Como una noria maldita, la política británica vuelve estos días a girar sobre la ampliación del periodo de detención sin cargos. Gordon Brown parece decidido a ampliarlo de 28 a 58 días sin importarle la oposición que despierta la medida ni el hecho de que originara el primer revés parlamentario de su antecesor, Tony Blair, […]
Como una noria maldita, la política británica vuelve estos días a girar sobre la ampliación del periodo de detención sin cargos. Gordon Brown parece decidido a ampliarlo de 28 a 58 días sin importarle la oposición que despierta la medida ni el hecho de que originara el primer revés parlamentario de su antecesor, Tony Blair, que no logró el objetivo -más ambicioso- de elevar el plazo a 90 días.
Esta vez, casi todos vuelven a estar en contra. Movimientos de derechos humanos y políticos conservadores, laboristas y liberal-demócratas comparten escepticismo ante la propuesta.
El responsable tory de Interior, David Davis, recalcó que su partido no estaba dispuesto a apoyar «un permanente estado de emergencia encubierto». Porque lo cierto es que cuando éste se declara, la detención durante 58 días está ya permitida.
El Reino Unido es el país del mundo democrático donde más tiempo puede permanecer detenida una persona sin cargos. El actual límite de 28 días es largo comparado con las 48 horas de EEUU y con los siete días turcos. El límite británico era de 24 horas hasta 2004. Fue entonces cuando Blair lo amplió a 48 horas y luego lo multiplicó hasta 28 días.
Para no tropezar en la misma piedra que su predecesor, Brown anuncia que edulcorará la medida introduciendo salvaguardas para los jueces y para el Parlamento, pero será difícil que incluso así la píldora pase por la garganta de la mayoría de los diputados.
Quizá se obre el milagro después de una audiencia en Downing Street, como le ha ocurrido al responsable de Seguridad del Gobierno, Alan West. West -almirante de la Marina, personalidad independiente y uno de los fichajes estrella de Brown- asombró a propios y extraños el miércoles al decir primero en la radio que no veía motivos para la medida y 40 minutos después, exactamente lo contrario después de una reunión con el primer ministro. Semejante giro ha desatado las chanzas de los humoristas gráficos y las críticas de la oposición, ufana ante los últimos movimientos fallidos de Brown, que no termina de recuperar el pulso.
El Gobierno prepara un paquete de medidas de seguridad que incluye registros aeroportuarios en estaciones de tren, estadios e iglesias y un exhaustivo cuestionario que tendrán que rellenar todos aquellos que vuelen aquí a partir del año que viene.