, el Partido Socialista (PS) consideró que todavía hay margen de lucha. El primer secretario del PS, Francois Hollande, subrayo que para la principal fuerza de oposición el balance «fue honorable», pero «por debajo de […]
Aunque los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas de Francia dejaron un saldo muy positivo para la derecha, el Partido Socialista (PS) consideró que todavía hay margen de lucha.
El primer secretario del PS, Francois Hollande, subrayo que para la principal fuerza de oposición el balance «fue honorable», pero «por debajo de lo que requerimos para mantener el equilibrio democrático en la Asamblea Nacional».
De acuerdo con los primeros estimados, la Unión por un Movimiento Popular (UMP) del presidente de la República, Nicolás Sarkozy, pudiera conquistar de 405 a 445 de los 577 escaños en la futura Asamblea Nacional.
El PS alcanzaría de 120 a 160 puestos, o quizá menos, por lo cual volvió a resonar el llamado a las alianzas estratégicas de la izquierda en general para la segunda ronda de los comicios, el próximo domingo.
«La tristeza y el desánimo hizo que el abstencionismo ganara terreno hoy (cerca del 40 por ciento), sobre todo en los jóvenes. Digo y repito que Francia necesita de la izquierda y la izquierda de Francia», declaró Ségoléne Royal.
La ex candidata presidencial y figura más popular del PS en estos momentos, solicitó una vez más a los electores que abandonen el pesimismo y salgan a votar el 17 de junio para impedir que la UMP imponga libremente sus recetas neoliberales.
Otras dos ex aspirantes al Elíseo, Dominique Voynet (Los Verdes) y Marie-George Buffet, dejaron ver que debería existir un pacto para consolidar un espacio futuro de contención contra la UMP en la Cámara Baja.
Empero, los conservadores de la UMP no sólo reflejaron su optimismo en virtud de los resultados iniciales, sino que remarcaron un mensaje proselitista de «apertura y diversidad» como filosofía de Sarkozy, quien goza de notable apoyo actualmente.
«Esta es la confirmación del respaldo de la población a la necesidad perentoria de aplicar reformas tal y como prometió en su campaña el presidente Sarkozy, para poner fin al inmovilismo del pasado», dijo el primer ministro, Francois Fillon.
El sistema electoral francés prevé que se dispute una segunda vuelta en las circunscripciones donde ningún candidato haya obtenido el 50 por ciento de los votos.
Al parecer los grandes perdedores de la fecha fueron el centrista Francois Bayrou, quien con su Movimiento Demócrata (apenas obtendría de uno a cuatro diputaciones, mientras el ultraderechista Frente Nacional pudiera quedarse en blanco.