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Asalto a las pensiones en Francia

«La movilización de las mujeres jugará un papel esencial»

Fuentes: Tribune Le Monde

Este lunes [el 16 de diciembre, ndt], en vísperas de la manifestación contra la reforma de las pensiones, un mitin organizada por diferentes organizaciones feministas y sindicales reunió, en un ambiente determinado y alegre, a unas trescientas personas sobre el tema «mujeres y jubilación». «Levantémonos, mujeres esclavas, y rompamos nuestros grilletes, en pie, en pie. […]

Este lunes [el 16 de diciembre, ndt], en vísperas de la manifestación contra la reforma de las pensiones, un mitin organizada por diferentes organizaciones feministas y sindicales reunió, en un ambiente determinado y alegre, a unas trescientas personas sobre el tema «mujeres y jubilación».

«Levantémonos, mujeres esclavas, y rompamos nuestros grilletes, en pie, en pie. En la repleta sala de los Metalúrgicos de París, la atmósfera del lunes por la noche, antes de la gran manifestación contra la reforma de las pensiones prevista para el martes, está en feliz vigilia de armas. Cuando las treinta oradoras -sindicalistas, historiadoras, economistas, militantes feministas- reunidas en el escenario cantaron el himno de la MLF [Movimiento de Liberación de la Mujer, ndt] al final de este mitin dedicado a las consecuencias de la reforma de las pensiones para las mujeres, algunas militantes formaron con la mano el triángulo invertido, símbolo de la liberación feminista.

Esa tarde, todas vinieron a decir hasta que punto la reforma de Edouard Philippe afectará a las mujeres en primer lugar, al reforzar las desigualdades ya evidentes en el mundo del trabajo. Ante un primer ministro que aseguró, el miércoles pasado, que «las mujeres serán las grandes ganadoras» de esta reforma, las participantes se sucedieron en la denuncia de la hipocresía del gobierno. «Hay que entender la neolengua orwelliana de este gobierno», proclamó la diputada de France Insoumise de Seine-Saint-Denis Clémentine Autin, el eje de este mitin, que dijo que le gustaría que en la manifestación «las mujeres están hoy en la plaza porque están en primera línea».

Durante más de dos horas, y aunque sigue una gran ambigüedad en muchos puntos de la reforma, las intervenciones permitieron proporcionar una visión general instructiva de las desigualdades, a menudo invisibilizadas, que afectan a las mujeres en el mundo del trabajo. Y qué ese riesgo se ve agravado, como en anteriores reformas de pensiones, por el proyecto del gobierno.

Sobre el importe de las pensiones, «hoy hay una diferencia del 42% con los hombres y del 28% si tenemos en cuenta las pensiones de supervivencia (de viudedad, ndt)», dijo la economista Rachel Silvera, quien recuerda que las pensiones de las mujeres son realmente «un espejo aumentado de la desigualdad salarial».

Intentar comprender qué implicará la reforma para las mujeres requiere hacer un balance de las desigualdades actuales: el tiempo parcial, masivo, y la mayor parte del tiempo sufrido e involuntario por las mujeres, su concentración en sectores como la salud, educación o comercio donde los salarios son bajos, los «pequeños techos insidiosos de cristal a lo largo de la carrera», carreras precarizadas, interrumpidas, etc.

En este sentido, el momento de la jubilación llega a sancionar, y a menudo amplificar, estas situaciones.

Para comenzar el debate, las historiadoras Mathilde Larrère y Laurence De Cock insistieron en la naturaleza muy reciente de la preocupación política por la jubilación de las mujeres. Hasta principios del siglo XX, la mortalidad femenina era tal, recordaron que la jubilación no era en absoluto un problema. En 1910, cuando se invirtió esa tendencia, la ley teóricamente les otorgó el mismo régimen de pensiones que los hombres siempre que tuvieran una carrera completa. Basta decir que afectó a muy pocas mujeres. Como prueba de una larga serie de reformas engañosas y derechos puramente formales para las mujeres.

La presidenta de la asociación de Mujeres por la Igualdad, Ana Azaria, también enfatizó un punto muy poco presente en el debate, de la toma en consideración de la penosidad, que «los estereotipos sexistas significan que los trabajos de las mujeres rara vez se reconocen como penosos». El caso de la función hospitalaria, donde están representadas masivamente, es sin embargo edificante. Las mujeres se enfrentan al trabajo nocturno, en turnos, al ruido… «Esas mujeres tienen una esperanza de vida de siete años por debajo del promedio», afirma la militante, quien recuerda que para las 400.000 auxiliares de enfermería, que pueden hoy jubilarse a partir de los 57 años, en lo sucesivo tendrán que aguantar hasta los 62 años.

Para Sigrid Gerardin, directora del sector educativo de la FSU, las mujeres que representan a tres millones de los cinco millones de funcionarios públicos serán particularmente penalizadas por la reforma anunciada. «El estatuto de funcionario público no protege contra las desigualdades [entre hombres y mujeres – ndlr]», asegura, precisando que «en la función pública, los dos tercios de las primas se otorgan a los hombres». Bonificaciones que el gobierno ha presentado para explicar cómo la reforma sería favorable para las y los funcionarios públicos, y en particular para los y las enseñantes.

