El partido de La Izquierda (Die Linke) ha conseguido entrar por primera vez en su historia en el Parlamento de Renania del Norte-Westfalia gracias al 5,6% de votos (lo que se traducirá en 11 representantes) que ha conseguido en las elecciones del pasado domingo 9 de mayo. De este modo, La Izquierda estará representada en […]
El partido de La Izquierda (Die Linke) ha conseguido entrar por primera vez en su historia en el Parlamento de Renania del Norte-Westfalia gracias al 5,6% de votos (lo que se traducirá en 11 representantes) que ha conseguido en las elecciones del pasado domingo 9 de mayo. De este modo, La Izquierda estará representada en todos los Estados alemanes salvo en Baviera, Baden-Wurtemberg y Renania-Palatinado, con comicios previstos para 2013 en el estado bávaro y 2011 en los otros dos.
Pero lo cierto es que no resultaría descabellado pensar que Die Linke pudiese entrar también en estas tres cámaras, puesto que el 5% mínimo necesario para acceder a estos parlamentos ya lo alcanzó el partido heredero del PDS y de desencantados con la política neoliberal del SPD en las elecciones generales de 2009 (de hecho, sobrepasó esta barrera en todos los Estados).
El imparable ascenso del partido hermano de IU en el Partido de la Izquierda Europea podría haber parecido casi utópico hace apenas una década para una formación que, aún hoy, y como bien demuestran las políticas de pactos de los otros cuatro partidos con representación en el Bundestag (Cámara baja nacional) en Berlín (CDU/CSU, SPD, FDP y Los Verdes), está prácticamente proscrito, especialmente en el oeste del país.
Posibles coaliciones
Al margen del análisis sobre Die Linke, y de los consabidos descensos de la CDU (un batacazo en el que se ha dejado un 10% de votos desde 2005) y del SPD, estos dos partidos mayoritarios son los que albergan posibilidades de gobernar.
La CDU podría hacerlo con el SPD (gran coalición que ya llevaron a cabo en el ámbito nacional durante los últimos 5 años, así como en algún que otro estado) o con el FDP y Los Verdes, la llamada coalición Jamaica, que aunque pueda parecer antinatura ya gobierna en el Sarre por la negativa ¿ecologista? (¿existe algo menos ecologista que apoyar la guerra, en este caso la de Afganistán?) a formar un gobierno de centro izquierda con el SPD y La Izquierda.
Precisamente esta situación que pudo darse pero no se dio en el Sarre, la del tripartito SPD-Verdes-Izquierda es la posibilidad que podría albergar el SPD de gobernar. Sin embargo parece poco probable que los partidos del centroizquierda del país germano (SPD y Los Verdes) se atrevan a dar el paso de gobernar con una fuerza netamente progresista.
El SPD ya demostró ese temor a la hora de pactar en Turingia en otoño de 2009, donde como tercera fuerza política prefirió decantarse por la derechista CDU (primer partido) antes que con su supuesto aliado natural (Die Linke, el segundo en votos y escaños). Tampoco le anda a la zaga en pactos extraños Los Verdes, ya que aparte del mencionado caso del Sarre gobiernan con la CDU en Hamburgo.
En fin. Un complejo mapa político, el alemán, de cuyas coaliciones parece desprenderse un objetivo: aislar al único partido que se opone a la guerra afgana (sí, guerra, por mucho que los dirigentes del partido gobernante en nuestro país se empeñen en ser pacifistas sólo en Irak y callen sobre la idéntica situación que se da apenas unos kilómetros más allá). No obstante, y dejando a un lado los debates internos, el ascenso continuado de Die Linke parece refrendar la teoría de que el electorado progresista alemán está cansado de votar a partidos que se dicen de izquierdas (o de centroizquierda, cuanto menos) pero que terminan pactando con la derecha. ¿Veremos eso algún día en España después de los pactos «progresistas» del País Vasco (con presidenta del Parlamento de la Obra incluida) o Navarra?
Resultados:
CDU: 34,6% (-10,3%). 67 diputados.
SPD: 34,5% (-2,6%). 67 diputados.
Los Verdes: 12,1% (+5,9%). 23 diputados.
FDP: 6,7% (+0,6%). 13 diputados.
Die Linke: 5,6% (+2,5%). 11 diputados.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.