En la primera vuelta de las legislativas los partidos de la izquierda obtuvieron un 46,3 por ciento de los votos, contra 33,9 por ciento para la derecha de la UMP y aliados, y un 14 por ciento para la ultraderecha del Frente Nacional.
Francia confirmó otra vez en las urnas el cambio de rumbo político decidido en las elecciones presidenciales de mayo pasado. La izquierda francesa en su conjunto salió airosa del primer test electoral que siguió a la elección del socialista François Hollande a la presidencia de la república. Aunque no hubo ola rosa, la primera vuelta de las elecciones legislativas plasmó en las urnas la continuidad con la consulta presidencial: los partidos de la izquierda obtienen 46,3 por ciento de los votos contra 33,9 por ciento para la derecha de la UMP y sus aliados y 14 por ciento para la ultraderecha del Frente Nacional. El FN confirma su implantación nacional y se vuelve así la tercera fuerza política del país. Con este resultado, la extrema derecha podría ingresar en el Parlamento, de donde está ausente desde 1988. El Partido Socialista y sus tres satélites, Partido Radical de Izquierda, Movimiento Republicano y Ciudadano e izquierdas diversas, consiguieron 35 por ciento de los sufragios. A estas cifras hay que sumarle el aporte de los ecologistas, 5,7 por ciento y el 7 por ciento del Frente de Izquierda liderado por Jean-Luc Mélenchon. Con ese porcentaje, la izquierda parlamentaria podría quedarse con un abanico que oscila entre los 305 y 353 escaños, muy por encima de la mayoría absoluta (289 sobre un total de 577). Queda por saber si el PS alcanzará sólo esa mayoría o le hará falta el respaldo de los verdes y del Frente de Izquierda. De manera global, la izquierda totaliza cerca de 9 puntos más de los que alcanzó en las elecciones legislativas de 2007.
De acuerdo con proyecciones elaboradas por la encuestadora Ipsos para el diario Le Monde, el PS obtendría entre 270 y 300 diputados, el Frente de Izquierda entre 14 y 20, lo mismo para el Partido Radical de Izquierda, mientras que Europa Ecología-Los Verdes oscilan en un abanico que va de 8 a 14 diputados. Sin fervor pero con solidez, François Hollande tiene al alcance la mayoría necesaria para gobernar. La derecha parlamentaria paga el tributo de su derrota en las presidenciales. Con respecto al mismo período de hace cinco años, la ex gobernante UMP de Nicolas Sarkozy sacó 5 puntos menos (39,57). Sin embargo, las proyecciones de cara a la segunda vuelta del próximo 17 de junio no son alentadoras para la UMP. Trastornada por la derrota en las presidenciales, sin conducción clara luego del retiro de Sarkozy, la UMP, que en 2007 consiguió 320 diputados, podría conocer una derrota aún más severa dentro de una semana.
En el otro extremo, la líder y candidata de la ultraderecha, Marine Le Pen, registró la progresión más espectacular en esta consulta. En línea directa con los altísimos porcentajes obtenidos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, Marine Le Pen aplastó en su feudo de Henin-Beaumont a su rival Jean-Luc Mélenchon con más el 42 por ciento de los votos, al tiempo que su movimiento casi cuadruplicó los resultados obtenidos por el padre de la jefa frentista, Jean Marie Le Pen, en 2007. En aquel entonces el FN sacó 4,29 por ciento de los votos, contra los 14 por ciento actuales. Si la semana próxima se confirman los resultados de ayer, el Frente Nacional podría ingresar a la Asamblea con uno o dos diputados. Además de su retorno a la Asamblea, la ultraderecha prosigue con su empresa de destrucción de la derecha. Los porcentajes le abren la puerta al juego perverso de las triangulares, es decir, confrontaciones izquierda-derecha-ultraderecha. El Frente Nacional puede mantener sus candidatos en cerca de 60 circunscripciones.
Las elecciones aportan varias lecciones: el respaldo al proyecto socialdemócrata, la emergencia de un Frente de Izquierda que no existía, el arraigo de los ecologistas, la fuerza de la extrema derecha, el receso de los conservadores y la desaparición del centro de François Bayrou. El líder del Moden corre el riesgo de no ser reelecto en su circunscripción, mientras que su partido apenas rozó 1,5 por ciento de los votos. Los electores no le perdonaron el apoyo de François Bayrou a François Hollande entre las dos vueltas. El Partido Socialista logró ayer romper el ciclo de las derrotas sucesivas. Había perdido las elecciones legislativas de 2002 y 2007. En 2002, la derecha ganó 394 diputados contra 141 para el PS. En 2007 la recién creada UMP de Nicolas Sarkozy ganó 320 diputados y los socialistas 204. La ecuación se dio vuelta y con ella la opción política. La derecha ofrecía austeridad, destrucción del Estado de Bienestar, ultraliberalismo y recortes. Francia respaldó en las urnas el camino socialdemócrata y se convierte así en una isla dentro de un continente dominado por el lobo de las políticas ultraliberales.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-196095-2012-06-11.html