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Ucrania: Observaciones a la declaración contra la guerra

«La izquierda de Minsk»

Fuentes: Borotba

Traducido del ruso por Carlos Valmaseda

El encuentro contra la guerra de izquierdistas de Ucrania, Bielorusia y Rusia en Minsk ya ha sido bautizado como «el nuevo Zimmerwald». En Zimmerwald, como es sabido, se celebró una conferencia de socialistas contra la guerra en 1915. Pero como también es sabido, los participantes en la conferencia se dividieron en pacifistas moderados y «la izquierda de Zimmerwald» (Lenin, Zinoviev, Platten, Haglund, Radek, Berzins, Borhardt, Nerman). Los abajo firmantes han decidido hacer pública su posición, que se puede denominar «de la izquierda de Minsk». La declaración está abierta a su firma.

El 8 de junio en Minsk representantes de algunos grupos y organizaciones de izquierda de Ucrania, Bielorusia y Rusia propusieron la siguiente declaración. Nosotros, los abajo firmantes, apoyamos esta iniciativa, con algunas reservas, que aparecen más abajo.

Esta es la declaración:

Resolución de la conferencia antiguerra de Minsk

Los pasados 7 y 8 de junio se celebró en Kiev una conferencia contra la guerra de izquierdistas de Rusia, Ucrania y Bielorusia, organizada por los participantes en el proyecto de internet «Prasvet» con el apoyo de left.by. Su objetivo era la consolidación de la interacción entre los izquierdistas marxistas internacionalistas de los tres países en las condiciones de histeria militarista-nacionalista y el desencadenamiento de la violencia y la represión en Ucrania.

La declaración está abierta para su firma.

Nosotros, participantes en el encuentro de organizaciones y grupos de izquierda y marxistas de Bielorusia, Rusia y Ucrania consideramos nuestra principal tarea el cese de la guerra en Ucrania. Este conflicto bélico, que sigue a la victoria de los neoliberales y nacionalistas en el «Euromaidán» de Kiev, ha costado cientos de vidas y ha permitido un crecimiento sin precedentes del chovinismo y la xenofobia en las sociedades ucraniana y rusa. La guerra permite a la clase dirigente de Ucrania consolidar a la sociedad en torno a su régimen político, desviando a los trabajadores del este y el oeste del país de la lucha por sus derechos sociales y políticos y enfrentándolos entre sí por los intereses de la gran burguesía. El gobierno de Rusia, la Unión Europea y los Estados Unidos utilizan la guerra civil en Ucrania con esos mismos objetivos: la muerte en el Donbás de gente sirve como moneda de cambio en su lucha competitiva.

Expresamos nuestra solidaridad con todos los miembros del movimiento de izquierda ucraniano que luchan contra la guerra, el nacionalismo y la xenofobia, y creemos necesario darles todos los posibles apoyos informativos, políticos y materiales. Nos declaramos en contra de la presión y la represión por parte de todas las partes en conflicto, contra los pogromos, la tortura y los secuestros de los que han sido víctimas activistas ucranianos de izquierda, antifascistas y ciudadanos ucranianos, independientemente de su punto de vista político. También nos declaramos en contra de la persecución en Crimea.

Detener la guerra: esta es la principal tarea de todos los movimientos democráticos de izquierda independientemente de su desacuerdo en las diferentes cuestiones del orden del día político. Para este objetivo consideramos necesario coordinar las fuerzas de todos los contrarios a la guerra en Ucrania formando un masivo y poderoso movimiento antiguerra.

Estas son nuestras exigencias:

Exigimos al gobierno de Ucrania detener inmediatamente la «operación antiterrorista», sacar las tropas del territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk y entablar conversaciones con las opositoras RPD [República Popular del Donetsk] y RPL [República Popular de Lugansk].

Exigimos a los participantes en el conflicto que firmen un acuerdo de paz para la completa suspensión de las acciones militares, liberar a todos los prisioneros de guerra y presos políticos y disolver los grupos armados.

Exigimos al gobierno ucraniano licenciar a los reclutas movilizados a la fuerza, cuyos familiares organizan hoy protestas en diversas regiones de Ucrania.

Exigimos a Rusia, la Unión Europea y los EEUU que dejen completamente de interferir en el conflicto bélico ucraniano y que no muestren apoyo a sus participantes.

Exigimos cesar la campaña chovinista en los medios de comunicación ucranianos y rusos, los cuales, utilizando el odio lingüístico, son unos de los principales instigadores de la guerra.

