Recomiendo:
0

La victoria de Cameron

La nostalgia del imperio contraataca

Fuentes: Rebelión

El 7 de mayo pasado David Cameron ganó suficientes asientos en el parlamento para prolongar su mandato. ¿Quién es el «joven líder de los tories y que significa su victoria? Repasemos algunos episodios de la historia universal y algunas interpretaciones de la prensa para responder ambas interrogantes. Cantar villancicos tras bombardear Tripoli El 6 de […]

El 7 de mayo pasado David Cameron ganó suficientes asientos en el parlamento para prolongar su mandato. ¿Quién es el «joven líder de los tories y que significa su victoria? Repasemos algunos episodios de la historia universal y algunas interpretaciones de la prensa para responder ambas interrogantes.

Cantar villancicos tras bombardear Tripoli

El 6 de diciembre de 2011 David Cameron, quien desde entonces gobernaba a 62 millones de británicos (de los cuales 14% son pobres), recibió en el número 10 de Downing Street, a los «valientes y eficaces» soldados que estrangularon económicamente a Libia, bombardearon 2 mil veces sus ciudades, y armaron, entrenaron y dirigieron al ejército mercenario que tomó Trípoli y derrocó Muamar Gadafi (quien si bien es indefendible, gobernaba el país africano con mayor índice de desarrollo humano, según la ONU). Durante la emotiva ceremonia de recepción de los modernos guerreros, cuyos aviones F-16 despegaron desde los portaviones instalados en el Mediterráneo, el Primer Ministro británico reveló haber participado personalmente en las 68 reuniones celebradas diariamente por el Consejo de Seguridad Británico (en teleconferencia con el Cuartel General de la OTAN), durante las cuales se tomaron las decisiones del operativo militar destinado a derrocar al Presidente de Libia. El estadista británico celebró el esfuerzo realizado por los valientes marineros del portaviones HMS Ocean para lograr la mayor precisión en sus disparos contra Trípoli. El mandatario se congratuló por el regreso de los valientes marineros e, imbuido por el espíritu navideño, celebró que los marineros y las marineras del portaviones hubieran subido a You Tube un divertido videoclip en el que entonan conmovedores villancicos y le desean feliz navidad al mundo.

Cameron, amigo de quienes mantienen a las mujeres fuera de la universidad

El 13 de enero de 2012, el sexto rey de la monarquía islámica de Arabia Saudita, Abdullah Bin Abdulaziz al Saud y el príncipe Meqrin bin Abdulaziz, jefe de Inteligencia Saudi, recibieron al Primer Ministro británico, David Cameron, con quien celebraron una reunión para planear acciones en Siria. David Cameron planteó la importancia de emprender acciones directas para remover del poder a Bashar Al-Asad, quien según el inquilino del número 10 de Downing Street, «no había cumplido con los requerimientos democráticos de la primavera árabe». La preocupación de Cameron por la democracia en Siria resulta irónica, tomando en cuenta que el monarca Saudí con quien conspiraba, únicamente concede el voto a 22 mil, de los 22 millones de personas de su reino, en el que además, las mujeres no pueden acceder a la universidad. Sobra decir que a partir de ese momento repuntó la presencia de mercenarios y se recrudeció la «guerra civil» en Siria.

The Guardian: Los electores fueron conservadores, no derechistas

De acuerdo a Matthew D’Ancona, («The Tories must not mistake the meaning of this victory», The Guardian 10/mayo/05) Cameron cometería un error si interpreta su triunfo como una luz verde para sacar las tijeras y empezar recortar los remanentes del estado benefactor. Durante la recta final de su administración anterior ya no gobernaba con los liberales demócratas, pero aún así no podrá gobernar realmente solo. Puede, eso si, tomar algunas medidas que alegren a su tribu, pero deberá hacer concesiones a otros. Cameron ganó con un voto conservador y no con un voto de derecha. La gente temió que Milliban dilapidara los ahorros británicos o que empeñera la casa con los escoceses, pero eso no quiere decir que a los laboriosos británicos deseen el regreso de Margaret Tatcher. La gente no quiere que decidan su vida en Estrasburgo, pero no quiere abandonar la Unión Europea.

Liberation: Cameron saldrá del clóset al estar solito en su reino

Según la nota de Sonia Delesalle-Stolper «David Cameron, seul en son royaume» (Liberation, 8/mayo/15), Cameron tiene 48 años, pero al comenzar su mandato se convirtió en el ministro más joven de los últimos 200 años. Trabaja moderadamente. Delega todo lo que puede en sus colaboradores, particularmente en George Osborne a quien le debe la victoria electoral. Le gustan los videojuegos. Adora pasar los fines de semana con su esposa Samantha, en Chequers, la residencia de campo de los Primeros Ministros. Es la cara juvenil de un partido de mayores de 50 años. Es descendiente lejano de el rey Guillermo IV. Recientemente se hizo retratar en Laponia, junto a un trineo tirado por perros, para mostrar su preocupación por el cambio climático. Es fanático de reducir el déficit mediante el recorte del presupuesto. Para aliarse con los euroescépticos se comprometió a realizar un referéndum sobre el tema, pero ahora deberá resolver las contradicciones entre la época de la coalición y lo que realmente desea hacer, ahora que se encuentra solito en su reino.

Il Manifesto: Los escoceses ganaron tres flores de Liz

De acuerdo al diario Il Manifesto, «Il terremoto Cameron», de Leonardo Clausi, si existieran los sismógrafos políticos, el jueves hubieran indicado un estremecimiento que derrumbó varios partidos políticos y varias candidaturas. Ed Miliband, Nick Clegg, y Nigel Farage se sacuden el polvo mientras salen de los escombros. Los tories avanzaron, obtuvieron 335 representantes de los 326 que necesitaban, 24 más que en las pasadas elecciones. Los laboristas obtuvieron 232, 26 menos que en los pasados comicios. Los liberal-demócratas ganaron solo 8 lugares (49 menos que antes). Ojo el Partido Nacionalista Escocés que creció como la espuma: 56 diputados (50 más). Los escoceses ganaron por partida doble, se quedaron con todos los lugares de sus opositores y, al mismo tiempo, obligaran a los tories a hacer más concesiones para conjurar el riesgo de un reino desunido. Los laboristas pagaron caro su silencio respecto a la austeridad. Los escoceses ganaron tres flores de liz: la independencia fiscal, la atribución de establecer su salario mínimo y el derecho a diseñar su asistencia social. El triunfo de los conservadores debe haber caído como una maldición en Damasco y en Yemen, pues como señaló recientemente el joven filósofo Heriberto Mojica, la nostalgia del imperio contraataca, pero en contrapunto, el triunfo de los nacionalistas escoceses significa la resurrección de una las tradiciones obreras y democráticas más importantes del mundo, en el mero corazón del capitalismo contemporáneo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.