Acnur dice que no es parte del acuerdo entre Turquía y la UE pero asegura que seguirá velando por el cumplimiento de los derechos humanos. Médicos Sin Fronteras interrumpirá su trabajo en el campamento de Moria, en la isla griega de Lesbos.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) anunció este martes su retirada de todos los «centros de detención» de las islas griegas, después de que este domingo entrara en vigor el acuerdo UE-Turquía para deportar a todos los inmigrantes y refugiados ilegales. No obstante, mantendrá su presencia para supervisar el cumplimiento de los derechos humanos.
«Acnur no es parte del acuerdo UE-Turquía, ni participará en retornos o detenciones. Continuaremos asistiendo a las autoridades griegas para desarrollar una capacidad de acogida adecuada», subrayó la agencia en un comunicado. En este sentido, apuntó que no proporcionará transporte «hacia y desde» los centros de detención.
Según las nuevas disposiciones, los antiguos centros de registro de las islas griegas donde los refugiados eran recibidos, asistidos y registrados, se han convertido en «instalaciones de detención» para facilitar el traslado de los inmigrantes a territorio turco. Desde el sábado, Grecia ha acelerado el traslado a Europa de aproximadamente 8.000 personas que habían llegado a las islas antes del 20 de marzo, para separarlos de aquellos que pudieran llegar después de esta fecha, ya sujetos a la nueva política de retornos.
Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos de Europa por frenar el flujo migratorio, las llegadas a Lesbos han continuado hasta ahora. Según datos de Acnur, 934 personas han llegado desde el domingo y están siendo retenidas en un centro de acogida temporal en régimen cerrado situado en Moria, al este de la isla.
En este sentido, Acnur, que duda de «la puesta en marcha de las garantías exigidas» en el acuerdo, afirmó que mantendrá su presencia en «la costa y en los puertos marítimos» para proporcionar asistencia de emergencia y que continuará asesorando a los recién llegados en materia de asilo y velando por el cumplimiento de los derechos humanos.
«En este momento Grecia no tiene la suficiente capacidad en las islas para evaluar las solicitudes de asilo, ni tampoco las condiciones adecuadas para albergar de forma digna y segura a las personas mientras se toma una decisión sobre su solicitud», advirtió Acnur.
Campos saturados y miles de niños a la intemperie
La incertidumbre y la falta de información están generando nerviosismo entre los recién llegados, mientras algunos siguen esperando la apertura de fronteras. Solo en Idomeni, un campo improvisado en la frontera griega con Macedonia, hay cerca de 12.000 refugiados, de los cuales una tercera parte son niños. Están acampados en precarias condiciones y expuestos a los gases que se desprenden de la quema de plásticos para protegerse del frío.
La Policía reparte folletos en árabe y persa aconsejando a los refugiados que se trasladen a los campamentos cercanos a la frontera. Sin embargo, estos ya han alcanzado su capacidad máxima y Acnur ha solicitado la apertura de nuevos centros en los que también se pueda acoger a los candidatos a la reubicación.
Médicos sin fronteras también se retira
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) informó de que interrumpirá su trabajo en el campamento de Moria, en la isla griega de Lesbos, para no ser «cómplice» del acuerdo entre la UE y Turquía, que «convierte los centros de recepción en centros de expulsión».
«Seguir en Moria nos convertiría en cómplices de un sistema injusto e inhumano», lamentó MSF a través de sus cuentas oficiales en Twitter. Por este motivo, anunció que también interrumpirá su trabajo, ya que considera que «el acuerdo UE-Turquía convierte los centros de recepción en centros de expulsión».