Exigimos la presentación de una nueva constitución de Ucrania, nuevas elecciones en los órganos de poder de Donetsk y Lugansk, el auténtico derecho a la autodeterminación y el autogobierno para el Donbás y todas las regiones de Ucrania.

Pensamos que las condiciones necesarias para la formación de un movimiento antiguerra se encuentran en el fortalecimiento informativo y organizativo de los grupos de izquierda en el espacio postsoviético. Con este objetivo iniciamos la creación conjunta de una iniciativa solidaria de la Cruz Roja para ayudar a las víctimas activistas de izquierda y objetores de conciencia a la conscripción en el ejército y a la formación de una red informativa de grupos de izquierda y marxistas de Bielorusia, Rusia y Ucrania.

Expresamos nuestra posición. En general, apoyamos la declaración. Pero hay matices. Esta declaración estaría bien para un movimiento amplio contra la guerra, que incluya no solo a la izquierda. Pero si esta es la posición de la izquierda entonces es demasiado moderada.

En primer lugar, no se caracteriza a la Junta de Kiev como un régimen que posee al menos algunos rasgos importantes de fascismo, según la definición clásica de Georgi Dimitrov. Hoy la Junta de Kiev es el principal mal contra el que es necesario luchar y al que es necesario destruir. Mientras exista la Junta no habrá paz -esto es lo que se desprende de la naturaleza política y de clase de la Junta de Kiev-. Si antes se podía tener la ilusión de que «en uno y otro lado están los oligarcas», los últimos hechos, como el pleno apoyo del clan de Akhmetov a la junta, así como el colaboracionismo en la práctica de las grandes empresas de Donetsk a la Junta contra la RPD, no dejan lugar a estas ilusiones. Toda la oligarquía ucraniana, como clase, está del lado de la Junta. Este hecho no puede ignorarlo la izquierda. Y este hecho no permite mantener la «neutralidad», que es el espíritu que impregna la declaración.

En segundo lugar, la izquierda debe apoyar la autodeterminación del pueblo del Donbás. Este derecho se llevó a cabo en la práctica con el referéndum en las regiones de Donetsk y Lugansk. Y si los referéndums no se realizaron, quizá, de forma ideal no fue por culpa de la RPD y la RPL sino de la Junta de Kiev, que impidió de todas las formas posibles la expresión de la voluntad de los ciudadanos. Al mismo tiempo, no es obligatorio apoyar a los líderes políticos y militares de la RPD y la RPL. Naturalmente, por desgracia, la izquierda no ha podido encabezar en esta región obrera por su contenido de clase un movimiento antioligárquico y antifascista por su actitud. Los patriotas prorusos resultaron estar más organizados que la izquierda y por eso se encontraron a la cabeza del movimiento. Este es un motivo para criticar a la izquierda y no para criticar a la RPD y la RPL.

En tercer lugar, para la izquierda rusa, naturalmente, es muy políticamente correcto poner a Rusia en el primer puesto entre las partes que han interferido, pero esto se contradice con los hechos. De facto, el apoyo de Rusia ha sido prácticamente nulo, con excepción de algunas iniciativas privadas. Las últimas acciones de la élite rusa hablan más bien de que están listas para entregar a los insurrectos del Donbás tan pronto como se les haga alguna propuesta del tipo «pago parcial del gas». Aquí, naturalmente, está más cerca de la verdad Kagarlitski, quien dice que si Rusia fuese verdaderamente un régimen democrático los tanques rusos ya estarían sobre Kiev. Al régimen ruso hay que criticarlo no por su intervención, sino por su criminal no-intervención, que bordea en la práctica la traición, acompañada de una ensordecedora propaganda patriótica y antifascista.

En cuarto lugar, es un llamamiento abstracto a «desarmar a los grupos armados». ¿Qué grupos? ¿Todos, incluidos el ejército y las milicias ucranianas? ¿O solo una parte? ¿Qué parte? ¿Es necesario desarmar a la oposición o reconocer las fuerzas armadas legales de la RPD y la RPL y reasignar a las autoridades democrácticamente elegidas de la República, que se reelegirán tras el alto el fuego? Pensamos que esta última variante garantiza más libertad y democracia para el Donbás que la capitulación de la oposición, en las condiciones de mantenimiento del ejército de la Junta de Kiev.

Con estas necesarias enmiendas nos unimos a la actual declaración. Activistas y partidarios de Borotba de 18 regiones de Ucrania.

Fuente: http://borotba.org/minskaya_levaya._zamechaniya_k_minskoj_antivoennoj_deklaracii.html