En nombre del Comité Adama, Assa Traoré explicó que estuvo presente en esta movilización, porque los barrios populares serán «golpeados de pleno» por esta reforma. Mencionó notablemente el caso de su madre, limpiadora en Onet, que prácticamente perdió la vista después de haber estado expuesta al polvo durante años.

Una responsable de la CGT de hostelería también vino a testificar sobre la larga lucha de las camareras que también sufrirán esta reforma: esas mujeres, en gran parte racializadas, se enfrentan al trabajo a tiempo parcial impuesto, la subcontratación y, mucho más masivamente que en otros sectores, el acoso moral y sexual.

«Las violencias sexuales y sexistas tienen un impacto en las carreras», insistió Caroline de Haas en nombre del colectivo #NousToutes, ya que a menudo presionan a las mujeres a dimitir o dejar de trabajar. Si bien el 32% de las trabajadoras han sufrido tal violencia, entendemos que el problema es de hecho sistémico.

Al plantear un punto aún muy vago de la reforma, en ausencia de estudios de impacto serios, la portavoz de ¡Osez le féminisme!, Céline Piques, protestó contra la supresión de los ocho trimestres de aumento por hijo que no será compensados, según ella, por el aumento del 5% de la pensión por hijo (y del 7% para el tercer hijo). Además, el hecho de que este 5% se pueda atribuirse a elección a los hombres o las mujeres, abre la puerta para que las parejas decidan que los hombres, que a menudo ganan más, sean quienes lo toman. «¿Qué pasará después si hay separación? Es un escándalo», denunció.

Si bien las pensiones de supervivencia permiten corregir parcialmente las desigualdades que sufren las mujeres en sus carreras, Sophie Binet, co-secretaria general de la CGT, quiso recordar la naturaleza retrógrada de esta filosofía ya que: «Las mujeres no solo son madres y, a veces, no son madres en absoluto».

Entusiasta sobre la extensión del movimiento desde el 5 de diciembre, la responsable de la CGT concluyó su intervención con cierta gravedad. «Estamos en un momento particular en el que la historia puede inclinarse en una dirección u otra. La movilización de las mujeres desempeñará un papel esencial».

Traducción: viento sur

https://www.mediapart.fr/journal/france/171219/la-mobilisation-feminine-jouera-un-role-essentiel

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La reforma de las pensiones penalizará aún más a las mujeres

Colectivo

Un grupo de dieciséis mujeres – sindicalistas, feministas y economistas – denuncia el empeoramiento de las desigualdades de pensiones entre hombres y mujeres que resultarían de un sistema de pensiones basado en puntos.

La creciente actividad profesional de las mujeres desde la década de 1960 ha contribuido en gran medida tanto a su empoderamiento como a la financiación de las pensiones. Pero la brecha de pensiones entre mujeres y hombres sigue siendo muy importante y amplifica las desigualdades salariales. Considerando el total de los regímenes, es del 42% para las pensiones de derecho directo, contra el 24% para los salarios. Las mujeres se ven obligadas a jubilarse en promedio más tarde que los hombres, a menudo están sujetas a coeficientes penalizadores por ser sus carreras de duración demasiado corta. Su pensión, que es demasiado baja, aumenta frecuentemente mediante un dispositivo de pensión mínima.

La situación continúa deteriorándose como resultado de las reformas pasadas (alargamiento de la duración de cotización, reducción de los derechos familiares, etc.). Por lo tanto, es urgente poner fin a estas desigualdades. No es necesario adoptar el plan de jubilación Delevoye por puntos en lugar del sistema de anualidades. ¡Muy al contrario! Porque a pesar de la comunicación del gobierno que afirma que el nuevo sistema sería ventajoso para las mujeres, la realidad es muy diferente.

En efecto, en un régimen por puntos la pensión debe reflejar lo más fielmente posible la suma de las cotizaciones abonadas durante la vida activa. Es una lógica de individualización. Al tener en cuenta toda la carrera en lugar de los mejores veinticinco años en el régimen general o los últimos seis meses en la función pública, dicho régimen solo puede reducir el nivel de pensiones para numerosas y numerosos funcionarios públicos, y para todas las personas con carreras interrumpidas, en primer lugar las mujeres. Incluye en efecto los peores años en el cálculo de la pensión, mientras que actualmente están excluidos. Cada período no trabajado, a tiempo parcial, con permiso parental, desempleado o mal pagado, proporciona pocos o ningún punto: otras tantas pérdidas de ingresos para el cálculo de la pensión.

Las mujeres son las beneficiarias mayoritarias de los dispositivos de solidaridad; sin embargo, estos se vuelven mucho menos importantes en los regímenes por puntos. Las desigualdades de pensión entre los sexos son, por lo tanto, mucho más altas. El ejemplo de los regímenes de puntos de Agirc y Arrco es significativo: ¡la brecha de pensión entre mujeres y hombres es de 59% y 39% respectivamente, mientras que es de 24% en el régimen general por anualidades!

