El ex presidente paraguayo del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que asumió ese cargo después de apoyar en el Congreso la destitución exprés de Fernando Lugo, de quien era vicepresidente, admitió ahora que la masacre de campesinos y policías de Curuguaty, que provocó ese golpe institucional, fue algo «fraguado y preparado». «Hubo una inacción, una […]
El ex presidente paraguayo del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que asumió ese cargo después de apoyar en el Congreso la destitución exprés de Fernando Lugo, de quien era vicepresidente, admitió ahora que la masacre de campesinos y policías de Curuguaty, que provocó ese golpe institucional, fue algo «fraguado y preparado».
«Hubo una inacción, una incapacidad tremenda de parte de las autoridades del momento, primero por no reclamar el terreno como suyo (del Estado)», dijo Federico Franco en alusión al ex presidente Fernando Lugo.
El entonces vicepresidente no se incluye entre esas «autoridades» como responsable porque sostiene que estaba ‘marginado’ de todos los temas y decisiones del gobierno, según dijo a la agencia EFE.
«Estas personas que permitieron la muerte de 17 (11 campesinos y seis policías) van a llevar la sangre hasta el momento de su tumba porque son los responsables criminales de este hecho», declaró.
Franco recordó que los policías no tenían orden de desalojar a los campesinos, que habían ocupado el terreno para reclamar que formara parte de la reforma agraria, sino de realizar un cateo, para sustraer de manera pacífica las posibles armas que portaran.
«Si yo hubiera sido el presidente no hubiera permitido que se haga el cateo, hubiéramos reclamado el terreno», manifestó Franco.
Este domingo se cumple el segundo aniversario de la destitución de Lugo por parte del Congreso, votada por el PLRA junto al Partido Colorado, y que llevó a Franco a la presidencia y provocó el aislamiento de Paraguay por los países de la región, que lo definieron como una ruptura del orden democrático.
El detonante de ese acontecimiento, la muerte de policías y campesinos en Curuguaty, aun está envuelto en interrogantes.
Franco era entonces vicepresidente, producto de una alianza entre su agrupación, el PLRA, y el Frente Guasú, del ex obispo Lugo, y ahora cuestionó «la posesión absolutamente ilegal de la familia Riquelme», vinculada con el Partido Colorado, hoy en el poder, de las tierras donde se produjo la masacre de Curuguaty.
El ex presidente de Lugo que apoyó su destitución en el Congreso insistió en que el enfrentamiento «fue fraguado y preparado», como detonante de la destitución de Lugo.
Por aquella matanza, 13 campesinos enfrentarán cargos de invasión de inmueble ajeno y asociación criminal, y 10 de ellos también están acusados de intento de homicidio de los policías, en un juicio que comenzará el 26 de junio, pero no hay imputados por la muerte de los 11 labriegos.
La defensa denuncia que el proceso ha estado plagado de irregularidades, por lo que pide la suspensión del juicio, mientras que la fiscalía niega esas alegaciones.
Franco también adujo que si hubiera rechazado la presidencia luego del juicio exprés en el Congreso habría quedado «como un cobarde» que incumplía su juramento como vicepresidente.