Fuerte regresión de las pensiones de supervivencia

Con respecto a los derechos familiares, lo que propone el informe Delevoye es, en general, un aumento de pensión del 5% por hijo, atribuido a la elección de la pareja a uno u otro, o a la mitad a cada padre. ¡Esta propuesta reemplazaría tanto el aumento actual del 10% para tres niños asignados a cada padre como a los aumentos en la duración del aseguramiento asignado a las madres para cada niño, que se eliminarían!

Es difícil creer que este sistema sea más beneficioso para las mujeres. Por el contrario, se teme que las parejas prefieran atribuir el aumento a los padres debido a su pensión más alta. ¿Qué pasará con las mujeres si la pareja se separa?

Finalmente, el proyecto Delevoye prevé un fuerte descenso en las pensiones de viudedad. La edad de derecho aumentaría a 62 años (55 años hoy en el régimen general y sin umbral de edad en la función pública). Este derecho también se eliminaría para las personas divorciadas o vueltas a casar. Con el nuevo cálculo, muchas personas con pensiones modestas recibirían, al fallecer su cónyuge, una pensión de viudedad mucho menor que la actual. Sin embargo, la actual pensión de viudedad representa en promedio una cuarta parte de la pensión de las mujeres (y una parte insignificante de la de los hombres); el 90% de sus beneficiarios son mujeres.

Por lo tanto, este proyecto solo penalizaría aún más a las mujeres. Es inaceptable Sin embargo, el sistema actual necesita ser mejorado. Citemos algunas medidas que beneficiarían a la mayoría y aún más a las mujeres. En primer lugar, se debe aumentar la pensión mínima. Es cierto que el proyecto establece que se aumentaría al 85% del salario mínimo neto, o sea 1.000 euros por mes para una carrera completa. ¡Pero ya era un objetivo consagrado en la ley de 2003, que debería haber sido una realidad desde 2008! No es necesario cambiar el sistema de pensiones para respetar ese compromiso.

Doble penalización

Es necesario poner fin al alargamiento continuo del período de cotización requerido y volver a un período alcanzable por todas y todos, teniendo en cuenta la situación del empleo y la penosidad de las profesiones. Nuestro concepto de la igualdad y el progreso no es alinear las horas de trabajo de las mujeres con las de los hombres, sino permitir que las mujeres y los hombres reduzcan su jornada de trabajo sin penalización financiera. El coeficiente penalizador por una carrera incompleta constituye una doble penalización, que reconoce el informe Delevoye, ya que la pensión se calcula de manera proporcional a la duración alcanzada de la carrera. Debe ser eliminada. También se debe volver a un cálculo de pensión basado en los mejores diez años.

Los suplementos por hijas e hijos siguen siendo esenciales para reducir las desigualdades, pero no deben perpetuar la asignación de mujeres a las tareas parentales. La evolución del sistema de pensiones es inseparable del objetivo de la igualdad de género.

Previamente y en relación con la jubilación, es por lo tanto urgente llevar a cabo una política proactiva a favor de la igualdad y la remuneración profesional entre mujeres y hombres, que también apunta a la igualdad de tasas de actividad: la de las mujeres es actualmente ocho puntos inferior. Los recursos de los regímenes mejorarían considerablemente, al igual que los derechos directos de pensión de las mujeres. Eliminar los obstáculos a su empleo presupone una política pública de creación de plazas de guardería, el reparto igualitario del permiso parental, una lucha a todos los niveles contra las discriminaciones y los estereotipos de género.

Finalmente, a partir del momento en que la proporción de pensionistas aumenta en la población, es normal que la parte del gasto de pensiones en relación con la riqueza producida aumente, al contrario de lo que se proyecta. La pensión es una opción de sociedad. Abordar esta cuestión a partir de la situación de las mujeres permite encontrar soluciones de progreso para todas y todos.

Firmantes:

Agathe, Colectivo Nuestras pensiones; Ana Azaria, Presidenta de Femme Egalité; Sophie Binet, piloto del grupo mujeres Mixité de la CGT; Claire Charlès, secretaria general de Les Effrontées; Ismahane Chouder, Colectivo Feminista por la Igualdad; Sigrid Gérardin, secretaria nacional de la FSU; Cécile Gondard Lalanne, portavoz de Union Syndicale Solidaires; Bernadette Groison, secretaria general de la FSU; Murielle Guilbert, secretaria nacional del sindicato Union Solidaires; Sabina Issehnane, por los Economistas Aterrorizados; Christiane Marty, por la Fundación Copernic; Céline Piques, portavoz de ¡Dare feminism!; Suzy Rojtman, portavoz del CNDF; Sabine Salmon, presidenta nacional de Femmes solidaires; Aurélie Found, portavoz de Attac; Céline Verzeletti, Secretaria Confederal de la CGT.

Traducción: Viento Sur